La expulsión de Joshua Velázquez en la gala 12 de ‘Supervivientes 2025’ ha desatado una ola de críticas por la decisión de cerrar el televoto antes de tiempo, lo que ha generado sospechas de favoritismo hacia Pelayo Díaz, quien además fue acusado de hacer trampas en una prueba sin que la organización tomara medidas.

Una nueva gala de ‘Supervivientes 2025’ ha encendido todas las alarmas y ha dividido por completo a la audiencia.

La expulsión de Joshua Velázquez en la duodécima gala no solo sorprendió a muchos, sino que ha desencadenado una oleada de críticas, teorías y sospechas que apuntan directamente a una posible manipulación en favor de Pelayo Díaz, uno de los concursantes más mediáticos de la edición.

Lo que parecía ser una noche más de tensión y pruebas en Honduras terminó convirtiéndose en un campo de batalla en las redes sociales, donde miles de espectadores han acusado al programa de alterar las reglas para proteger a Pelayo y asegurar su continuidad en el concurso.

El centro de la polémica está en la decisión de cerrar el televoto antes de que se conociera públicamente qué concursante se había salvado de la expulsión.

En ediciones anteriores, era común que, tras salvarse uno de los nominados, se reabriera la votación para que la audiencia pudiera decidir entre los dos restantes.

Esta vez, sin embargo, el sistema se cerró de manera definitiva antes de la primera salvación, eliminando cualquier posibilidad de reabrirlo para un enfrentamiento directo entre Pelayo y Joshua, quienes eran los dos candidatos con menos apoyo.

Esta maniobra ha sido vista por muchos como un movimiento calculado para evitar que Pelayo, quien según numerosas encuestas no era el favorito del público, fuera eliminado.

Pelayo Díaz recibió un 29% de los votos mientras que Joshua obtuvo un 24%. Aunque la diferencia parece escasa, suficientes voces en redes sociales han manifestado que una votación cara a cara podría haber cambiado completamente el resultado.

El hecho de que el cierre del televoto haya sido anticipado alimentó la sensación de que se trató de una jugada planificada, una especie de “salvavidas” mediático lanzado a uno de los rostros más conocidos de la televisión.

Pelayo, diseñador de moda, influencer y colaborador habitual de programas de Mediaset, llegó al reality envuelto en expectativas por su fuerte personalidad, sus looks extremos y su historial mediático.

Pero su actitud en la isla ha despertado tanto admiración como rechazo, especialmente después de varios enfrentamientos con sus compañeros y una creciente sensación de favoritismo.

A todo esto se sumó otra polémica que marcó la misma gala: la victoria de Pelayo en la prueba de “La noria infernal”, una de las más exigentes del concurso.

Enfrentado a Anita Williams, Pelayo logró imponerse y obtener el codiciado collar de líder. Sin embargo, decenas de espectadores denunciaron que hizo trampas al apoyarse en la barra central de la estructura, algo que está expresamente prohibido por las normas del juego.

Las imágenes del momento se viralizaron en cuestión de minutos, y el hashtag #TongoEnSupervivientes comenzó a escalar rápidamente en Twitter, acompañado de vídeos donde se evidenciaba el supuesto gesto irregular.

A pesar de las reclamaciones, la organización del programa validó la victoria, lo que no hizo sino aumentar la indignación del público.

El afectado directo por todo esto, Joshua Velázquez, abandonó la isla con serenidad y agradecimiento. En su despedida, se mostró emocionado por la experiencia vivida y aseguró que el concurso le había cambiado profundamente.

Joshua, modelo y estilista, era uno de los participantes más discretos pero queridos por una parte del público, que valoraba su autenticidad y su evolución personal.

Su salida fue lamentada incluso por varios compañeros de concurso, quienes no ocultaron su sorpresa ante el resultado.

Mientras tanto, Pelayo Díaz continúa en el reality con una nueva oleada de críticas sobre sus hombros. Algunos internautas han ido más allá y aseguran que la producción está dirigiendo el concurso a su favor debido a los vínculos que mantiene con la cadena.

No sería la primera vez que ‘Supervivientes’ se ve envuelto en una controversia de este tipo.

A lo largo de sus ediciones, han sido muchas las ocasiones en las que se ha hablado de favoritismos, cambios de reglas de última hora y decisiones que parecían responder más a intereses de audiencia que a la voluntad popular.

Lo que está claro es que la gala del jueves ha dejado una herida abierta en la relación entre el programa y su fiel audiencia.

La falta de explicaciones claras por parte de la organización no ha ayudado a calmar los ánimos, y muchos exigen ya una respuesta oficial o, al menos, una rectificación del sistema de votación para recuperar la confianza perdida.

Las redes sociales siguen hirviendo, y el debate sobre lo ocurrido amenaza con extenderse durante los próximos días, mientras el concurso avanza hacia sus fases decisivas.

En esta atmósfera cargada de desconfianza, queda por ver si ‘Supervivientes 2025’ sabrá revertir la situación o si este escándalo marcará un antes y un después en la percepción pública del reality.

De momento, Pelayo sigue en la isla, pero su imagen pública atraviesa un huracán mediático que podría terminar por pasarle factura.

Y en medio de todo, los espectadores, quienes cada semana eligen quedarse frente al televisor, esperan que la próxima gala no solo traiga emoción, sino también justicia.