Javier quedó encandilado de Katia desde el primer momento. Sin embargo, la soltera no sintió el mismo “flechazo”

Javier es un informático de Madrid que tiene mucho amor que dar.

Es por ello que el madrileño acudió a First Dates en busca de una chica con la que crear un proyecto de vida en común.

A su llegada al restaurante de Mediaset, el soltero reconoció que, durante 6 años, sufrió por un amor no correspondido: “Abrí los ojos y me di cuenta de que estaba haciendo el imbécil. Entonces, corté por lo sano”, le explicó Javier a Carlos Sobera. Ante esto, el programa de Cuatro le organizó al informático una cita con Katia, una recepcionista que encandiló a Javier.

“Eres muy atractiva”, le dijo el madrileño a la soltera, tratando de conquistarla con numerosos piropos.

Sin embargo, Katia no sintió ese mismo flechazo por Javier: “Es mono, pero lo veo chiquitín para mí”, confesó la recepcionista sobre su cita.

Tras una breve presentación, los solteros pasaron a una mesa para conocerse mejor.

Durante la cena, Javier no dejó de hablar y de lanzarle halagos a Katia.

Aunque, en ocasiones, el informático dejó perpleja a la recepcionista con sus “piropos”.

“Creo que sus técnicas de ligar son más bien pobres”, señaló la soltera, tras escuchar que sus rizos pegaban muy bien con su piel morena.

Javier se percató de que estaba hablando demasiado, pero confesó que era su manera de calmar los nervios.

Sin embargo, a Katia no le pareció nada interesante la conversación de Javier: “La manera de hablar que tiene es alguien que aún no ha salido al mundo a explorar. Suena un poco resabido. Todos somos raros a nuestra manera, pero le falta vivir sin pensar tanto”, afirmó la soltera sobre su cita al equipo de First Dates.

A pesar de esta evidente falta de conexión, el informático llegó a pensar que podría tener una relación con Katia: “Creo que podría ser la chica perfecta”, afirmó el madrileño.

El informático también señaló que nunca le han gustado “los rollos de una noche” y reveló que le encantaría formar una familia.

Cuando llegó el momento de la decisión final, Javier respondió que tendría una segunda cita con Katia: “Es una chica maravillosa, tienes todo lo que busco y me tratarías de forma estupenda. Si surgiera, podríamos tener una relación estable”, argumentó el informático sobre la recepcionista.

Katia se quedó a cuadros con la determinación de Javier y le dio calabazas: “Yo no tendría una segunda cita. Me has parecido un chico muy simpático, pero necesito un poco más de vida”.

Al informático no le quedó otra que aceptar el rechazo y se fue del restaurante en busca de otro amor.