Rafa se presentó como un “sinvergüenza” ante Silvia, quien no dio crédito ante las palabras de su cita durante la velada.

Foto: Rafa, en 'First Dates'. (Telecinco)

En First Dates uno puede esperar casi cualquier cosa: canciones improvisadas, confesiones inesperadas o flechazos que se diluyen antes del postre.

Pero lo que sucedió este jueves, 7 de agosto, en el restaurante del amor de Telecinco fue una de esas citas incómodas que dejan más preguntas que respuestas.

O al menos, una certeza: algunos solteros no vienen a buscar el amor, sino a reafirmar sus prejuicios. Rafa, empresario de 46 años de Rubí, se presentó con una sonrisa ladeada y una declaración que ya anticipaba la tormenta: “Estoy en un momento de travesura. Soy un sinvergüenza en toda regla”.

Su cita, Silvia, cocinera de Sant Andreu de la Barca, también de 46, venía de una reciente ruptura y buscaba una conexión emocional que incluyera tatuajes, complicidad y algo de estabilidad.

Parecía que la química podía surgir: ambos con hijos adolescentes, ambos con sentido del humor, y una primera impresión positiva. Pero la conversación giró rápido hacia aguas turbulentas. Rafa reveló que venía de una relación de 29 años. “Muchos años, demasiados ya. Ahora me veo travieso”, dijo, dejando clara su falta de interés por compromisos serios.

Silvia, más emocional y transparente, lo captó de inmediato: “Si te viene una persona y te habla de travesuras, te genera incertidumbre. Ir picando de aquí para allá no es lo mío”.

Hasta ahí, diferencias razonables, pero la cita dio un giro incómodo cuando Rafa comenzó a soltar frases más propias de un monólogo trasnochado que de una conversación abierta.

“Las mujeres sois complicadísimas. Decís que queréis, pero no queréis. O igual sí queréis. No hay instrucciones”, se quejó con aire de sabiduría universal.

“Todas sois muy posesivas, lo queréis todo. Eso a los hombres no nos pasa”, añadió, sin pestañear. Silvia, incrédula, pero serena, intentó mantener el tipo: “No todas las mujeres somos iguales, igual que yo no puedo decir que todos los hombres son iguales”, respondió con educación, mientras el ambiente se llenaba de una tensión apenas disimulada. “No soy de atar tampoco, si me das confianza. Pero como me mientas una vez…”, le advirtió entonces.

Rafa no frenó, todo lo contrario, siguió culpando al género femenino de tener que mentir en las relaciones: “La mayoría obligan a mentir. Si no, se enfadan por tonterías. A veces es mejor decir una cosita piadosa”. Silvia, que se definió como “muy sincera”, simplemente se desmarcó: “Soy lo opuesto a él y a su visión de las mujeres”, sentenció a cámara, en la intimidad del reservado.
“Falta chispa”… pero sobran prejuicios
Cuando parecía que la cita no podía deteriorarse más, Rafa remató con su visión del amor con fecha de caducidad: “18 meses dicen que dura el amor. Puede durar, pero no es eterno”. Silvia, más matizada, le respondió con ejemplos reales: “He estado enamorada cuatro años o durante solo uno. No hay reglas”. Llegados a este punto, La decisión final fue tan predecible como justa: Rafa dijo que no repetiría. “Eres muy guapa, pero no ha habido nada. Faltó chispa”, concluyó. Silvia, elegante, estuvo de acuerdo: “Hemos estado a gusto, pero como amigos. Como pareja, nada”. Cada uno se marchaba entonces por su lado, y él, además, con un saco lleno de prejuicios.