La historia de amor entre Pepa flores y Massimo Stecchini: de ser fan de Marisol a parapetar a la prensa.

En septiembre de 2023 falleció la que ha sido la pareja más estable y duradera de la malagueña.

Poco o nada ha trascendido de la vida personal de Pepa Flores en las últimas décadas, pero la que ha sido una de las actrices más destacadas en la historia del cine español no estaría atravesando su mejor momento.

El pasado mes de septiembre se cumplió un año del fallecimiento de quien fuera su pareja durante 35 años, Massimo Stecchini, a causa de un infarto, a los 63 años.

Desde entonces, la familia y amigos de Marisol están siendo un apoyo fundamental para sobrellevar tan dolorosa pérdida, especialmente sus tres hijas, según informa la revista Semana.

Pepa, de 77 años, ha sido fotografiada recientemente por las calles de Málaga, abrigada y con unas gafas de sol de cristales azules.

Actualmente lleva una vida de retiro y discreción a medio camino entre su piso de La Malagueta y su finca de Moclinejo, donde cuida de su huerto y sus gallinas.

Marisol encontró la estabilidad junto a Stecchini, una pareja que a menudo se la veía pasear en moto por la ciudad y que vivía sin ostentación, pero sin problemas económicos.

Pero ¿cuál es el origen de esta pródiga historia de amor?

Pepa Flores conoció a Stecchini tras separarse de Antonio Gades.

El destino de Flores y Stecchini estaba escrito.

En 1962, cuando la actriz tenía 14 años, se fotografió junto a un niño de tres años durante una gira de promoción.

Ese mismo niño se convertiría tiempo después en el inseparable compañero de vida de la artista.

Después de separarse del padre de sus hijas, el bailarín Antonio Gades, Pepa decidió regresar de forma permanente a su Málaga natal, junto a sus padres, Juan y María, y sus hermanos, Vicky y Enrique, tras una vida frenética dedicada a las artes y a la acción política.

No sería hasta 1987 cuando ambos se reencontraran en el Trastévere, una de las primeras pizzerías que abrió sus puertas en Málaga, que regentaba el padre de Stecchini.

El propio Massimo abandonó sus estudios de Medicina para involucrarse en el negocio familiar, donde trabajaba como encargado y relaciones públicas.

Desde sus inicios, Massimo Stecchini le dio a Pepa Flores cuanto necesitaba: tranquilidad, discreción y estabilidad.

Intimidad y sencillez, claves en su historia de amor.

El de Stecchini y Marisol fue un amor cocinado a fuego lento: se conocieron poco a poco, cuando la actriz aún se estaba recuperando de su anterior ruptura.

El italiano también ha lidiado con las contradicciones de Pepa, “una persona anónima, pero a quien siempre reconocen”, como apunta su biógrafo y amigo, José Aguilar.

Incluso en los momentos en los que repuntaba el interés mediático, Massimo ha ejercido como filtro ante la prensa, de la que ha rechazado sus ofertas y a la que ha tratado de esquivar sin una salida de tono: “Me habéis pillado porque voy con el perrito”, reconocía con asombrosa naturalidad en su momento ante las cámaras del programa Viva la vida de Telecinco, siempre con las mejores palabras hacia Pepa.

Massimo ha sido la pareja más estable y duradera en la vida de Marisol.

Ambos convivieron en la finca de Moclinejo, donde cultivaban sus propias frutas y hortalizas.

Entretanto, él continuó con el negocio familiar, además de iniciar otras actividades empresariales.

También ejercían de abuelos y disfrutaban de Curro, el nieto que les había dado Celia Flores, en los que sin duda han sido los años más felices en la vida de la artista.

El fallecimiento de su pareja supuso un shock muy fuerte para Pepa Flores, pero gracias al apoyo de sus hijas y sus hermanos, y al cariño que le profesan sus vecinos, se está recuperando.

Entretanto, ella sigue buscando la tranquilidad, la intimidad y la privacidad que le dio Massimo en su huerto a las afueras de Málaga.