Pocas historias dentro del merengue han generado tanta curiosidad como la vez en que Wilfrido Vargas, uno de los grandes maestros del género, despidió a Rubby Pérez de su orquesta.

 

Lo que comenzó como un malentendido o un momento de tensión laboral, terminó marcando un antes.

 

Y un después en la carrera del vocalista que años más tarde sería conocido como La Voz Más Alta del Merengue.

 

 

Todo ocurrió durante una jornada intensa en el estudio de grabación. Rubby, que ya era una de las voces más destacadas del grupo, tuvo un desacuerdo con Wilfrido.

 

Algunos dicen que fue por diferencias artísticas, otros que fue simplemente un mal día. Lo cierto es que Wilfrido, en un arranque de carácter, lo botó del grupo en pleno trabajo.

 

Rubby, dolido y confundido, se marchó directamente a su casa. Mientras tanto, la orquesta continuó grabando sin él hasta altas horas de la madrugada.

 

Nadie sabía si eso significaba una separación definitiva o solo una pausa momentánea.

 

 

Lo que pocos imaginaron fue que aquella salida abrupta sería el inicio de una nueva etapa para Rubby Pérez.

 

Quien más adelante lanzaría una exitosa carrera como solista, conquistando los escenarios más importantes del mundo.

 

 

Este episodio, aunque tenso, forma parte de las anécdotas más impactantes del merengue y refleja la intensidad con la que se vivía el arte en aquellos tiempos.

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