Hay cosas en la vida que uno creía imposibles.

 

 

Despegar un chicle del zapato con dignidad.

 

Encontrar un socialista que dimita.

 

O ver a Pedro Sánchez abandonar voluntariamente su escaño.

 

Pero hoy, gracias al humor ácido y certero de José Mota, lo hemos visto claro.

 

El cómico ha creado un sketch que no es una simple parodia.

 

Es una radiografía brutal y sin filtros del poder político en España.

 

En este vídeo viral, José Mota nos muestra a un mecánico intentando separar a un diputado literalmente incrustado en su escaño.

 

Una imagen que se ha convertido en metáfora perfecta para describir a Pedro Sánchez y su séquito.

 

Políticos pegados al poder como garrapatas institucionales.

 

Ni el ácido sulfúrico, ni las mociones de censura, ni escándalos de corrupción ni siquiera la vergüenza, logran despegar a estos personajes.

 

 

El sketch no solo hace reír, sino que funciona como un documental de la realidad política española.

 

Un reflejo crudo de cómo algunos políticos se aferran al sillón presidencial como si fuera un tesoro invaluable.

 

Pedro Sánchez, protagonista indirecto de esta escena, ha sobrevivido a pandemias, traiciones, pactos polémicos y presiones internacionales.

 

Y ahí sigue, más firme que nunca, resistiendo cualquier intento de apartarlo.

 

El técnico que intenta despegar al diputado explica con seriedad que el problema radica en el mal uso de las instituciones.

 

Una crítica directa al gobierno de coalición que, según José Mota, parasita el sistema y ocupa cargos como si fueran pisos con cerrojo y subvención asegurada.

 

Mientras el mecánico lucha con la tapicería del escaño, el espectador no puede evitar pensar en nombres como Calviño, Ávalos, Irene

Montero o Marlaska.

 

Todos ellos, según el sketch, deberían estar fuera, pero siguen calentando asiento como si la política fuera una residencia geriátrica con

sueldo vitalicio.

 

La escena alcanza su punto más irónico cuando, tras lograr despegar al político, lo envían directamente al Senado.

 

 

Ese “cementerio político” donde los políticos jubilados se retiran para seguir cobrando sin hacer nada.

 

Una metáfora demoledora que refleja la falta de renovación real en el sistema político español.

 

José Mota no solo denuncia la falta de dimisiones tras tragedias como las muertes en residencias durante la pandemia.

 

Tampoco hay consecuencias por apagones eléctricos, escándalos de amiguismo, corrupción o pactos con personajes controvertidos.

 

La política en España, según este sketch, es un circo donde los payasos no hacen gracia y los que deberían irse, permanecen aferrados.

 

La comedia de José Mota se convierte así en una profecía y en una crónica no autorizada del PSOE y de la clase política en general.

 

Este vídeo ha generado un debate intenso en redes sociales y medios de comunicación.

 

Muchos espectadores se sienten identificados con la frustración que transmite el sketch.

 

Otros critican que la realidad política sea tan parecida a una sátira.

 

Pero lo cierto es que José Mota ha logrado captar la esencia de un problema que lleva años enquistado.

 

El político que llega al cargo se fusiona con la moqueta del Congreso y ya no se mueve ni con dinamita.

 

 

Una situación que afecta a toda la democracia y que pone en riesgo la confianza ciudadana.

 

El mensaje final del sketch es claro: se necesita un uso responsable de las instituciones.

 

Y sobre todo, un compromiso real con la renovación y la ética en la política.

 

El escaño tiene garantía constitucional y está a todo riesgo, dice el mecánico.

 

Pero el diputado, si no se cuida, puede quedar inamovible como un cabrio descapotable de los años 70.

 

José Mota propone incluso cambiar el escaño por otro en el Parlamento Europeo.

 

Aunque, bromea, pedir piezas a Alemania puede salir más caro que el guiso.

 

La sátira termina con una advertencia sobre la emisión de gases y la vigilancia de la Unión Europea.

 

Un toque de humor para un tema tan serio.

 

Finalmente, el sketch invita a los ciudadanos a expresar su hartazgo y a exigir cambios reales.

 

Porque cuando la comedia empieza a parecerse demasiado a la realidad, es señal de que el país necesita despertar.

 

Pedro Sánchez y su séquito parecen inmunes a las críticas y a la presión popular.

 

Pero la voz del pueblo, a través del humor de José Mota, ya ha dejado claro que nadie es intocable.

 

Este sketch no solo es un entretenimiento.

 

 

Es un llamado urgente a la reflexión y a la acción para limpiar la política española.

 

Porque el poder no puede ser un lugar donde se vive de por vida sin rendir cuentas.

 

 

Y mientras tanto, el sillón sigue caliente, pero la paciencia de los ciudadanos, cada vez más fría.