🎂 Ana Obregón cumple 70 y LO CELEBRA A LO GRANDE con su hija-nieta: lágrimas, lujo y controversia

70 fotos de Ana Obregón que celebra sus 70 años junto a Anita

Ana Obregón no ha querido dejar pasar la oportunidad de celebrar por todo lo alto dos fechas que han marcado un antes y un después en su vida: su 70 cumpleaños y los dos años de vida de la pequeña Anita, su

hija legal y también biológicamente su nieta.

Lo ha hecho en la intimidad de su espectacular mansión de La Moraleja, en Madrid, rodeada de amigos íntimos, flores, recuerdos… y mucho, mucho simbolismo.

Desde que tomó la decisión de traer al mundo a Anita a través de gestación subrogada en Miami con el esperma de su hijo fallecido, Aless Lequio, Ana Obregón ha vivido envuelta en polémica, admiración, críticas

y un escrutinio público implacable.

Pero nada de eso pareció importarle en esta celebración.

Su único objetivo era claro: homenajear a la vida, a su hijo, y a la niña que ahora le devuelve la sonrisa cada día.

La fiesta fue una mezcla de lujo y ternura.

Esta es la empresa familiar que ha organizado la fiesta de Anita, nieta de Ana  Obregón: del sabor de la tarta a la decoradora

Globos, guirnaldas con los nombres “Ana” y “Anita”, una tarta de varios pisos decorada con mariposas –símbolo de transformación y de su hijo Aless–, y un jardín lleno de velas y luces cálidas.

Pero lo que realmente emocionó a los presentes fue el discurso que la actriz pronunció al caer la noche.

Entre lágrimas, habló de amor eterno, del legado de Aless, y de cómo Anita le ha dado una segunda oportunidad para seguir adelante.

“Hoy no solo celebro 70 años.

Celebro que la vida, a pesar de los golpes más duros, también te regala milagros”, dijo emocionada ante sus invitados.

“Anita es mi vida.

Es la continuación de Aless.

Él vive en sus ojos, en su risa, en cada paso que da”.

Fueron palabras que hicieron llorar a muchos de los asistentes, entre los que se encontraban amigos de toda la vida como Boris Izaguirre, Antonia Dell’Atte, Paloma Lago y algunos rostros menos mediáticos pero

clave en el entorno íntimo de la actriz.

Ana Obregón cumple 70 rodeada del amor de Anita y con Aless muy presente -  Cadena Dial

A pesar del carácter privado del evento, Ana no dudó en compartir algunas imágenes en su cuenta de Instagram.

En ellas se la ve radiante, vestida con un elegante traje blanco, mientras sostiene a Anita en brazos.

La niña, que también llevaba un vestido blanco con detalles en rosa, sonreía ante los flashes como si entendiera perfectamente que estaba en el centro del universo de su madre-abuela.

Pero, como no podía ser de otra manera, la fiesta también ha generado comentarios de todo tipo.

Mientras algunos celebran la fuerza y resiliencia de Ana Obregón, otros han vuelto a abrir el eterno debate sobre los límites de la maternidad tardía, la gestación subrogada y el uso del legado genético de una

persona fallecida.

No obstante, Ana parece inmune a las críticas.

“He aprendido a vivir sin pedir permiso.

He aprendido a ser feliz sin justificarme”, escribió junto a una de las fotos.

Este cumpleaños ha sido, sin duda, mucho más que una fiesta.

Ha sido una declaración de intenciones.

Una forma de decirle al mundo que ella seguirá adelante, contra todo y contra todos, aferrada a la niña que, según sus propias palabras, “vino a devolverme el alma que perdí cuando Aless se fue”.

Uno de los momentos más comentados de la noche fue cuando sonó en los altavoces una versión instrumental de “Volaré”, la canción favorita de su hijo.

Ana alzó a Anita al cielo mientras las luces del jardín titilaban como estrellas.

Esta es la empresa familiar que ha organizado la fiesta de Anita, nieta de Ana  Obregón: del sabor de la tarta a la decoradora

Fue un gesto cargado de emoción que, según algunos asistentes, dejó un silencio total en el lugar.

Un instante sagrado.

Un mensaje sin palabras.

No faltaron tampoco los recuerdos de los 70 años de carrera y vida de la actriz.

Un vídeo proyectado al fondo del jardín resumió momentos clave de su trayectoria en televisión, cine, y su rol como madre.

No era solo un homenaje a su edad.

Era una oda a su resistencia.

A su historia.

Esta es la empresa familiar que ha organizado la fiesta de Anita, nieta de Ana  Obregón: del sabor de la tarta a la decoradora

A la mujer que, a pesar de haberlo perdido todo, decidió seguir celebrando la vida.

¿Fue una fiesta? Sí.

¿Fue un acto íntimo? También.

Pero, sobre todo, fue una lección: de duelo, de amor, de determinación.

Ana Obregón, criticada o admirada, ha demostrado una vez más que está hecha de otra pasta.

Y que ni la edad, ni la pérdida, ni la opinión pública van a dictarle cómo vivir su vida.

Mientras muchos aún debaten sobre si lo que hace está bien o mal, ella sonríe con Anita en brazos y lo tiene más claro que nunca: ha elegido amar.

Y lo hace, cada día, sin pedir perdón.