Tamara, hermana de Michu, está convencida del contenido por lo que pudo conocer tiempo atrás y expone lo que podría suponer aceptar el testamento y las últimas voluntades.

Han pasado casi dos meses desde que Michu, madre joven y expareja de José Fernando Ortega, falleciera el 7 de julio a los 33 años por una enfermedad cardíaca congénita.

Desde entonces, su familia más cercana vive en un mar de dudas sobre sus últimas voluntades y el contenido exacto de su testamento.

Aunque su muerte ha sido pública, sus deseos finales han permanecido hasta ahora en la penumbra, despertando suspicacias, rumores y muchas preguntas.

Fue el 26 de agosto cuando se filtró el contenido de uno de los documentos legales, según el cual su madre, Inma, sería la principal beneficiaria de sus bienes.

Sin embargo, ni Inma ni Tamara —la hermana de Michu— han podido ver de manera oficial ese testamento, enterándose de su contenido por televisión y por un papel enviado desde una aseguradora.

Recién este miércoles en el programa *Tardear*, Tamara dio nuevos datos que han encendido todas las alarmas.

“Michu dejó bienes, dejó deudas, obligaciones… Más de 8 000 € en multas de tráfico, y la casa tiene un valor catastral de solo 9 000 €.

Podría tener más valor al venderla por estar en el casco histórico, pero necesitamos asesoramiento para saber qué podemos hacer”,

explicó con pesar Tamara, consciente de que lo que parece una herencia modesta podría convertirse rápidamente en un agujero económico del que difícilmente recuperarse.

Durante la entrevista, Tamara recordó que vivió muchos años junto a su hermana y accedió a sus cartas personales, entre ellas una donde se detallaban multas por exceso de velocidad.

“No salía mucho de casa y fue algo que me sorprendió, cuando estaba con la familia Ortega…”, añadió, dejando ver cómo los pequeños detalles cotidianos ahora cobran un valor legal.

Además, Tamara reveló que existen dos documentos fundamentales: por un lado, el “registro notarial de últimas voluntades”, que indica que Michu otorgó un testamento abierto ante notario en Arcos de la Frontera;

y por otro, un acta de voluntades que es meramente orientativa y no vinculante.

A día de hoy, solo tienen acceso al testamento informal filtrado a través de familias externas al entorno directo, lo que ha generado aún más incertidumbre y desconcierto, como reconoció Jorge Borrajo, director de la revista *SEMANA*:

“O no está abierto, o no corresponde a este documento”.

Ante esta situación, Tamara expresó su preocupación con claridad: “Si mi madre no renuncia a la herencia, no sé si eso pasará a mí en el futuro.

Estamos intentando ver, con ayuda de un abogado, en qué condiciones podemos aceptar esa herencia y qué pasos dar”. La amenaza de que una vivienda modesta se convierta en un problema financiero es real si no se realiza una evaluación legal exhaustiva.

La familia también sospecha que José Fernando Ortega y Gloria Camila podrían haber tenido acceso a parte del contenido del testamento antes que ellas, lo que ha despertado interrogantes sobre la cercanía entre ambas partes.

Según Tamara, “el progenitor directo —presumiblemente José Fernando— recibió información sobre las últimas voluntades de Michu por parte de la heredera legítima, Ana María Aldón o Gloria Camila”.

Esta filtración, de confirmarse, complicaría aún más la situación y prolongaría los procesos legales y emocionales que enfrenta la familia.

De momento, el entorno de Michu se encuentra en una encrucijada legal y ética. ¿Debería renunciar Inma a la herencia para evitar que la deuda supere el valor de la vivienda?

¿Qué implicaciones tendría aceptar una herencia en la que los costes exceden el valor real? ¿Y cómo ha sido posible que terceras partes accedieran anticipadamente a información sobre el testamento?

Son preguntas que requieren pronto respuestas y que, sin duda, mantendrán en vilo a todos los implicados en las próximas semanas.