Mike Stilianopoulos, el gran amor de Pitita Ridruejo: discreto, amigo de la realeza y una brillante carrera como embajador.

La intensa vida de Mike Stilianopoulos, el gran amor de Pitita Ridruejo |  Mujerhoy

Claudia, hija de Mike Stilianopoulos, es la actual pareja de Ernesto de Hannover, con quien lleva cuatro años de feliz relación.

José Manuel Stilianopoulos no solo es recordado por su labor como embajador, pero es innegable que la sombra de su mujer, la recordada Pitita Ridruejo , era muy alargada.

Estrella de la crónica social, Pitita tenía un magnetismo de lo más particular.

Su marido, a quien llamaban cariñosamente Mike, como buen diplomático, fue un hombre muy discreto.

Nacido en Manila el 22 de septiembre de 1930, fue nombrado por el presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos, embajador de su país en Gran Bretaña e Irlanda del Norte.

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Ocupó este cargo entre los años 1977 a 1982. Aunque no fue su único destino, como veremos a continuación.

Hijo del empresario griego Carlos Stilianopoulos y Ana Estela, hija a su vez del empresario español Miguel Estela, desarrolló una brillante carrera en la diplomacia en países como Suecia, Dinamarca, Noruega y Finlandia, además de España.

De los lazos familiares de Mike Stilianopoulos debemos destacar a Sebastian Caruso Moll, congresista de Camarines Sur, una provincia filipina, y tío de la modelo Hilda Estela Garchitorena.

Sin embargo, estar casado durante seis décadas con Pitita Ridruejo le permitió tener un protagonismo poco habitual en el mundo de la diplomacia.

Pitita Ridruejo y su marido Mike Stilianopoulos - Pitita Ridruejo, una vida  en imágenes - Foto en Bekia Actualidad

Formaron una pareja unida, feliz y que nunca dio un escándalo.

El matrimonio tuvo tres hijos, Anna, Carlos y Claudia, esta última muy presente en la crónica social por su relación con Ernesto de Hannover , y unos nietos a los que adoraban.

Se complementaban el uno al otro y en el momento de la muerte de Mike Stilianopoulos tras una larga enfermedad el 4 de diciembre de 2016, vimos tremendamente afectada a su viuda, que falleció el 6 de mayo de 2019.

Había sido toda una vida juntos, porque se habían casado el 24 de junio de 1957 y fueron inseparables.

Pitita Ridruejo da el último adiós a su marido, Mike Stilianopoulos | loc |  EL MUNDO

Fueron invitados por la reina Isabel II a Windsor

Mike se licenció en Administración de Empresas y Filosofía, además obtener de sus respectivos posgrados, en las mejores universidades de California, lo que le dio una visión muy cosmopolita de la vida.

Antes de dar el salto a la diplomacia trabajó en la Banca de Roma y sería como embajador en España donde alcanzaría unas enormes cotas de popularidad.

Se estableció en el palacio que hoy es la sede del hotel Santo Mauro de Madrid, que se convirtió en el epicentro de la alta sociedad.

Pitita Ridruejo y Mike Stilianopoulos - Pitita Ridruejo, una vida en  imágenes - Foto en Bekia Actualidad

Durante su estancia en el Reino Unido, trabaron amistad con la reina Isabel II , que les invitó un fin de semana al castillo de Windsor.

MIke Stilianopoulos hizo también amistad con la hermana de la soberana, la princesa Margarita.

Fruto de su habilidad y dotes de persuasión, consiguió que la princesa Margarita realizara una visita oficial a Filipinas.

El matrimonio invitó varios veranos en Marbella en su villa, ‘La Tagala’, a la princesa, quien en 1979 acudió acompañada por su pareja, Roddy Llewellyn, a quien trató de mantener oculto bajo falsa identidad.

Los paparazzi rodearon la casa de la pareja y finalmente los fotografiaron cuando salieron a cenar y a un tablao flamenco con Mike y Pitita.

Pitita Ridruejo y su marido estuvieron seis décadas juntos.

Después de los éxitos que el marido de Pitita Ridruejo había cosechado en Madrid y en Londres, le propusieron la embajada en Washington, lo que suponía un gran salto en su carrera, pero consideró más oportuno volver a la capital de España para estar con su familia y en particular con sus suegros, cuya salud empezaba a declinar.

Cuentan quienes le conocieron que, más allá de sus profundas convicciones religiosas, destacaba por su bondad, generosidad y sencillez.

Una vez acabada su aventura diplomática, se dedicó casi en exclusividad a su familia y también a sus negocios.

Una enfermedad pulmonar crónica fue minando su salud y fue despedido por los suyos en la iglesia de San Agustín de Madrid.

Al día siguiente, en un acto íntimo, fue incinerado en el cementerio de La Almudena.