La conocida presentadora ha querido hablar sobre su pasado y su presente en el programa donde trabaja, siendo muy sincera a la hora de expresarse

En el plató del programa *Fiesta*, emitido por Telecinco durante este verano, Terelu Campos volvió a hacer lo que mejor sabe:

hablar con la verdad por delante, sin filtros y con esa mezcla de humor, vulnerabilidad y determinación que la ha convertido en una de las figuras más queridas de la televisión española.

A sus 59 años, la presentadora malagueña está viviendo un renacer personal y profesional que pocos esperaban tras años complicados marcados por problemas de salud, la pérdida de su madre María Teresa Campos y etapas de inestabilidad emocional.

Sin embargo, este 2025 la encuentra imparable: se ha estrenado como actriz de teatro con la obra *Santa Lola*,

ha regresado como colaboradora habitual de *Fiesta*, ha sobrevivido a una exigente edición de *Supervivientes* y, además, ha debutado como abuela, uno de los cambios que más ilusión le ha provocado.

Aprovechando un bloque del programa donde se repasaban momentos del pasado de sus colaboradores, Terelu se enfrentó a imágenes de su juventud e incluso a antiguas portadas de revista que protagonizó en sus años de mayor exposición mediática.

Con una sonrisa algo nostálgica, la comunicadora reconoció: “Yo era consciente de que era una chica mona, pero no me acompañaba la estatura”, confesando así un antiguo complejo físico.

La frase arrancó risas en plató, pero también abrió la puerta a una reflexión más profunda sobre la autoestima.

“Sí sentía que gustaba, pero no quería que se me relacionara con eso. Ahora pienso que podría haber disfrutado más”, admitió con sinceridad, dejando entrever que su juventud fue una etapa en la que no supo valorarse del todo.

La conversación, lejos de quedarse en lo anecdótico, viró hacia el plano sentimental. Le preguntaron por una famosa portada en la revista *Lecturas* en la que afirmaba que llevaba nueve años sin mantener relaciones sexuales.

Ella no rehuyó el tema: “Tenéis una manía de que tengo que tener una pareja… yo no quiero revolcón, yo quiero ese amor tonto y adolescente”, respondió entre risas, pero con un claro mensaje: no necesita una pareja para sentirse completa.

Terelu confesó que, en este momento de su vida, no está buscando una relación seria, y que nunca le atrajeron los hombres más jóvenes ni los estereotipos de belleza clásicos.

“Me gustan los hombres interesantes, con menos cara de mujer”, comentó entre bromas, dejando claro que busca algo más emocional que físico.

Uno de los momentos más comentados de su intervención fue cuando abordó la polémica surgida en torno a su última portada para *Lecturas*. Muchos criticaron que la imagen estaba retocada, algo que ella no negó, pero quiso matizar.

“Luis Pliego, el director, me pidió el posado y ahora ya se ha quedado como una costumbre. Pensé que este año, al haber estado en *Supervivientes*, no les interesaría porque ya me había visto todo el mundo.

Por eso no me tapé nada”, explicó. Sin embargo, admitió sentirse insegura con ciertas partes de su cuerpo. “Solo me he tapado con el bikini porque me siento insegura, y ese bikini solo lo uso en la piscina de mi casa en Málaga”, añadió con su característico desparpajo.

Sobre el uso del retoque fotográfico, fue igualmente transparente: “Les dije que me quitaran las arruguitas de los brazos y la tripa, que no me gustan nada. Pero la cara no está retocada. No tengo arrugas, tengo buena genética de mi madre y mi abuela.

No me he puesto bótox ni nada de eso… aunque esto de aquí me lo quería hacer un poco”, dijo señalándose la papada. Aunque confesó estar tentada a hacerse algún retoque, también reconoció que le da miedo pasar por el quirófano de forma voluntaria.

“He sufrido tanto en un quirófano porque no tenía más remedio, que ahora me da pavor hacerlo por decisión propia. Además, pienso que tenemos que envejecer. No puedo pretender tener la cara que tenía a los 30 años”, concluyó.

Terelu Campos ha construido una carrera sólida en la televisión, pero también una vida pública llena de altibajos que ha sabido sobrellevar con dignidad.

Su última etapa en *Supervivientes 2025*, donde saltó dos veces del helicóptero y resistió en condiciones extremas, fue una muestra de su fortaleza emocional.

“Nunca pensé que fuera capaz, pero me sorprendí a mí misma”, dijo entonces, y lo sigue demostrando cada vez que habla sin miedo a mostrar sus inseguridades.

Mientras otros esconden su edad o recurren al silencio para mantener una imagen perfecta, Terelu hace justo lo contrario: se muestra con sus luces y sus sombras, sus complejos y sus logros, y eso la ha convertido en una figura aún más cercana para el público.

Hoy, a sus 59 años, la malagueña no solo se siente más libre, sino también más fuerte que nunca. “Quiero que se note que he vivido y que quiero seguir viviendo”, sentenció en una frase que resume toda una filosofía de vida.