🧨 “Fue una fiesta extraordinaria”: Joan Laporta defiende a Lamine Yamal y lanza un dardo al entorno del Barça 🎉⚽

La entrevista exclusiva concedida por Joan Laporta a Mundo Deportivo fue, en principio, un repaso a la actualidad institucional del FC Barcelona: el futuro incierto de la Superliga, el eterno tira y afloja con la

UEFA, el avance del nuevo Spotify Camp Nou…

Pero lo que nadie esperaba era que el punto más caliente de la charla sería algo tan aparentemente banal como una fiesta de cumpleaños.

El nombre en cuestión: Lamine Yamal.

El contexto: su reciente celebración de los 18 años.

El resultado: un torbellino de críticas, titulares y ruido digital que puso al joven prodigio en el centro de una polémica innecesaria.

Hasta ahora.

Laporta, lejos de escabullirse, decidió enfrentarlo de frente.

Sin rodeos.

“Fue una fiesta privada, y todo lo que haga Lamine ahora, y él lo sabe, siempre estará en el foco y en el ojo del huracán”, dijo con la serenidad de quien conoce perfectamente las reglas del juego.

Pero lo que vino después fue lo que realmente sorprendió.

El presidente no solo defendió a su jugador.

También lamentó no haber podido asistir al evento.

“Para mí fue una fiesta de celebración de 18 años, y lo que me sabe mal es no haber ido.

Fue una fiesta extraordinaria.

Se lo pasaron muy bien.

Iban muy elegantes.”

En pocas palabras, Laporta le dio la vuelta al discurso mediático.

Donde otros veían descontrol, él vio elegancia.

Donde otros señalaban a Yamal como irresponsable, él lo retrató como un joven con derecho a celebrar su mayoría de edad rodeado de su gente.

“Lo hizo con sus amigos, con gente de la farándula y del mundo actual, youtubers, influencers, tiktokers, cantantes… Un cumpleaños moderno y a la altura de una estrella.

” Con estas frases, Laporta rompió el guion habitual del “paternalismo futbolero” y abrazó una visión más fresca, más realista y, sobre todo, más humana de lo que significa tener 18 años y ser una figura pública.

El mensaje no era solo para los periodistas.

Era para todos aquellos que, desde sus móviles o columnas de opinión, se creen con el derecho de dictar cómo debe comportarse un joven que apenas ha llegado a la adultez y ya carga con el dorsal 10 del Barça.

En un mundo donde cada movimiento es escrutado, cada publicación analizada y cada celebración diseccionada, Laporta puso el freno.

“Estaba en el ámbito privado, luego vino a entrenar y entrena como el que más.

Y en este sentido, nada que reprocharle.”

Porque esa es la clave.

Lamine no faltó a entrenar.

No llegó tarde.

No dio problemas.

Celebró, sí.

Pero cumplió con su responsabilidad al día siguiente, como el profesional que es —y que está aprendiendo a ser—.

Y en ese equilibrio entre vida privada y exigencia deportiva, Laporta no solo lo respalda… lo legitima.

Con este gesto, el presidente del FC Barcelona no solo zanja una polémica absurda.

También lanza un mensaje claro al vestuario: los jóvenes no están solos.

Ser una promesa del fútbol no te obliga a renunciar a tu humanidad.

Y si alguien se atreve a convertir una fiesta en un juicio público, el club te respaldará.

Porque para Laporta, proteger a sus talentos no es una estrategia, es una convicción.

Lamine Yamal no es solo un proyecto deportivo.

Es un adolescente que ha crecido bajo la lupa de millones.

Su dorsal 10 es tan simbólico como pesado, y cada paso que da es visto como una sentencia.

Por eso, tener al presidente al lado no es solo un gesto institucional.

Es un escudo emocional en tiempos donde la cancelación se hace viral antes de que puedas explicarte.

En definitiva, Laporta ha hecho mucho más que hablar.

Ha marcado postura.

Ha alzado la voz cuando más se necesitaba.

Y ha recordado que el Barça no solo forma futbolistas.

Forma personas.

Y si hay que defenderlos públicamente, se hace.

Porque la verdadera grandeza no está solo en el campo.

También está en saber cuándo —y por quién— dar la cara.