EL DÍA DEL TERRIBLE VIDEO de Fidel Albiac por Rocío Carrasco PALIDECE a Rocío Flores por David.

La historia mediática de la familia Carrasco-Flores ha sido una de las más intensas, controversiales y dolorosas de la televisión española en los últimos años.

Desde que Rocío Carrasco decidió romper su silencio en la serie documental Rocío: contar la verdad para seguir viva, se ha desatado una tormenta de declaraciones cruzadas, posiciones encontradas y emociones a flor de piel.

Uno de los momentos más virales y comentados fue el terrible vídeo en el que Fidel Albiac, esposo de Rocío Carrasco, rompe a llorar al ver a su mujer narrar episodios de su vida marcados por el sufrimiento, la incomprensión y el silencio mediático.

La imagen de un Fidel visiblemente afectado, tomando la mano de Rocío y pidiendo respeto para ella, conmovió a miles de espectadores.

Fidel Albiac, una figura que durante años se mantuvo en segundo plano pero siempre rodeado de polémica, se convirtió ese día en protagonista involuntario.

Mientras Rocío narraba su intento de suicidio, su lucha contra la ansiedad y la falta de contacto con sus hijos, Fidel no pudo evitar romperse en directo.

Muchos espectadores destacaron lo inédito del momento: Fidel, el hombre más atacado por la prensa rosa durante años, derrumbándose por el dolor de su pareja.

Un gesto de humanidad que silenció incluso a algunos de sus más férreos detractores.

Las redes sociales reaccionaron con fuerza: “Ahora entiendo por qué Rocío lo llama su bastón”, escribía una usuaria en Twitter.

Otro comentario decía: “Nunca había visto a Fidel así. Se nota que sufre con ella. Brutal.”

Lo que nadie imaginaba era que poco después, Rocío Flores, hija de Rocío Carrasco, protagonizaría un momento aún más desgarrador durante una grabación en el barrio de San Blas, vinculado a su hermano David Flores.

Según testigos presentes y fuentes de producción, Rocío Flores no pudo contener el llanto al hablar de su hermano pequeño, David, con quien mantiene un vínculo muy fuerte.

David ha sido el gran ausente de todas las entrevistas, pero también el gran símbolo del conflicto.

Criado con Antonio David Flores, ha vivido alejado de su madre y, según algunos testimonios, profundamente afectado por la distancia familiar.

Rocío Flores, que ha defendido en numerosas ocasiones a su padre, rompió en llanto al decir: “Yo por David muero… Él no tiene culpa de nada”.

Este momento fue grabado durante una entrevista que, aunque no se emitió por completo, fue filtrada a medios digitales y ha generado una ola de empatía con Rocío Flores, quien ha sido criticada duramente en redes, pero que en este momento mostró su cara más vulnerable.

Lo curioso —y paradójico— es que ambas escenas, la de Fidel y la de Rocío Flores, muestran a dos personas que aman a Rocío Carrasco y a David Flores desde lugares distintos.

Fidel llora por el dolor acumulado en Rocío Carrasco, y Rocío Flores llora por el amor que siente hacia su hermano y la incomprensión hacia su madre.

Ambas lágrimas tienen el mismo origen: una familia rota, marcada por años de silencio, reproches y dolor acumulado.

La diferencia está en la trinchera desde la que cada uno observa la guerra.

Para muchos, sí. Mientras que el vídeo de Fidel fue profundamente íntimo y emocional, el de Rocío Flores ha conectado con un público más amplio, que se identifica con el rol de hija, hermana y nieta que busca la paz.

Rocío Flores ha logrado conmover incluso a quienes antes la criticaban con dureza, por su aparente frialdad ante el sufrimiento de su madre.

Otros, sin embargo, sostienen que el dolor de Rocío Carrasco y Fidel Albiac tiene más legitimidad, por haber permanecido en silencio durante años y haber cargado con el estigma mediático.

“No es lo mismo llorar cuando tienes el altavoz que cuando te han silenciado durante dos décadas”, comentaba un usuario en redes.

Los vídeos de Fidel Albiac y Rocío Flores no son comparables desde la emoción.

Ambos son potentes, desgarradores y profundamente humanos.

Pero cada uno representa un lado de una historia de heridas abiertas, ausencias dolorosas y un pasado que aún no encuentra redención.

Lo que sí parece claro es que la familia Carrasco-Flores sigue atrapada en un conflicto que duele a todos… y en el que, tristemente, los más jóvenes —como David— siguen siendo las mayores víctimas invisibles.