Diana Lázaro, famosa por su papel de ‘Cybercelia’ en ‘Cyberclub’, ha dado un giro a su carrera alejándose de la televisión convencional y eligiendo el teatro, además de rechazar participar en ‘Supervivientes’ para llevar una vida más tranquila.

 

EXCLUSIVA | Diana Lázaro, azafata del 'Un, dos, tres' y Cybercelia en  Telemadrid: "Tendría que estar muy jodida de pasta para ir a 'Supervivientes '

 

Diana Lázaro, una de las caras más conocidas de la televisión infantil en España, ha vivido una transformación interesante desde su época como azafata en el mítico programa ‘Un, dos, tres’ y su papel como la carismática ‘Cybercelia’ en ‘Cyberclub’, que la catapultó a la fama en los años 90.

A lo largo de su carrera, ha sabido reinventarse y mantenerse vigente en el mundo del entretenimiento, pero lo que muchos no saben es que, tras años de estar vinculada al mundo de la televisión, ha decidido alejarse de algunos de los programas más populares del momento, incluyendo su decisión de vetar la participación en ‘Supervivientes’.

Desde sus primeros pasos en la pantalla como presentadora de ‘Superjuegos’ y contable en ‘Un, dos, tres’, Diana rápidamente encontró su lugar en el mundo infantil al convertirse en una de las figuras centrales de ‘Cyberclub’.

Aquel programa que se emitió en Telemadrid entre 1997 y 2008 no solo marcó a toda una generación, sino que también la hizo famosa en todo el país.

El personaje de ‘Cybercelia’, quien se embarcaba en viajes espaciales para enseñar a los niños sobre reciclaje y sostenibilidad, caló profundamente en los más jóvenes.

Su estilo moderno y radicalmente diferente a otros programas de la época, como los populares ‘Club Megatrix’ o ‘Babalà Club’, la convirtió en un referente.

 

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Sin embargo, después de la exitosa etapa de ‘Cyberclub’, Diana Lázaro se enfrentó a la necesidad de dar un giro a su carrera.

Participó en varias series de televisión, como ‘Hospital Central’, donde interpretó a la enfermera Leonor Vázquez, y en la miniserie ‘El camino de Santiago’.

A pesar de estos roles, lo que realmente le apasionaba era el teatro. La actriz se volcó en este campo, protagonizando obras como ‘El otro lado de la cama’, ‘La importancia de llamarse Ernesto’ y ‘Besugo por las paredes’, que dirigió y presentó en el Teatro Lara de Madrid.

En sus montajes, Diana encontró una vía para hablar de temas que le preocupaban, utilizando la comedia para tratar las dificultades de la vida con humor.

Además de su dedicación al teatro, Diana Lázaro ha mantenido su vida alejada de las cámaras de la televisión convencional, eligiendo proyectos que le permitan desarrollar su creatividad y experimentar en otros campos.

Sin embargo, una de las decisiones más sorprendentes en los últimos años fue su veto a participar en el popular programa ‘Supervivientes’.

A pesar de haber sido invitada a participar en varias ediciones del reality show, Diana ha decidido no formar parte del mismo, una decisión que ha dejado sorprendidos a muchos de sus seguidores.

Ella misma ha explicado en varias entrevistas que su alejamiento de la televisión se debe a la necesidad de vivir de forma más tranquila y menos expuesta, sin tener que enfrentar la presión de las audiencias y la constante exposición mediática.

 

Cyberclub, el gran programa infantil de Telemadrid

 

Diana Lázaro, quien en sus años más jóvenes vivió bajo los reflectores, ha sabido mantener su relevancia en el mundo del entretenimiento, pero de una manera diferente.

En lugar de seguir el camino de otros exconcursantes que buscan la fama a través de los reality shows, ha decidido centrarse en su verdadera pasión: el teatro.

Esto le ha permitido desarrollar una carrera sólida en un ámbito que le permite ser más auténtica y fiel a sí misma. Actualmente, dirige la obra ‘La extinción de los dinosaurios’, una pieza que sigue conquistando al público con su mensaje profundo y divertido.

El paso de Diana Lázaro de la televisión infantil a la dirección teatral refleja su evolución como artista y persona.

Lejos de los estereotipos de la fama televisiva, ha logrado mantener su esencia mientras construye una carrera que le permite expresarse de manera más personal y directa.

Su historia demuestra que la reinvención es posible, y que, aunque uno puede estar marcado por una imagen pública en el pasado, siempre es posible seguir adelante con nuevas metas y desafíos.

En este sentido, Diana ha sabido combinar su amor por el arte con una vida más tranquila y centrada en lo que realmente le apasiona.