La presentación de Francisco dejó a todos descolocados, mucho más a su cita cuando lo descubrió durante la velada.

First Dates volvió a convertirse este miércoles en el epicentro de todas las conversaciones con una de las citas más surrealistas que se recuerdan en el programa.

Francisco, un empresario jubilado de 87 años, llegaba al restaurante del amor con la esperanza de encontrar una nueva compañera de vida… pero con un matiz que descolocó a todos: seguía casado y con su mujer enferma. “Estoy solo, en el sentido de no tener presencia física en mi casa, desde hace un año”, explicó Francisco al comenzar la cita con Helena, una peluquera jubilada de 80 años con la que, a primera vista, parecía encajar.

Lo que el equipo, la audiencia y su cita no esperaban era el verdadero motivo de su “soledad”: “Estoy casado, pero mi mujer lleva un año con Alzheimer en una residencia. Y eso no hay quien lo cure”.

Francisco defendió que, aunque su matrimonio sigue vigente, la convivencia ya no es posible: “No lo digo yo, lo dicen los médicos y los psiquiatras”.

Un argumento que, lejos de convencer a su cita, terminó por desconcertarla: “No está separado. Yo no sé por qué se ha apuntado. Lo encuentro raro, ¿no?”, expresó Helena con gesto de incredulidad.

De la simpatía al rechazo

La cita comenzó con buen pie. Francisco se mostró detallista, educado y con ganas de compartir momentos. Helena, por su parte, destacó su “presencia” y celebró que hubiera venido “muy bien arreglado”.

Incluso intercambiaron platos cuando ella se mostró poco convencida con el menú. “Me gusta su presencia y sus ganas de vivir”, afirmaba Francisco.

Pero todo se torció cuando él confesó su situación sentimental actual: “He estado casado cuatro veces y nunca he sido infiel a mis parejas”, dijo antes de dejar claro que el vínculo legal con su actual esposa seguía vigente.

“Tengo un contrato de casamiento que sigue en vigor, pero este contrato está en la mesa del abogado. Tengo que solucionar mi problema”, aclaró más tarde.

Helena, que tenía claro que quería un hombre libre, no dudó en poner fin a cualquier posibilidad de romance: “El único problema que hay es que estás casado y yo quería a un hombre soltero. Me gustaría volver a quedar cuando arregle sus papeles”.

Sobera, estupefacto

Carlos Sobera también se mostró sorprendido ante la inesperada confesión de Francisco. “¡Qué raro me hablas! ¿Qué es eso de no presencia física?”, le espetó el presentador al escuchar su explicación.

Y, tras conocer el diagnóstico de su esposa, fue directo: “Y estando tu mujer con Alzheimer, ¿quieres tener otra pareja?”.

La respuesta fue tan clara como polémica: “Soy un animal de pareja. Lo he sido toda la vida. Mis hijos quieren mi felicidad”.

Y aunque Francisco y Helena se marcharon juntos, su historia dejó una gran incógnita en el aire: ¿puede buscarse el amor cuando uno aún está casado, aunque la convivencia haya desaparecido? Helena lo tiene claro. La audiencia, dividida.