La figura de José Luis Rodríguez Zapatero vuelve a estar en el ojo del huracán internacional tras su implicación en la política venezolana, mientras la oposición denuncia fraude electoral y miles de ciudadanos sufren represión, secuestros y persecución, dejando al Gobierno español en el centro de una polémica sin precedentes.

 

La presión de Trump contra Maduro amenaza a Zapatero

 

El expresidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha convertido en el centro de una polémica internacional tras su implicación en la política venezolana durante los últimos años,

especialmente en los meses posteriores a las elecciones del 28 de julio de 2024, en las que la oposición denunció un fraude masivo por parte del régimen de Nicolás Maduro.

La presencia de Zapatero en Venezuela, y su participación activa en mediaciones y encuentros con figuras del gobierno chavista, ha levantado críticas no solo en España, sino también en Estados Unidos y otros países de la Unión Europea, que cuestionan la imparcialidad de su labor.

En el Senado español, durante la comparecencia del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Álvarez, miembros del Partido Popular señalaron la “connivencia” de Zapatero con Maduro y denunciaron la tibieza del Gobierno de Pedro Sánchez frente a la represión en Venezuela.

“¿No les avergüenza que Zapatero se ponga de parte de los torturadores de los autócratas de la narcodictadura mientras el pueblo venezolano es reprimido, secuestrado y asesinado impunemente en las calles?”,

declaró uno de los portavoces del PP, mientras acusaba al Ejecutivo español de mantener un perfil bajo para no “ofender” a Maduro.

 

Trump asesta un golpe económico a Maduro al revocar las licencias de  Chevron para operar en Venezuela

 

Según las declaraciones del portavoz, la actividad de Zapatero en Venezuela incluye viajes frecuentes y reuniones con altos cargos del régimen chavista, cuya financiación y organización aún no han sido aclaradas por el Gobierno.

Las preguntas se centran en si detrás de estos movimientos existen intereses personales o profesionales ocultos.

“¿Nos podrá decir quién ha financiado el viaje y la estancia del señor Zapatero en Venezuela? ¿Cuánto nos cuesta a los españoles de nuestros impuestos la frenética actividad que lleva años desarrollando?”,

cuestionó el senador, en medio de un debate que duró varias horas y que evidenció la tensión entre los partidos.

Los críticos recuerdan que mientras otros países de la región, como Chile, Brasil, Panamá o Estados Unidos, han tomado posiciones firmes ante el fraude electoral y la represión de la oposición en Venezuela, España ha optado por una postura de equidistancia que muchos consideran vergonzosa.

La situación de los más de 2,000 encarcelados, secuestros y la represión a menores ha sido ampliamente documentada por organismos internacionales, pero la reacción española ha sido calificada de “silencio cómplice”.

 

Trump, Maduro y Zapatero - i28 - Iniciativa 2028

 

Entre los momentos más críticos de la sesión parlamentaria, se destacó la controversia por la delegación española que viajó a Caracas tras ser invitada por la oposición liderada por María Corina Machado.

A su llegada al aeropuerto, la delegación fue retenida y posteriormente expulsada sin que el Gobierno español interviniera de manera significativa, enviando únicamente al cónsul, mientras que la mediación de Zapatero no logró ningún efecto tangible.

“Esto no son bulos, no es crítica, es crónica. El gobierno se puso al lado del régimen chavista y miró para otro lado mientras se violaban los derechos fundamentales de ciudadanos venezolanos”, afirmó el senador durante su intervención.

Además, la polémica se ha visto alimentada por rumores y denuncias sobre operaciones diplomáticas que involucran maletas con contenido aún desconocido traídas por Delsy Rodríguez y otros emisarios de Maduro.

La falta de transparencia en estos episodios ha incrementado la desconfianza y ha generado comparaciones con la política exterior de gobiernos de otros países latinoamericanos que sí reaccionaron ante situaciones similares, ofreciendo apoyo a los opositores y sancionando al régimen.

 

Zapatero visitó a Maduro "sin mandato" del Gobierno

 

El debate en España también ha dejado al descubierto las tensiones internas dentro del propio Ejecutivo. Se cuestionó al ministro Álvarez sobre su dependencia de Zapatero y la falta de autonomía en la política exterior:

“Usted no lleva la cartera mientras la política exterior la llevan otros”, le espetó un miembro del PP, subrayando que el expresidente habría asumido un papel central en la mediación con el gobierno venezolano sin supervisión suficiente.

Por su parte, Zapatero ha defendido públicamente su papel como mediador, argumentando que su objetivo ha sido siempre promover el diálogo y evitar un conflicto mayor.

Sin embargo, la oposición española y varios sectores de la comunidad internacional consideran que su actuación ha sido parcial, favoreciendo indirectamente al régimen chavista y socavando el reconocimiento de los resultados legítimos de la oposición.

Esta percepción ha alcanzado incluso a la esfera estadounidense, donde se especula que figuras como Donald Trump podrían considerar sanciones o medidas diplomáticas contra actores implicados en estas “alianzas estratégicas” con Maduro.

 

El Gobierno se desmarca de la visita de Zapatero a Maduro y Delcy Rodríguez  - thediplomatinspain.com

 

Mientras tanto, la crisis en Venezuela continúa, con un pueblo que sigue luchando diariamente por recuperar sus derechos y libertades, enfrentando persecución, censura y violencia.

La figura de Zapatero, que durante años ha estado vinculada a mediaciones políticas en el país, se encuentra ahora en el ojo del huracán, con su nombre asociado a decisiones controvertidas que podrían tener repercusiones internacionales significativas.

El caso ha abierto un debate profundo sobre la ética de la mediación política, la transparencia en la actuación de exmandatarios y la responsabilidad del Gobierno español ante las violaciones de derechos humanos en Venezuela.

Mientras Zapatero mantiene su silencio sobre ciertas operaciones y contactos, la presión política aumenta y los ciudadanos exigen respuestas claras sobre las decisiones tomadas y los motivos detrás de su prolongada implicación en el país sudamericano.

En conclusión, el papel de Zapatero en Venezuela, combinado con la actuación equidistante del Gobierno de Pedro Sánchez, ha generado una tormenta política que no solo afecta a la percepción internacional de España,

sino que también pone en evidencia la necesidad de transparencia, rendición de cuentas y un compromiso firme con los principios democráticos que el país siempre ha proclamado defender.

La historia de estos años de mediación y complicidad silenciosa promete seguir siendo un tema central en la política española, y los próximos movimientos del Gobierno y del propio Zapatero serán observados con lupa por medios y analistas de todo el mundo.