La primera ministra italiana, Georgia Meloni, ha protagonizado un momento histórico en el Parlamento Europeo.

Con un discurso directo y sin tapujos, Meloni ha lanzado un duro reproche contra la ministra española Teresa Ribera y el presidente Pedro Sánchez.

La razón: la mala gestión del apagón eléctrico del 28 de abril y el caos ferroviario del 4 de mayo que dejó a miles de personas atrapadas en trenes durante horas.

Meloni no se anduvo con rodeos.

Con datos contundentes y un tono firme, acusó a Ribera de cobrar sin hacer nada útil mientras España sufría apagones y colapsos en el transporte público.

El Parlamento Europeo quedó atónito ante la intervención que, lejos de ser un discurso más, se convirtió en un verdadero incendio político a micrófono abierto.

La italiana comenzó señalando que España no necesita más discursos progresistas vacíos ni pancartas verdes, sino gestión efectiva y ejecución real de los presupuestos.

Un dato impactante fue el 73% de los fondos europeos Next Generation sin ejecutar en 2024, una cifra que Meloni calificó de escandalosa.

“¿Dónde está ese dinero? ¿En una carpeta olvidada o gastado en vídeos de TikTok sobre resiliencia climática?”, preguntó con ironía.

La sala se llenó de risas contenidas y miradas sorprendidas.

Pero la crítica no quedó ahí.

Meloni recordó el caos del 4 de mayo, cuando más de 10,000 pasajeros quedaron atrapados en trenes sin agua, comida ni aire acondicionado debido a un robo de cables.

Denunció el silencio administrativo del gobierno español y la negligencia de permitir que los trenes salieran sabiendo que no llegarían a destino.

“Eso no es un fallo, es gobernar con piloto automático y batería baja”, sentenció.

La intervención de Meloni provocó reacciones incluso de eurodiputados de países nórdicos, conocidos por su diplomacia fría.

La italiana remató su discurso con una frase contundente: “Eso no es mala suerte, es gobierno ausente”.

Y añadió que España no puede dirigirse con eslóganes ni declaraciones inspiradoras al ritmo del viento solar, sino con gestión real.

El silencio en la sala fue ensordecedor.

Teresa Ribera, visiblemente incómoda, intentó responder, pero sus palabras fueron percibidas como vacías y poco convincentes.

Intentó justificar la situación alegando que la transición energética es un proceso complejo, pero no explicó por qué la gestión parecía un experimento escolar.

Su frase más criticada fue que los fondos europeos estaban en “fase de transformación estructural”, una expresión que confundió a muchos.

Mientras tanto, Meloni se preparaba para dar el golpe final.

Presentó una resolución simbólica para exigir la dimisión inmediata de Pedro Sánchez y Teresa Ribera.

La sala se quedó muda, y luego estalló en aplausos, especialmente de eurodiputados italianos, nórdicos y liberales.

La propuesta no tiene carácter vinculante, pero su fuerza política es indiscutible.

El mensaje es claro: Europa está harta de la incompetencia y la falta de gestión en España.

Los abucheos y los cánticos de “dimisión, dimisión” resonaron en el hemiciclo, algo inusual en un espacio tan protocolario.

Pedro Sánchez, ausente físicamente, fue el gran señalado de la crítica.

La intervención de Meloni se ha convertido en el vídeo viral del día en todos los telediarios europeos.

La primera ministra italiana puso en evidencia la desconexión entre las promesas verdes y la realidad de un país que sufre apagones y caos en sus infraestructuras.

El dato más alarmante es que solo se ha ejecutado el 26% de los fondos europeos Next Generation en 2024, el peor porcentaje desde la creación del plan.

Mientras otros países aprovechan cada euro, España acumula una parálisis crónica en la gestión.

Meloni denunció que los españoles están hartos de quedarse atrapados en trenes sin comida ni agua y de sufrir apagones inexplicables.

Además, criticó que los ministros españoles se dediquen a discursos vacíos sobre justicia climática mientras el país se apaga literalmente.

La resolución simbólica lanzada por Meloni ha abierto un debate sin precedentes en Bruselas sobre la gestión del gobierno español.

Incluso eurodiputados socialdemócratas y liberales reconocen en privado que la situación es insostenible.

El episodio ha sido calificado como el capítulo más vergonzoso del sanchismo y una muestra de incompetencia manifiesta.

Fuentes internas de la Comisión Europea califican a España como el “agujero negro” del plan de recuperación europeo.

La suma de apagones, caos ferroviario y ejecución ridícula de fondos ha generado una indignación que ya no se puede maquillar con ruedas de prensa.

Georgia Meloni, con su intervención sin adornos, ha puesto voz a un malestar latente en toda Europa.

La petición formal para la dimisión de Sánchez y Ribera podría ser solo el inicio de un cambio drástico en la política española.

¿Será este el principio del fin para Pedro Sánchez?

¿Será Teresa Ribera la primera en caer tras esta crisis?

Lo cierto es que ni en Bruselas ni en España parecen dispuestos a tolerar más excusas ni más incompetencia.

La gestión energética y de infraestructuras está bajo el foco y la presión es máxima.

El futuro político de España pende de un hilo y la voz de Georgia Meloni ha encendido la mecha de un debate que promete seguir dando que hablar.