🌈 Nagore Robles Desvela Quién la Sacó del Armario: “¡Fue Kiko Hernández y Él Lleva 50 Años Dentro!”

Este fin de semana, el plató del programa Al cielo con ella, de Televisión Española, se convirtió en el escenario de una de las confesiones más impactantes que ha hecho Nagore Robles hasta la fecha.

Invitada por Enar Álvarez, la presentadora y colaboradora vasca se abrió como nunca antes y, en medio de una conversación cargada de ironía, sinceridad y crítica social, lanzó un dardo

envenenado que ya recorre las redacciones de toda la prensa rosa: su salida del armario no fue una decisión personal, sino una revelación forzada, y el autor fue Kiko Hernández.

Así, sin anestesia y con una sonrisa que escondía más de una herida, Nagore recordó el momento en que su orientación sexual fue expuesta públicamente en televisión, sin que siquiera parte de su

familia estuviera enterada.

“Lo cierto es que a mí me sacaron del armario”, soltó con una mezcla de resignación y sarcasmo.

Y ante la insistencia de Enar, soltó el nombre con total claridad: “Luiso Kiko Hernández.

Manda pelotas.

Me saca del armario un tío que lleva 50 años en él.”

El comentario, a medio camino entre la denuncia y la burla, provocó carcajadas en plató, pero también dejó flotando una verdad incómoda que no tardó en viralizarse: el señalamiento directo a

Kiko Hernández, ex rostro habitual de Sálvame, como responsable de una exposición pública no consensuada.

Y más aún, una acusación velada de hipocresía, dado que durante años él mismo mantuvo su sexualidad en secreto, pese a los rumores constantes que lo rodeaban.

El propio Kiko, cabe recordar, solo fue oficialmente vinculado con el actor Fran Antón en 2023, cuando su relación salió a la luz y finalmente aceptó mostrarse públicamente junto a su pareja.

Sin embargo, según las palabras de Nagore, la sospecha sobre su orientación era un secreto a voces desde su entrada en Gran Hermano, hace más de 20 años.

“Ahí se le veía la legua que estaba metido en el armario”, dijo Nagore con esa chispa suya que mezcla lo ácido con lo descarnadamente honesto.

Pero más allá de la anécdota, la presentadora quiso ir más allá y reflexionar sobre la representación de las mujeres lesbianas en televisión y los estereotipos que, aún hoy, siguen dominando el

imaginario colectivo.

“Todavía hay quien cree que las lesbianas vamos por ahí con camisa de cuadros conduciendo un camión”, dijo entre risas.

Y añadió una afirmación que muchos han aplaudido en redes sociales: “Yo creo más en la bisexualidad de todo el mundo que en los estereotipos.”

Con estas declaraciones, Nagore Robles se consolida una vez más como una de las voces más claras, valientes y necesarias dentro del panorama televisivo español.

No solo ha sabido transformar su vida personal en una plataforma de visibilidad y empoderamiento, sino que no teme poner en evidencia las contradicciones de una industria que aún carga con

mucho armario cerrado.

Su paso por programas de alto impacto como Sálvame, Gran Hermano o Mujeres y hombres y viceversa le ha dado la visibilidad necesaria para construir una carrera sólida, pero también le ha

dejado cicatrices que, poco a poco, decide mostrar con autenticidad.

“No me ha perjudicado ser lesbiana en la tele”, dijo, “pero tampoco fue fácil”.

La entrevista en TVE fue breve, pero suficiente para encender las redes, despertar debates y recordar que el camino hacia la normalización sigue siendo una lucha.

Porque no es solo cuestión de salir del armario, sino de poder decidir cuándo, cómo y ante quién hacerlo, algo que a Nagore le fue negado.

Mientras Kiko Hernández guarda silencio —al menos por ahora—, los espectadores ya se han dividido entre quienes celebran el desahogo de Nagore y quienes lo consideran una innecesaria

vendetta mediática.

Lo que es innegable es que la presentadora ha vuelto a poner sobre la mesa temas que todavía incomodan, pero que necesitan ser dichos.

Y si hay algo que Nagore Robles ha demostrado una y otra vez, es que no tiene miedo a decir lo que piensa.

Aunque incomode.

Aunque salpique.

Aunque duela.

Porque para ella, vivir con verdad es más importante que mantener las formas, y porque nadie debería tener que agradecer que le roben su momento para decir: “Sí, soy yo.

Y lo digo porque quiero, no porque tú lo anuncies por mí.”