Félix Bolaños ha hecho lo impensable.

 

Félix Bolaños da a conocer en qué peluquería se corta el pelo: "Es hora de  que conozcáis al artista"

 

El ministro de la Presidencia lanzó a Begoña Gómez al vacío político sin pestañear.

 

Con una frialdad quirúrgica, la expuso ante la opinión pública como si fuera una simple bolsa de basura.

 

Durante meses, fue su defensora silenciosa, la esposa intocable del presidente, la figura que nadie se atrevía a cuestionar.

 

Pero todo cambió en una rueda de prensa.

 

Bolaños miró a cámara y soltó una bomba disfrazada de tecnicismo legal.

 

“El Gobierno no puede responsabilizarse de decisiones individuales de personas sin cargo público.”

 

Una frase aparentemente neutra, pero que en realidad fue un puñal directo al corazón de Begoña.

 

El juez Peinado investigará al menos seis meses más a Begoña Gómez, esposa  de Pedro Sánchez

 

Y lo peor estaba por venir.

 

Cuando se le preguntó si Moncloa la apoyaría legalmente, Bolaños no dudó: “La responsabilidad penal es individual.”

 

Traducción: que se defienda sola.

 

Ya no interesa, ya no renta, ya no es rentable proteger a la esposa del presidente.

 

Lo que antes era un escudo blindado, ahora es un lastre electoral.

 

La caída de Begoña Gómez ha sido tan rápida como brutal.

 

Pasó de la invisibilidad institucional a convertirse en el rostro del escándalo político más grave del Gobierno.

 

Y no solo por la rueda de prensa.

 

Pocas horas después, un informe firmado por el propio Bolaños señalaba indicios de irregularidades en fundaciones ligadas a Begoña.

 

Todo perfectamente medido, sin un solo gesto de humanidad, sin un mínimo titubeo.

 

Caso Begoña Gómez | Felix Bolaños dice que no contrató a la asesora de  Begoña Gómez

 

El mensaje era claro: la Moncloa se desmarca.

 

La mujer del presidente ha sido sacrificada.

 

Y lo más inquietante es lo que no se dijo.

 

En ningún momento Bolaños defendió su inocencia.

 

En ningún momento negó que hubiera delito.

 

En ningún momento fingió lealtad.

 

Solo palabras frías, pausadas, con ese tono burocrático que hiela la sangre.

 

La prensa afín al Gobierno quedó paralizada.

 

No sabían cómo reaccionar, cómo justificar la puñalada.

 

Algunos intentaron salvar la narrativa, pero ya era tarde.

 

El vídeo ya se había viralizado.

 

Bolaños se desvincula de la contratación de la asesora de Moncloa que  trabajó para Begoña Gómez | El Correo

 

La izquierda temblaba.

 

 

Y los asesores de Sánchez no daban crédito.

 

Hasta hace semanas, nadie tocaba a Begoña.

 

Ahora, todos borran su número del móvil.

 

El miedo se ha apoderado de la Moncloa.

 

Porque cuando el escudero mayor traiciona, es porque el escándalo es imparable.

 

Bolaños ha visto los papeles.

 

Ha leído los correos.

 

Y sabe que el tsunami judicial no se puede tapar ni con editoriales aliados.

 

Por eso se apartó.

 

Por eso prefirió traicionarla antes que hundirse con ella.

 

Y lo hizo de la forma más sucia: pública, elegante, letal.

 

Los silencios en el PSOE lo dijeron todo.

 

El juez reactiva la investigación a Begoña Gómez y reclama los pagos a la  mujer del presidente del Gobierno | Internacional | Cadena SER

 

Ni una palabra de apoyo.

 

Ni una nota oficial.

 

Solo silencio.

 

Como si Begoña nunca hubiera existido.

 

Como si sus discursos sobre ética y empoderamiento fueran pura ciencia ficción.

 

Ahora, los periodistas con algo de vergüenza empiezan a hacer preguntas incómodas.

 

¿Quién firmó los contratos?

 

¿Qué papel jugaron las fundaciones?

 

¿Quién se benefició realmente?

 

Y cada pregunta es una bomba.

 

Cada silencio, una prueba.

 

Bolaños no solo la dejó caer.

 

También dejó en ridículo a Pedro Sánchez.

 

Porque cuando tu número dos te traiciona, el mensaje es claro: el régimen se descompone.

 

La cohesión ha desaparecido.

 

La estructura se desmorona.

 

Y la Moncloa huele a miedo.

 

 

El cargo de Moncloa cita a Bolaños al justificar el fichaje de la asesora  de Begoña Gómez

 

Un miedo que se palpa en los pasillos, en los correos, en las reuniones urgentes.

 

Ya nadie se fía de nadie.

 

Todos se protegen.

 

El juez del caso Begoña Gómez unifica todas las acusaciones bajo la  dirección letrada de Vox

 

Y Begoña se ha convertido en un cadáver político, sola, abandonada, traicionada por los suyos.

 

Esta no es una historia de la derecha ni de la oposición.

 

Es una traición interna, salvaje, despiadada.

 

Y apenas está comenzando.

 

Si esto es lo que ocurre durante una investigación previa, ¿qué pasará cuando lleguen las imputaciones?

 

¿Quién se atreverá a poner la cara por ella?

 

La respuesta ya la dio Bolaños: nadie.

 

 

En el sanchismo, cuando alguien deja de sumar… se quema.

 

Y Begoña Gómez ya es ceniza.