La situación política en La Moncloa ha dado un giro inesperado (y potencialmente explosivo).

Según fuentes cercanas a la investigación, Google y WhatsApp han logrado recuperar mensajes gubernamentales que habían sido borrados por miembros del Ejecutivo, en el marco de varias investigaciones judiciales abiertas.

Entre los implicados estaría el propio entorno cercano del presidente Pedro Sánchez, que, según fuentes internas, estaría “extremadamente preocupado” por el contenido recuperado.

Mensajes que podrían cambiarlo todo

Los mensajes, supuestamente eliminados de forma definitiva, habrían sido restaurados mediante colaboración directa entre las plataformas tecnológicas y las autoridades judiciales españolas, dentro de una investigación por posibles irregularidades en contratos, tráfico de influencias y uso de información privilegiada.

Aunque el contenido exacto de los mensajes aún no ha sido hecho público, fuentes cercanas al caso aseguran que hay conversaciones de alto nivel que comprometen la estrategia política y mediática del Gobierno durante los últimos dos años, incluyendo intercambios entre altos cargos y asesores de confianza del presidente.

Pedro Sánchez, en el punto de mira

La recuperación de esta información digital ha sido calificada como “clave” por los fiscales, que trabajan desde hace meses en varias causas sensibles.

Desde el entorno de Pedro Sánchez se ha transmitido a medios afines la idea de que se trata de una maniobra de “intromisión sin precedentes”, aunque juristas recuerdan que la colaboración con las plataformas está amparada por órdenes judiciales internacionales.

Algunos analistas ya hablan de un posible “Watergate digital” a la española, especialmente si se confirma que parte de los mensajes se referían a gestiones paralelas durante la pandemia o a negociaciones opacas con empresas del entorno gubernamental.

El caso podría tener consecuencias legales, políticas y mediáticas de gran envergadura.

Desde la oposición ya han pedido transparencia total y dimisión inmediata de los responsables, mientras se preparan comisiones parlamentarias para analizar el impacto de estas comunicaciones.

Los próximos días serán decisivos: si los mensajes recuperados salen a la luz, el Gobierno podría enfrentarse no solo a una crisis institucional, sino a una pérdida de confianza sin precedentes.