La periodista, que sustituye este verano a Adela González en el programa de La1, nos cuenta cómo cambió su vida hace un año, cuando tuvo a su hija África. Su pareja y ella tienen claro que no ampliarán la familia.

 

Miriam Moreno, presentadora de 'Mañaneros': "He tenido que ir a terapia  para reconducir mis niveles de autoexigencia"

 

Miriam Moreno, rostro habitual de la televisión española y actual presentadora de ‘Mañaneros’ en La1 durante este verano, ha abierto una ventana íntima a su vida personal y profesional que cambió radicalmente hace poco más de un año con la llegada de su hija África, un nombre que eligió en homenaje a su abuela y que ahora es su mayor motivación.

Desde Barcelona, ciudad que la vio nacer y donde empezó su carrera en TVE, hasta el plató madrileño donde enfrenta el reto de sustituir a Adela González, Miriam comparte con sinceridad cómo ha tenido que reconducir su autoexigencia mediante terapia, para no perderse en la vorágine de ser madre y periodista.

“Mi vida ahora es para mi hija”, afirma Miriam con una mezcla de felicidad y cansancio.

Confiesa que, aunque la maternidad le ha dado un propósito renovado, la realidad de combinar madrugones, un ritmo frenético en televisión y el cuidado de una bebé de apenas un año es un reto constante que la ha llevado a pedir una reducción de jornada para intentar mantener la salud mental y física.

“Pensaba que podría continuar igual tras mi permiso de maternidad, pero la realidad me dio una bofetada”, relata con honestidad.

 

Miriam Moreno, presentadora de 'Mañaneros': "He tenido que ir a terapia  para reconducir mis niveles de autoexigencia"

 

En el plató de ‘Mañaneros’, un espacio que ha sufrido una renovación con una línea más enfocada en la actualidad política, Miriam se muestra entusiasmada pero también crítica:

“La actualidad manda y cada día aprendo algo nuevo, aunque echo de menos a compañeros que marcaron etapas anteriores como Marc Santandreu, con quien empecé copresentando.”

La sintonía con Adela González, a quien reemplaza, es evidente. “Es una gran compañera y nos cuidamos mutuamente”, comenta, dejando claro que el trabajo en equipo es la base del éxito del programa, respaldado por una audiencia creciente.

La periodista admite que ser madre ha cambiado incluso su rutina de alimentación, debido a la alergia de África a la leche de vaca, cabra y oveja, lo que le ha llevado a optar por la lactancia materna prolongada, incluso llevándola al trabajo para poder amamantarla.

Esta situación refleja no solo el compromiso profesional de Miriam sino también su papel de madre entregada.

“Mi chico y yo estamos ahogados todo el día, nuestras familias no viven en Madrid y cuando la niña se pone mala, hacer malabares se vuelve una constante”, detalla.

 

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Cuando se le pregunta sobre sus niveles de autoexigencia, Miriam no duda en reconocer que han sido tan altos que necesitó terapia para aprender a moderarlos.

“No quiero que mi hija crezca con la sensación de culpa que muchas madres sienten por no llegar a todo o por tomarse un tiempo para sí mismas. Por eso le escribo un diario con mis reflexiones, para que algún día pueda entender y quizás no se sienta sola.”

Este testimonio pone sobre la mesa un tema común pero poco abordado abiertamente: la presión que sienten las mujeres, especialmente en medios de comunicación, para mantener una imagen y un rendimiento impecable.

Miriam no solo habla de la maternidad sino también de sus ambiciones profesionales.

Aunque su primera pasión fue siempre la televisión, donde ha trabajado desde emisoras locales en Barcelona hasta programas nacionales, también está abierta a nuevas propuestas, incluso en otros medios.

Cuando se le menciona el nombre de Roberto Leal, con quien compartió espacio en ‘España Directo’, no duda en elogiarlo como un referente profesional y personal. “Desde que soy madre me siento capacitada para todo”, afirma con convicción.

 

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En cuanto a su imagen pública, Miriam mantiene una postura natural: “No quiero que mi hija piense que ser perfecta es lo importante. Para mí, ser natural y auténtica es lo que vale.”

A pesar de la presión del directo y de la imagen, confía en los profesionales de maquillaje y estilismo que la acompañan desde hace años. Su rutina diaria es sencilla y adaptada a las necesidades del trabajo y la maternidad, con pocas horas dedicadas a la preparación personal.

El apoyo de su pareja es fundamental en esta etapa, aunque él no forma parte del mundo mediático.

“Nos ayudamos mutuamente pero mamá tiene algo que papá no tiene: las tetitas,” bromea Miriam al explicar cómo han hecho malabares para que la lactancia materna sea posible mientras ella trabaja.

La pareja tiene claro que no ampliarán la familia, y con África y sus dos gatos, se sienten completos.

La periodista también muestra su lado más humano y sensible al relatar su experiencia cubriendo eventos difíciles como la Dana o la muerte del papa Francisco.

“Lo afronto con respeto, empatía y humanidad, porque detrás de cada noticia hay personas y emociones,” explica, lo que habla de su compromiso profesional y su capacidad para equilibrar la dureza de la actualidad con su lado más cercano y personal.

 

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Miriam Moreno es hoy una de las presentadoras más influyentes de la televisión española, reconocida no solo por su profesionalismo sino por la honestidad con la que comparte su vida y sus retos.

Desde su paso por ‘España Directo’ hasta su nueva etapa en ‘Mañaneros’, su carrera sigue creciendo mientras equilibra con esfuerzo su faceta de madre primeriza.

Este año en La1 marca un antes y un después en su vida, no solo por el cambio de formato o el incremento en la política como eje central, sino por la profunda transformación personal que ha vivido.

Con su historia, Miriam se convierte en un espejo para muchas mujeres que, como ella, buscan conciliar sus sueños profesionales con los desafíos de la maternidad, y al mismo tiempo romper con los mitos de la perfección y la autoexigencia implacable.

Su testimonio es un llamado a la reflexión sobre la importancia del bienestar emocional y la autenticidad, en un mundo que exige cada vez más.