Míchel Salgado y Malula Sanz celebran en el Parador de Baiona sus 25 años de matrimonio con una lujosa fiesta llena de estrellas del fútbol como Beckham, Figo y Raúl, en una noche inolvidable de amor, recuerdos y emociones compartidas.

El pasado fin de semana, la hermosa localidad de Baiona se convirtió en el escenario de una celebración excepcional: el 25 aniversario de matrimonio de Míchel Salgado y Malula Sanz.

Este evento, lleno de amor y nostalgia, reunió a familiares, amigos y figuras destacadas del mundo del fútbol en el emblemático Parador de Baiona, un lugar que tiene un significado especial para la pareja, ya que Míchel es originario de Galicia y fue allí donde se conocieron durante su carrera en el Celta de Vigo.

La fiesta comenzó en la tarde del sábado, cuando los invitados comenzaron a llegar, todos vestidos con sus mejores galas.

Entre ellos se encontraban leyendas del fútbol como Raúl González, Roberto Carlos, David Beckham, Luís Figo, Fernando Morientes y Alessandro Del Piero.

La atmósfera estaba cargada de emoción y alegría, mientras los asistentes compartían anécdotas y recordaban los viejos tiempos en el fútbol profesional.

Míchel, conocido por su carisma y su trayectoria como defensa en el Real Madrid y la selección española, no pudo ocultar su felicidad al ver a tantos amigos reunidos para celebrar su amor con Malula.

La pareja, que se conoció en su juventud, ha construido una hermosa familia a lo largo de los años, y este aniversario fue una oportunidad perfecta para reafirmar su compromiso mutuo.

Durante la celebración, se realizaron varios discursos emotivos. Míchel, con la voz entrecortada por la emoción, agradeció a todos los presentes: “No hay mayor alegría que celebrar 25 años junto a la mujer que amo.

Cada momento ha valido la pena, y quiero seguir creando recuerdos junto a Malula y nuestra familia”.

Malula, por su parte, expresó su gratitud hacia Míchel y su amor incondicional: “Cada día a su lado es un regalo. Estoy agradecida por cada instante que hemos compartido y por los que aún nos quedan por vivir”.

Uno de los momentos más destacados de la noche fue la proyección de un emotivo video que recopilaba los mejores momentos de la vida de la pareja, desde su boda hasta el nacimiento de sus hijos.

Las risas y las lágrimas fluyeron entre los asistentes, quienes se sintieron conmovidos por la historia de amor que Míchel y Malula han cultivado a lo largo de los años.

La decoración del evento fue espectacular, con un toque gallego que reflejaba las raíces de Míchel. Las mesas estaban adornadas con flores frescas y velas, creando un ambiente acogedor y romántico.

En el centro de la sala, un enorme pastel de bodas, decorado con los colores del Real Madrid, esperaba ser cortado por los homenajeados. El pastel, que representaba la unión de sus vidas, fue un símbolo de la celebración.

Además de los invitados del mundo del deporte, también asistieron personalidades del ámbito empresarial, como Marián Mouriño, presidenta del Real Club Celta de Vigo, y la empresaria Marta Fernández.

La presencia de estas figuras añadió un toque de distinción a la celebración, que se extendió hasta altas horas de la noche.

La música fue otro de los puntos fuertes de la fiesta. Un grupo de músicos locales amenizó la velada con canciones tradicionales gallegas y éxitos contemporáneos, haciendo que todos los asistentes se unieran en un baile festivo.

Míchel y Malula, en un momento especial, bailaron su canción favorita, recordando los momentos románticos de su juventud.

La celebración culminó con un brindis por el amor, la amistad y los recuerdos compartidos. Míchel levantó su copa y, rodeado de sus seres queridos, proclamó: “Por muchos años más de amor y felicidad”.

Los aplausos resonaron en el Parador, mientras todos los presentes se unieron en un deseo colectivo de felicidad para la pareja.

Este evento no solo fue un homenaje a un amor duradero, sino también una celebración de la vida, la amistad y la comunidad.

Míchel Salgado y Malula Sanz demostraron que el amor verdadero no solo perdura a través del tiempo, sino que también se celebra con alegría y gratitud. Sin duda, una fiesta que quedará grabada en la memoria de todos los que tuvieron el privilegio de asistir.