Isabel y Ana Pardo de Vera, hermanas vinculadas al PSOE con un linaje real, se ven envueltas en polémicas sobre escándalos ferroviarios y redes de poder que cuestionan la transparencia dentro del partido.

 

Las hermanas Pardo de Vera y el negocio de las puertas giratorias del PSOE  - Hércules

 

En el silencio de un domingo convulso, mientras el presidente del gobierno se alejaba apresuradamente de su refugio en Quintos de Mora sin anunciar novedades, emergen dos figuras menos conocidas pero de enorme relevancia en el entramado político español: Isabel y Ana Pardo
de Vera, dos hermanas que representan un enigma entre las filas del PSOE, al conjugar un pasado noble y un presente cargado de polémicas y poder.

Hijas del primer alcalde democrático de Becerrea, un pequeño municipio gallego, estas hermanas poseen un linaje que las conecta directamente con el rey Sancho III de Navarra, una figura histórica que despierta reacciones encontradas en la izquierda más crítica, donde la nobleza y la política rara vez se mezclan sin tensiones.

Pero más allá de esa genealogía que podría parecer anecdótica, Isabel y Ana encarnan un universo de privilegios y conexiones que revela cómo se mueve realmente el poder dentro del partido y del Estado.

Isabel, ingeniera de minas de formación, no solo ha desarrollado una carrera técnica sino que ha estado en el centro de varias controversias que han puesto en jaque su reputación y la imagen pública de la gestión ferroviaria española.

Fue ella, según documentos y declaraciones internas, la responsable del diseño de la curva en Langrois donde ocurrió el accidente del AVE que conmocionó al país, una falla técnica que puso en tela de juicio los controles y la seguridad de las infraestructuras públicas.

Pero eso no fue todo: otro episodio señalado fue el fiasco de los trenes que no podían transitar por ciertos túneles, un error de planificación que, pese a su gravedad, no ha impedido que Isabel mantenga su influencia y presencia dentro de ADIF, la empresa pública ferroviaria.

Estas decisiones, lejos de ser aisladas, forman parte de una red más amplia en la que la ingeniería técnica se mezcla con intereses políticos y económicos que van más allá de lo estrictamente profesional.

 

La hermanísima de Ana Pardo de Vera, en el precipicio por el caso Koldo:  señalada como contacto

 

La relación de Isabel y Ana con personajes controvertidos dentro del PSOE también ha salido a la luz a través de audios y filtraciones.

Entre ellos, destaca la figura de “Coldo”, un nombre que resuena en las investigaciones de la UCO por presuntas comisiones ilegales relacionadas con contratos públicos.

En estas conversaciones, las hermanas aparecen dialogando con naturalidad sobre contratos y movimientos económicos poco transparentes dentro de ADIF, lo que sugiere una complicidad que va más allá de la mera casualidad y apunta a un entramado que protege intereses y favorece acuerdos bajo la sombra de la impunidad.

Este entramado demuestra cómo ciertos círculos políticos y económicos se entrelazan para asegurar que el control del poder se mantenga lejos del escrutinio ciudadano, utilizando redes de influencia que operan con discreción pero con gran eficacia.

Ana Pardo de Vera, aunque menos expuesta públicamente que su hermana, juega un papel crucial en esta maquinaria.

Con una trayectoria que la ha llevado a ocupar puestos estratégicos dentro del PSOE y medios afines, Ana ha sido un pilar silencioso que sostiene la estructura que permitió a Pedro Sánchez alcanzar la presidencia sin una mayoría clara en las urnas.

Su papel, más discreto pero no menos decisivo, evidencia las maniobras internas y alianzas que operan dentro del partido para mantener la cohesión y la estabilidad, aun cuando ello implique apartar a la ciudadanía de la realidad política que se vive en España.

Su perfil combina la defensa feminista y progresista con una lealtad férrea a la cúpula socialista, lo que la sitúa en el epicentro de las decisiones clave, lejos del escrutinio público.

 

Lío entre las hermanas Pardo de Vera por el fichaje por un fondo buitre

 

Estas hermanas representan así una imagen que contrasta con la narrativa oficial del PSOE como un partido cercano a los ciudadanos y comprometido con la transparencia.

En su caso, el discurso feminista y de defensa social convive con un universo alejado de la realidad común, donde el poder se administra desde redes familiares, favores cruzados y una profunda interconexión con sectores económicos que aseguran su permanencia y protección.

El contraste entre su estatus y el día a día de la mayoría de los españoles refleja la creciente distancia entre la clase política y la ciudadanía, una brecha que se agrava cuando se revelan detalles de estos entramados que parecen sacados de un guion de thriller político.

La historia de Isabel y Ana Pardo de Vera no es solo la de dos hermanas con raíces aristocráticas y carreras políticas; es también un reflejo de las complejidades del poder en España hoy.

El linaje real de Sancho III no es simplemente un dato histórico curioso, sino un símbolo de cómo ciertos privilegios ancestrales siguen teniendo influencia en las estructuras modernas de poder.

Al mismo tiempo, los escándalos técnicos, los contratos cuestionados y las filtraciones sobre sus conversaciones con personajes investigados por corrupción revelan que, en ocasiones, las decisiones que afectan a toda la ciudadanía se toman en ámbitos cerrados, alejados del debate público y de la rendición de cuentas.

 

Las redes viralizan la reacción de Ana Pardo de Vera cuando le recordaron a  su hermana

 

El contexto en el que estas hermanas operan es especialmente sensible: ADIF, donde Isabel tiene un papel destacado, es clave en la infraestructura ferroviaria española, un sector estratégico y muy vigilado por la sociedad.

Los errores en la planificación y la ejecución de proyectos ferroviarios no solo tienen consecuencias técnicas, sino también sociales y políticas, dado el impacto en la movilidad y la seguridad de millones de personas.

Que estos errores se hayan vinculado a personas con conexiones políticas estrechas genera un debate sobre la profesionalidad, la responsabilidad y la influencia política en la gestión pública.

Por su parte, Ana, desde sus posiciones en la comunicación y la estrategia política, ha sido fundamental para moldear la narrativa del PSOE, contribuyendo a consolidar la figura de Pedro Sánchez y a gestionar las tensiones internas del partido.

Su perfil es el de una persona que sabe moverse en las sombras del poder, utilizando su capacidad para influir sin necesidad de ocupar un primer plano visible, una característica que revela la complejidad y el alcance de las redes internas del PSOE.

 

Ana Pardo de Vera defiende a su hermana tras salir a la luz el mensaje que  le envió Koldo

 

Este relato, aún en desarrollo, plantea interrogantes fundamentales sobre la naturaleza de la democracia en España, sobre cómo se distribuye realmente el poder y quiénes son los que lo controlan detrás de los escenarios oficiales.

La mezcla de historia, escándalos contemporáneos y conexiones familiares crea una narrativa que atrapa por su carga de misterio y por las implicaciones que tiene para el futuro político del país.

Isabel y Ana Pardo de Vera encarnan una realidad que muchos querrían ignorar, pero que está ahí, entre las sombras, marcando el rumbo de decisiones que afectan a todos.

Mientras el país mira hacia otros focos mediáticos y políticos, estas dos hermanas permanecen como piezas clave de un tablero mucho más amplio y complejo, recordándonos que detrás de cada titular y cada discurso, existen historias que revelan la verdadera cara del poder en España.