Laura Pamplona, ‘Alicia’ en la popular serie de ‘Aquí no hay quien viva’, ha acudido este miércoles a ‘Yas verano’ para repasar su amplia trayectoria profesional.

Este miércoles 6 de junio, Laura Pamplona sorprendió a los espectadores del programa ‘Yas verano’ al romper el silencio sobre lo que realmente vivió durante su etapa como Alicia en la icónica serie ‘Aquí no hay quien viva’.

Aunque en el imaginario colectivo la serie sigue siendo sinónimo de risas, vecindario caótico y personajes inolvidables, para ella el recuerdo está teñido de cansancio extremo, ansiedad y un nivel de exigencia laboral que rozaba lo inhumano.

“La recuerdo con mucho cariño, claro que sí, fue una etapa muy bonita y divertida, hice grandes amigos”, comenzó diciendo la actriz alicantina, dejando entrever que sus palabras no serían solo una oda a la nostalgia.

Enseguida, el tono de la conversación cambió. “No lo voy a negar, era bastante fuerte la manera de grabar que teníamos. Estábamos muchísimas horas. Jornadas maratonianas, sin descanso”, confesó con una sinceridad que dejó al plató en silencio.

Pamplona, que dio vida a uno de los personajes más carismáticos de la serie emitida por Antena 3, relató con detalle el precio que pagó por formar parte de una de las ficciones más vistas de la televisión española.

“Mis últimos meses fueron así: te aprendías los papeles como podías. O te quedabas sin dormir hasta tarde o te lo aprendías en el coche”, explicó. Una rutina demoledora que la obligaba a salir de casa a las siete de la mañana y no regresar hasta las diez de la noche.

La periodista Pepa Romero no dudó en preguntarle: “¿Eso te pasó factura?”. La respuesta de Laura fue clara: “Bueno, sí, nos pasó factura a todos. Cogías una gripe y era cuatro veces más fuerte de lo normal.

Luego había gente con ansiedad, te pasa factura porque no descansas y tienes mucho estrés”, respondió con la voz pausada pero firme.

No se trataba solo del agotamiento físico, sino también del desgaste psicológico que implicaba trabajar bajo tal presión mientras se mantenía la apariencia de normalidad frente a las cámaras.

La actriz también abordó otro aspecto de esa etapa que muchas veces se idealiza: la fama repentina. “Estar en una serie tan famosa también era un estrés.

A veces era un poco agobiante, no te permitía hacer tu vida normal”, dijo, relatando con cierto humor ácido una anécdota que la marcó. “Recuerdo que una vez estaba con mi marido en el metro y me reconoció alguien.

Todo el vagón empezó a cantarme la canción. Que dices, qué divertido, pero no. Hay un momento en que sientes que tienes que recluirte un poco”, confesó.

Pamplona no es la primera actriz de la serie que habla de lo exigente que fue aquel rodaje. Con el paso del tiempo, otros compañeros de reparto también han aludido a lo intenso que era el ritmo de trabajo.

Sin embargo, lo que diferencia el testimonio de Laura es la honestidad con la que ha narrado las consecuencias reales de aquel fenómeno mediático.

Su intervención no solo sirve para desmitificar el mundo televisivo, sino también para visibilizar el impacto emocional que muchas veces se esconde detrás del éxito.

En la actualidad, Laura Pamplona sigue vinculada al mundo de la interpretación, aunque con un enfoque mucho más equilibrado y consciente de sus límites.

La actriz ha sabido reinventarse en el teatro y en producciones audiovisuales menos exigentes en lo mediático, pero más cuidadosas con el bienestar de sus intérpretes.

A lo largo de los años ha demostrado que es posible mantenerse activa sin renunciar a su salud mental, una batalla que ella misma reconoce haber aprendido a priorizar después de aquella experiencia.

Con este testimonio, la actriz vuelve a ocupar titulares, no por un nuevo papel, sino por su valentía al hablar de un tema incómodo y necesario: el lado oculto de una industria que muchas veces romantiza el sacrificio sin medir el coste personal.

Su historia es, a fin de cuentas, la de una mujer que sobrevivió al peso de la fama y aprendió a contarlo sin miedo.