El rey Felipe VI expresó un emotivo mensaje de pésame tras la muerte del papa Francisco, destacando su legado de amor, justicia social y cercanía con España, mientras la Casa Real y el país entero se suman al luto por la pérdida del pontífice.

 

Última hora de la muerte del papa Francisco en directo: Un ictus, la  posible causa de la muerte del pontífice

 

España despertó con una noticia que paralizó al mundo entero: el Papa Francisco, líder espiritual de millones de fieles, falleció a los 88 años en la Casa Santa Marta del Vaticano tras sufrir un accidente cerebrovascular y un colapso cardiovascular irreversible.

La reacción fue inmediata, y desde la Casa Real, el rey Felipe VI emitió un comunicado oficial cargado de emoción y solemnidad, que ha conmovido tanto por su contenido como por el simbolismo que representa para la historia reciente de la monarquía española y su relación con la Iglesia.

“Su Santidad el Papa Francisco ha dado testimonio a lo largo de su pontificado de la importancia que para el mundo de nuestro siglo tienen el amor al prójimo, la fraternidad y la amistad social”, expresó el Rey en un tono sereno pero profundamente emotivo.

El texto continúa recordando que el pontífice argentino supo colocar en el centro del debate internacional la necesidad de diálogo, justicia y compasión hacia los más pobres.

En palabras del monarca, el legado espiritual y social de Francisco seguirá inspirando a generaciones venideras.

El comunicado fue firmado únicamente por Felipe VI, siguiendo el protocolo institucional, aunque en él se menciona que la Reina Letizia y toda la Familia Real se unieron al pésame enviado a la Iglesia Católica.

Esta decisión, aunque protocolaria, no dejó de despertar curiosidad y análisis en diversos medios, especialmente teniendo en cuenta que en ocasiones anteriores la Reina ha suscrito otros mensajes institucionales.

Esta vez, su presencia simbólica dentro del mensaje del Rey fue suficiente para mostrar unidad y respeto.

 

El rey Felipe VI envía el “pésame y el afecto” de la Casa Real por el  fallecimiento de Francisco

 

La muerte del Papa Francisco no solo impacta a los fieles católicos, sino también a líderes de todo el mundo, y España no ha sido la excepción.

El Gobierno decretó tres días de luto oficial y, como parte de los actos conmemorativos, los Reyes Felipe y Letizia, acompañados por la reina emérita doña Sofía, acudieron a la Nunciatura Apostólica en Madrid para firmar el libro de condolencias.

Vestidos con atuendos sobrios, visiblemente afectados pero con la serenidad que exige su papel institucional, rindieron homenaje a una figura que marcó una época de apertura, humildad y compromiso con los marginados.

El Papa Francisco, nacido Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires en 1936, fue elegido Sumo Pontífice en marzo de 2013 tras la renuncia de Benedicto XVI.

Fue el primer papa latinoamericano, el primero jesuita y el primero en adoptar el nombre de Francisco, en honor al santo de Asís.

Durante sus más de 12 años de pontificado, se caracterizó por su enfoque humano y pastoral, por rechazar los lujos del Vaticano y optar por una vida sencilla, y por abordar con firmeza temas sociales urgentes como la pobreza, la migración, la crisis climática y la inclusión.

Su relación con España fue especialmente cercana. En numerosas ocasiones expresó su aprecio por la riqueza cultural del país, su historia religiosa y su papel dentro de la Iglesia.

Recibió a los Reyes en el Vaticano en varias ocasiones y mantuvo una estrecha comunicación con diversas instituciones eclesiásticas españolas.

Su capacidad para tender puentes con diferentes sectores, incluso aquellos alejados de la fe católica, lo convirtió en una figura respetada más allá del ámbito religioso.

 

El rey Felipe VI presidirá el Comité de Honor del II Congreso Internacional  de Hermandades - Alfa y Omega

 

Ahora, su fallecimiento abre una nueva etapa para el Vaticano y para los católicos del mundo. Mientras el Cónclave se prepara para elegir a su sucesor, la figura de Francisco ya comienza a ser recordada con una mezcla de veneración, respeto y nostalgia.

En el Vaticano, miles de fieles han comenzado a llegar desde todos los rincones del planeta para rendirle tributo, mientras se ultiman los preparativos para unas exequias que se esperan multitudinarias.

En España, la reacción popular ha sido profunda. Las redes sociales se han llenado de mensajes de agradecimiento, recuerdos de sus visitas y fragmentos de discursos que ya forman parte de la memoria colectiva.

Y en medio de ese oleaje de emociones, el mensaje de Felipe VI ha sido uno de los gestos más significativos, porque más allá de la formalidad, refleja el reconocimiento de toda una nación hacia quien supo ejercer el liderazgo espiritual con cercanía, sencillez y valentía.

A medida que el mundo despide al papa que rompió moldes y modernizó el papado con gestos humanos y palabras cargadas de sentido común, España reafirma su vínculo con la Iglesia y su compromiso con los valores universales que Francisco defendió con firmeza.

La historia juzgará su legado, pero para millones ya es claro: Francisco no solo fue el Papa del pueblo, fue también un faro moral en tiempos de confusión.

La Casa Real, al unirse al luto global, no solo ha expresado su respeto, sino que ha dado voz a un sentimiento compartido por millones: la gratitud hacia un hombre que, sin importar credos o fronteras, dedicó su vida a servir con amor, sin esperar nada a cambio.