Santi Millán habla de su video sexual en TV3: «Sentí mucha angustia»

En junio de 2020, el reconocido actor, comediante y presentador de Got Talent España, Santi Millán, se vio envuelto en una polémica que no generó risa alguna.

Un vídeo sexual privado suyo fue filtrado y difundido en redes sociales sin su consentimiento, convirtiéndose en uno de los escándalos más virales del año en el ámbito del entretenimiento español.

El vídeo mostraba a Millán, de entonces 53 años, manteniendo relaciones sexuales con una mujer en la cama.

La mujer de Santi Millán se pronuncia tras la filtración del vídeo sexual  de su marido

En cuestión de horas, las imágenes circularon masivamente en plataformas sociales, grupos de mensajería y foros, abriendo una ola de comentarios, memes y titulares que no solo afectaron su vida personal, sino también su entorno profesional.

Más allá del impacto mediático, el caso de Santi Millán tiene implicaciones legales muy serias.

La difusión no autorizada de material íntimo está penada por la ley en España.

Según el Código Penal, quien difunda contenido sexual de otra persona sin consentimiento puede enfrentarse a penas de prisión de 3 meses a 1 año o multas económicas significativas, especialmente si se hace con intención de dañar o sin respetar el derecho a la intimidad.

Santi Millán, presentador de 'Got Talent', marido de Rosa Olucha y padre de  Marc y Ruth

El propio Millán no tardó en pronunciarse, dejando claro que la víctima es él y que el foco no debería estar en el contenido del vídeo, sino en la grave invasión de su privacidad.

Muchos colegas del mundo artístico y seguidores de Millán salieron en su defensa, condenando la filtración y recordando que nadie está exento de ser víctima de estos delitos digitales.

Este incidente ha reavivado el debate sobre el derecho a la intimidad de los personajes públicos y la responsabilidad ética de quienes consumen y comparten este tipo de contenido.

Santi Millán, presentador de 'Got Talent', marido de Rosa Olucha y padre de  Marc y Ruth

Más allá del escándalo, lo ocurrido con Santi Millán representa una advertencia clara sobre los peligros de la viralización de contenido íntimo sin consentimiento.

En la era digital, donde todo se comparte en segundos, el respeto a la privacidad y la empatía son más necesarios que nunca.

Millán, con una carrera consolidada en el humor, la televisión y el cine, ha optado por no alimentar el morbo y ha dejado que la justicia haga su trabajo.

Una decisión que, lejos del ruido mediático, refuerza su dignidad como persona y como profesional.