El caso de Daniel Sancho continúa ofreciendo importantes novedades cuando se cumplen dos años del crimen a Edwin Arrieta, coincidiendo con el enfado del preso con su abogado

A dos años exactos del asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta, el caso de Daniel Sancho vuelve a sacudir a la opinión pública con un nuevo y tenso capítulo que pone en jaque la relación entre el joven español y su abogado defensor, Marcos García Montes.

Desde la prisión de máxima seguridad de Surat Thani, donde cumple cadena perpetua, el hijo del actor Rodolfo Sancho ha reaccionado con furia a unas declaraciones de su letrado que, según él, distorsionan por completo su realidad carcelaria y podrían perjudicar gravemente su imagen ante las autoridades tailandesas.

Todo comenzó cuando García Montes concedió una entrevista a medios españoles, como Vanitatis, en la que describía las condiciones de vida de Daniel en prisión.

Sus palabras sorprendieron a muchos por el aparente trato favorable que recibiría su cliente dentro del penal. Sin embargo, fue el propio Daniel quien, al enterarse de estas declaraciones, estalló en cólera.

Según reveló en exclusiva el periodista Alejandro Rodríguez durante el programa ‘TardeAR’ emitido el lunes 4 de agosto, “Daniel Sancho está muy enfadado con Marcos García Montes, su abogado. Se ha sentido traicionado y no entiende por qué ha contado esas estupideces”.

Rodríguez añadió: “Nos ha dicho textualmente: ‘¿Voy a quedar como un privilegiado dentro de la prisión, donde somos siete mil, cuando soy uno más?’.

Él no quiere que se transmita una imagen de favoritismo porque teme que eso le pueda pasar factura dentro del sistema penitenciario tailandés”.

Sancho, de 31 años, lleva recluido desde el año 2023, cuando fue condenado por el brutal crimen que conmocionó tanto a España como a América Latina.

Inicialmente estuvo preso en Koh Samui, una cárcel de menor seguridad, pero tras dictarse la condena a cadena perpetua fue trasladado a Surat Thani, una de las prisiones más duras del país.

En ese entorno hostil, Daniel intenta mantener una rutina de supervivencia como cualquier otro preso. Duerme sobre una manta en el suelo, comparte espacio con doce reclusos, se despierta a las 4:30 de la mañana, y a las 5 deben cantar el himno o rezar.

Las luces se apagan a las 17:00, y su único contacto regular con el exterior es a través de videollamadas autorizadas por ser preso internacional.

Pese al enfado, Rodríguez subraya que la relación entre Sancho y su abogado hasta ahora había sido buena: “Han trabajado juntos en la preparación del recurso, hablan con frecuencia… pero él no entiende por qué de repente García Montes decide dar esta versión a los medios”.

Una de las afirmaciones más polémicas del abogado fue que Daniel estaría escribiendo unas memorias desde prisión.

Sin embargo, el periodista ha desmentido esto tajantemente: “Eso es rotundamente falso. Lo que sí hace es escribir desde hace más de 720 días en un diario personal, donde anota su día a día, pero sin ninguna intención de publicarlo”.

Este nuevo roce no es el único conflicto que rodea al entorno de Sancho. La figura de su padre, Rodolfo Sancho, también ha estado en el centro de la polémica.

La semana pasada, el actor reapareció públicamente pero evitó hablar con el equipo del programa vespertino de Telecinco.

En un momento tenso registrado por las cámaras, el reportero le preguntó: “¿Por qué no quieres hablar conmigo?”, a lo que el actor respondió de forma seca: “Tú sabes bien por qué…”.

Alejandro Rodríguez, testigo directo del incidente, defendió su labor periodística: “Yo no he tenido ningún frente con Rodolfo. Desde el minuto uno solo hemos hecho nuestro trabajo: aportar informaciones relevantes sobre el caso”.

Entre esas informaciones, una en particular habría causado molestia en Rodolfo: la filtración de mensajes vejatorios que él habría enviado a su exmujer Silvia Bronchalo.

“Entendemos que esa información no le hizo ninguna gracia, porque eran mensajes muy desagradables, pero yo me voy a ceñir a mi trabajo y a este programa que es contar la verdad”, remató el periodista.

Este complejo entramado de tensiones, tanto dentro como fuera de la prisión, demuestra que el caso Sancho está lejos de cerrarse.

Más allá del proceso legal en curso, donde aún se espera la resolución del recurso presentado por su defensa, los conflictos personales, las declaraciones cruzadas y la exposición mediática siguen manteniendo vivo un drama que ya lleva dos años en el foco de la atención pública.

Daniel Sancho, por su parte, ha declarado recientemente desde la cárcel: “Tengo esperanzas de que se haga justicia”, pero el camino hacia esa justicia parece estar plagado de obstáculos, malos entendidos y nuevas grietas en su círculo más cercano.