El 18 de mayo de 2025, la representante española en Eurovisión, Melody, vivió una experiencia que ha desatado una ola de controversia y debate.

Su posición final, el puesto 24, ha generado indignación en muchos seguidores y expertos del festival.

Pero lo que realmente ha encendido la mecha no es solo el resultado, sino la politización que rodea todo el evento, especialmente en España.

Melody acumuló más de 3,7 millones de visitas en YouTube, superando con creces a otras actuaciones, muchas de las cuales apenas alcanzaron los 200,000.

Sin embargo, a pesar del gran apoyo en redes sociales, solo obtuvo 10 puntos en el televoto y quedó relegada al puesto 24.

Este hecho ha sido motivo de desconcierto y sospechas entre los fans, quienes cuestionan la coherencia del sistema de votación.

En Instagram y otras plataformas, usuarios expresan su frustración: ¿cómo es posible que una artista con tanta repercusión reciba tan pocos votos?

El festival, que debería ser un espacio para la música y la diversión, se ha visto empañado por la política, algo que Melody y muchos otros denuncian abiertamente.

Televisión Española (RTVE) lanzó un comunicado que generó aún más controversia, al expresar una postura sobre el conflicto Israel-Palestina durante el evento.

Este gesto fue interpretado por muchos como una politización innecesaria que afecta la neutralidad y el espíritu festivo del festival.

Melody, en sus declaraciones, pidió que se deje la música al margen de la política para que el público pueda disfrutar sin tensiones ni debates externos.

Uno de los focos de la polémica fue la participación de Israel, país que quedó en segundo lugar y que fue el más votado en el televoto español.

La Unión Europea de Radiodifusión anunció que debatirá en su momento sobre la continuidad de Israel en Eurovisión, dada la situación política actual.

Mientras tanto, la artista israelí, que fue herida en atentados recientes, interpretó su canción “New Day Will Rise” con el apoyo de muchos espectadores.

Este hecho ha generado un intenso debate sobre si la política debe influir en un festival que, en teoría, debería ser apolítico.

A pesar del resultado y la controversia, Melody mostró una actitud positiva y agradecida hacia sus seguidores.

En un vídeo desde el hotel, expresó su satisfacción con su actuación y el apoyo recibido tanto en España como en Latinoamérica.

Destacó la calidad de su equipo, desde los bailarines hasta el vestuario, y aseguró que esta experiencia no se olvidará jamás.

Sin embargo, no ocultó su cansancio y prometió hablar más detalladamente sobre lo ocurrido y sus opiniones en próximas ocasiones.

Muchos aficionados y expertos han criticado duramente a RTVE por su papel en la politización del festival y por los resultados del televoto.

Se señala que la mezcla de política y música ha perjudicado a España, que fue doblemente castigada: por la baja puntuación y por la polémica generada.

Algunos proponen incluso desvincularse de Eurovisión y crear un festival propio, como “Españavisión”, para evitar interferencias externas.

La frustración crece entre quienes desean que la música sea un espacio libre de conflictos y debates políticos.

La polémica de 2025 pone en evidencia un problema mayor: la dificultad de mantener Eurovisión como un evento apolítico en tiempos tan convulsos.

La influencia de conflictos internacionales y posicionamientos políticos amenaza con opacar el talento y la creatividad de los artistas participantes.

Melody, con su valentía al hablar claro, representa la voz de muchos que desean que la música vuelva a ser un refugio de alegría y unión.

La pregunta que queda en el aire es si Eurovisión podrá sobrevivir a esta tormenta o si el festival deberá reinventarse para recuperar su esencia.