En el último debate parlamentario, el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, lanzó una dura ofensiva contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Feijóo comenzó su intervención con una pregunta directa y contundente: ¿por qué los españoles están pagando más impuestos mientras la brecha entre la renta per cápita española y la europea se amplía?

Según Feijóo, desde que Sánchez está al mando, los ciudadanos han pagado 136,000 millones de euros más en impuestos, con un total de 97 subidas impositivas.

Además, denunció que 4 millones de españoles viven en situación de carencia material severa, incluyendo a cientos que duermen en aeropuertos.

España, aseguró, es ya el país con mayor pobreza infantil de la Unión Europea, una realidad que preocupa y alarma a la ciudadanía.

El líder popular cuestionó si el Gobierno cree que puede hacer lo que quiera con el dinero de los españoles sin rendir cuentas.

Pedro Sánchez respondió con firmeza, reconociendo que España sufre desigualdades, especialmente en vivienda, y criticó la gestión de las comunidades autónomas gobernadas por el PP.

Sánchez acusó a Feijóo y su partido de inventar crisis diarias y de aplicar una estrategia que lleva siete años sin resultados positivos para el país.

Destacó que la Comisión Europea ha elevado la previsión de crecimiento económico para España al 2,6% en 2025 y al 2% en 2026, mostrando señales de recuperación.

También mencionó que el Ibex supera los 14,000 puntos por primera vez en 17 años y que la OCDE ha señalado que la renta real de las familias españolas fue de las que más subió el año pasado.

Para Sánchez, estas cifras demuestran que España avanza, aunque admitió que el Gobierno lo hace “sin permiso y sin apoyo” de la oposición.

El presidente defendió la reciente aprobación de un Real Decreto Ley para proteger sectores clave como la agricultura, la pesca, la industria y el comercio frente a aranceles externos.

Sin embargo, Feijóo no se dejó intimidar y volvió a la carga, recordando que el PIB no se come y que es necesario transformar el crecimiento económico en bienestar real para los ciudadanos.

Señaló que desde que Sánchez gobierna, el precio de los alimentos ha subido un 37%, y el 77% de los jóvenes españoles asegura que no puede formar una familia por falta de recursos.

El líder popular denunció casos recientes de corrupción y malversación dentro del Gobierno, mencionando imputaciones y contratos públicos cuestionables.

Feijóo acusó al Ejecutivo de generar cortinas de humo con temas como los trenes, los apagones y el televoto de Eurovisión, mientras la corrupción se extiende.

Pidió respuestas claras sobre la gestión del señor Cerdán, cuestionando si Sánchez avala su trabajo o no.

Pedro Sánchez, visiblemente molesto, rechazó las acusaciones y calificó a Feijóo de difamador que ataca a personas honestas.

Recordó que Feijóo llegó a la presidencia del PP para tapar la corrupción de la ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Sánchez criticó a Feijóo por gobernar desde un ático en Chamberí, lejos de la realidad de España, y le reprochó que haga chistes sobre Franco mientras el mundo se moviliza contra la barbarie en Gaza.

El presidente del Gobierno destacó la importancia de la movilización internacional contra los conflictos y denunció la falta de sensibilidad política de su adversario.

Este intercambio encendió aún más la tensión entre ambos líderes, evidenciando la profunda división política en España.

La ciudadanía observa con preocupación cómo la lucha entre los principales partidos afecta la gestión de los problemas reales del país.

El debate refleja la complejidad de una España que enfrenta desafíos económicos, sociales y políticos sin soluciones claras a la vista.

Mientras tanto, la brecha social crece y millones de españoles sienten que sus necesidades no son atendidas adecuadamente.

La subida de impuestos, el aumento de la pobreza infantil y la precariedad de los jóvenes son temas que dominan la agenda pública.

Los ciudadanos esperan que sus representantes políticos dejen las confrontaciones y trabajen unidos por el bienestar común.

Pero la realidad muestra que la polarización y la desconfianza siguen marcando el ritmo de la política española.

El enfrentamiento entre Feijóo y Sánchez es solo un reflejo de un país dividido, donde las soluciones parecen cada vez más lejanas.

¿Podrá España encontrar un camino de consenso y progreso? ¿O continuará atrapada en una guerra política que deja de lado a sus ciudadanos?

Solo el tiempo y la responsabilidad de sus líderes podrán responder a estas preguntas que preocupan a toda la nación.

Mientras tanto, el debate sigue abierto y la atención pública permanece fija en cada palabra y gesto de sus gobernantes.