Allegra y Cecilia Hohenlohe organizaron una exclusiva y mágica celebración veraniega en el histórico Pazo de Oca, reuniendo a 350 invitados entre familiares y amigos para honrar la tradición gallega con música, gastronomía y emociones especiales.

 

Flores, encaje y linaje: los románticos vestidos de Allegra y Cecilia  Hohenlohe en su exclusiva fiesta celebrada en el "Versalles gallego"

 

El pasado fin de semana, el majestuoso Pazo de Oca se convirtió en el escenario de una celebración veraniega inolvidable, organizada por las carismáticas Allegra y Cecilia Hohenlohe.

Con una asistencia de aproximadamente 350 invitados provenientes de diversos rincones del mundo, la fiesta fue un verdadero festín de alegría, cultura y tradición gallega, que dejó a todos los presentes con recuerdos imborrables.

La velada comenzó al caer la tarde, cuando los invitados fueron recibidos por gaiteros que llenaron el aire con melodías ancestrales, creando una atmósfera mágica desde el primer momento.

El Pazo, conocido por su rica historia y belleza arquitectónica, proporcionó un telón de fondo impresionante para este evento exclusivo.

Las luces parpadeantes y la decoración floral, diseñada por la italiana Luisa Beccaria, añadieron un toque de elegancia y sofisticación a la celebración.

 

 

Allegra y Cecilia, hijas del aristócrata Pablo de Hohenlohe-Langenburg y María del Prado Muguiro, son bisnietas de la icónica Victoria Eugenia Fernández de Córdoba, lo que añade un aire de distinción a su linaje.

Durante la fiesta, las hermanas compartieron emotivas palabras sobre la importancia de la familia y la conexión que las une.

“Estar rodeadas de nuestros seres queridos en un lugar tan especial es un sueño hecho realidad”, expresó Allegra, mientras su hermana Cecilia sonreía, asintiendo con la cabeza.

El menú de la noche fue una celebración de la gastronomía gallega, con platos típicos que deleitaron a los paladares más exigentes. Desde mariscos frescos hasta empanadas gallegas, cada bocado fue un homenaje a la rica cultura culinaria de la región.

Los invitados disfrutaron de una experiencia gastronómica única que incluyó una tradicional “queimada”, una ceremonia que busca alejar las malas energías y traer buena fortuna.

En ese momento, el ambiente se llenó de risas y buenos deseos, mientras todos levantaban sus copas para brindar por la felicidad y la prosperidad.

 

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La música en vivo fue otro de los grandes atractivos de la noche. Un Dillei, conocido por su energía contagiosa, hizo que los jóvenes aristócratas, entre ellos Irene Urdangarin y Manuela Falcó, se lanzaran a la pista de baile.

“¡No puedo creer lo bien que se está pasando!”, exclamó Manuela mientras giraba con gracia al ritmo de la música. La pista se llenó rápidamente de parejas que bailaban y disfrutaban del momento, creando un ambiente vibrante y festivo.

Sin embargo, la única nota discordante de la noche fue la ausencia de Amalia de Holanda, que generó murmullos entre los asistentes. “Es una pena que no haya podido venir, pero estamos aquí para celebrar y disfrutar”, comentó un invitado cercano a la familia Hohenlohe.

A pesar de su ausencia, la celebración continuó con entusiasmo, y los recuerdos de momentos compartidos con Amalia llenaron las conversaciones.

 

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A medida que avanzaba la noche, las conversaciones se animaban y las risas resonaban en cada rincón del Pazo. Los invitados intercambiaron anécdotas sobre sus experiencias y vínculos familiares, creando un sentido de comunidad y pertenencia.

“Es maravilloso ver a tantas personas unidas por la amistad y la familia”, reflexionó un amigo de la infancia de Cecilia, quien también asistió a la celebración.

La fiesta culminó con un espectáculo de fuegos artificiales que iluminó el cielo estrellado, brindando un cierre espectacular a una noche mágica.

Los invitados se agruparon en el jardín del Pazo, mirando hacia arriba con asombro mientras los colores brillantes estallaban en el aire. “Esto es simplemente perfecto”, susurró Allegra, con una sonrisa de felicidad en su rostro.

 

Entramos en la gran fiesta del verano: la exclusiva celebración de Allegra  y Cecilia Hohenlohe en el Pazo de Oca

 

Al final de la noche, mientras los invitados comenzaban a despedirse, se sentía una mezcla de satisfacción y nostalgia en el aire.

La celebración no solo había sido un homenaje a la familia Hohenlohe, sino también una reafirmación de los lazos que unen a amigos y seres queridos.

“Espero que podamos repetir esto pronto”, dijo Cecilia, abrazando a sus amigos antes de que se marcharan.

En resumen, la celebración de Allegra y Cecilia Hohenlohe en el Pazo de Oca fue un evento que combinó tradición, alegría y la calidez de la familia.

Con momentos inolvidables, buena música y una exquisita gastronomía, esta fiesta veraniega quedará grabada en la memoria de todos los presentes. Sin duda, un evento que reflejó la esencia de la cultura gallega y la importancia de las conexiones familiares.

 

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