Con papeles protagónicos en éxitos como
Rosa Salvaje y Amores verdaderos,
Guillermo Capetillo conquistó corazones
con su talento y buen parecido,
convirtiéndose en una de las estrellas
de telenovelas más queridas de México.
En el apogeo de su carrera parecía
tenerlo todo, éxito, popularidad y un
futuro brillante. Pero lejos de las
cámaras, Capetillo vivía una realidad
muy diferente. Entonces, ¿por qué se
alejó de la actuación? ¿Por qué no tuvo
hijos? ¿Y cómo fue que uno de los
rostros más reconocidos de la televisión
terminó abandonando la fama para seguir
un camino completamente distinto? Hoy,
acercándose a los 70 años, Guillermo
Capetillo lleva una vida tranquila y más
privada, marcada no solo por el cambio,
sino también por el dolor personal y las
esperanzas no cumplidas.
En este video exploramos más a fondo su
historia, los desafíos emocionales, las
razones detrás de su retiro del ojo
público y cómo su vida tomó un rumbo que
pocos habrían imaginado. Comencemos.
Guillermo Capetillo de Flores nació el
30 de abril de 1958
en la ciudad de México, en una familia
donde la tradición tenía un peso
profundo. Los Capetillos no solo eran
famosos, eran legendarios en dos mundos
completamente distintos, la tauromaquia
y el espectáculo.
Su padre Manuel Capetillo Villaseñor, no
solo fue un torero célebre, sino también
actor y cantante, y se esperaba que el
joven Guillermo siguiera esos pasos
prestigiosos.
Si se le pregunta, dirá que su primera
pasión verdadera fue el toreo. Aunque
hoy genera controversia, durante la
juventud de Capetillo, aún se
consideraba una de las grandes
tradiciones de la cultura hispana. Y
para él no era solo una tradición, era
un legado. Como segundo hijo del
legendario torero, actor y cantante
Manuel Capetillo,
192629,
Guillermo nació dentro del mundo del
ruedo y desde temprana edad así lo hizo.
Con solo 7 años, Guillermo pisó el
ruedo, ganando rápidamente atención por
su aplomo y talento natural. Su primera
aparición pública en la icónica Plaza
México fue un verdadero triunfo. Lo
sacaron en hombros, un honor reservado a
los grandes, señalando la llegada de un
prodigio. En 1977
recibió la alternativa, la ceremonia que
marca el paso de novillero a matador de
toros de manos del legendario Manolo
Martínez. Para 1983
ya había sido confirmado en Madrid,
consolidando su lugar entre los grandes
de la tauromaquia.
A pesar de ese destino, todo cambió en
1979,
cuando con apenas 21 años fue elegido
para los ricos también lloran. Una de
las telenovelas más icónicas de su
tiempo. Interpretó a Beto, el hijo
perdido de Verónica Castro y Rogelio
Guerra.
Irónicamente fue su abuela en la vida
real, la actriz española Marilu Elisaga,
quien lo recomendó para el papel al
famoso productor Valentín Pimstein.
Capetillo nunca había actuado antes,
pero su parecido con guerra y su
presencia natural frente a la cámara lo
convirtieron en el candidato ideal.
Originalmente ese iba a ser su único
papel en televisión. En ese momento,
Guillermo estaba completamente enfocado
en entrenar como novillero y no tenía
planes de dedicarse a la actuación. Pero
el público se enamoró rápidamente de él,
especialmente de su química en pantalla
con Edit González. Y Pimstein, con su
instinto agudo, vio un talento que valía
la pena desarrollar.
Pronto volvió a contratar a Capetillo,
esta vez como uno de los protagonistas
de Colorina. una telenovela audaz y
polémica protagonizada por Lucía Méndez
como una trabajadora sexual de buen
corazón que oculta la verdad sobre su
hijo durante dos décadas.
Y así Guillermo Capetillo se encontró
viviendo dos vidas, una en el mundo
glamoroso de las telenovelas y otra en
el polvo y el peligro de la plaza de
toros.
En el punto más alto de su fama,
Guillermo Capetillo no solo era una
estrella emergente de las telenovelas,
era la figura revelación de su famosa
familia. Entre los tres hermanos
Capetillo, Manuel Junior, Guillermo y el
menor Eduardo, fue Guillermo quien se
convirtió en un nombre conocido en todos
los hogares. Su atractivo físico,
carisma y presencia natural en pantalla
lo convirtieron en un favorito
instantáneo. Tanto así que incluso
incursionó en la música. lanzó un LP
titulado Mujer, con la intención de
iniciar una carrera como baladista
romántico. El álbum no tuvo mucho éxito,
pero una cosa quedó clara. El público no
se cansaba de él. La carrera de
Guillermo se disparó cuando fue elegido
como protagonista junto a Victoria Rufo
en la fiera producida por Valentín
Pimstein.
Fue el primer papel protagónico de Rffo
y el primero de Guillermo como galán
romántico, interpretando a un joven rico
que se enamora de una muchacha pobre
solo para ser separados por la
diferencia de clases, la manipulación y
la traición. La fórmula clásica del
melodrama que siempre funcionaba. La
telenovela fue un éxito rotundo en 1983
y consolidó a ambos actores en la
historia de la televisión. Muchos
esperaban que Capetillo se convirtiera
en el próximo gran galán de la TV
mexicana. Durante las décadas de 1980 y
1990,
Capetillo continuó equilibrando la
actuación y el toreo, participando en
películas de acción como Tiemblan los
magos, el hijo de Pedro Navaja y Ases
del Contrabando. Regresó a las
telenovelas con la icónica Rosa Salvaje,
donde demostró su versatilidad al
interpretar a dos hermanos gemelos.
Rogelio, un hombre amable que caminaba
con muletas y Ricardo, un playboy mimado
y arrogante.
En 1988
apareció en comedias románticas como
quisiera ser hombre junto a lucero. Para
1991
rompía con los estereotipos al
interpretar a su primer villano en una
trampa, compartiendo pantalla con
Cristian Bach y Héctor Bonilla.
Más adelante se involucró en historias
emocionalmente complejas como Pueblo
Chico, Infierno Grande, 1998,
donde formó parte de un triángulo
amoroso con Verónica Castro y Juan
Soler. Capetillo también apareció en
producciones orientadas a la familia
como Luz en el Camino, Tres Mujeres, y
en películas como Si nos dejan, 1999
y Animales en peligro, 2004.
Incluso hacia el final de su carrera
actoral, seguía presente en programas
infantiles como Cuentos para niños,
Misión Aventura y Amor y Pablo y Andrea.
Pero las cosas no se desarrollaron como
se esperaba. A pesar de su creciente
popularidad, la pasión de Guillermo por
el toreo seguía intacta. Sin embargo,
Pimstein, temiendo por la seguridad y la
apariencia de su estrella, le prohibió
entrar al ruedo mientras estuviera bajo
contrato. Guillermo obedeció por un
tiempo, pero su deseo de torear nunca
desapareció.
Entonces ocurrió un error crítico.
Capetillo aceptó un papel en los
cuervos, una telenovela de suspenso
filmada en Bogotá, Colombia, Televisa,
muy protectora de su talento y recelosa
de los actores que trabajaban en el
extranjero sin autorización,
respondió con un castigo severo.
Guillermo fue vetado de la cadena.
Durante 3 años estuvo ausente de la
televisión mexicana y su carrera perdió
fuerza.
Durante su exilio de Televisa, Guillermo
no se quedó quieto. Finalmente tomó la
alternativa, convirtiéndose oficialmente
en torero profesional y actuó en plazas
de toros en México y España. También
grabó un segundo disco que tuvo el mismo
destino que el primero y realizó algunas
películas. Aún así, ninguno de estos
proyectos reavivó su estrellato.
Eventualmente, Pimstein intervino
nuevamente y convenció al magnate
Emilio, el tigre Azcárraga, de levantar
el veto. En 1987,
Capetillo regresó triunfalmente a la
televisión con Rosa Salvaje, nuevamente
al lado de Verónica Castro. El programa
fue un éxito colosal con Guillermo
interpretando a los hermanos gemelos
linares, uno amable, el otro arrogante.
Fue un punto culminante en su carrera,
pero los años fuera y el desgaste del
toreo lo habían cambiado. Aunque siguió
actuando ocasionalmente hasta finales de
los 90 en tres mujeres y otros
proyectos, su verdadera pasión había
cambiado, y el toreo volvió a ser el
centro de su vida.
Uno de los momentos más orgullosos de
Guillermo Capetillo en la plaza de toros
ocurrió el 30 de enero de 1994,
cuando ofreció una faena deslumbrante en
la legendaria plaza de toros México, la
más grande del mundo. Ese día cortó el
rabo de gallero, un toro de la ganadería
Cerro Viejo, en lo que muchos aún
consideran una de las faenas más
elegantes y completas del toreo moderno
mexicano.
Los críticos elogiaron su técnica,
especialmente su temple con la mano
izquierda, calificándola de refinada y
valiente. Aunque no era conocido por
culminar todas sus faenas, lo que le
valió la etiqueta de torero pinchador,
su arte y precisión dejaron una
impresión duradera cada vez que pisaba
el ruedo. Guillermo continuó toreando
bien entrado sus 50 años, permaneciendo
activo hasta después de 2010
antes de retirarse silenciosamente de la
arena.
Su última aparición en pantalla fue en
2015, en lo imperdonable, producida por
Salvador Mejía. Desde entonces,
Guillermo ha decidido alejarse de los
reflectores. Aunque todavía conserva un
profundo amor por la tauromaquia, hoy en
día prefiere la tranquilidad de la vida
familiar y los recuerdos de un pasado
lleno de aplausos, luces brillantes y
multitudes rugientes. Aunque alguna vez
estuvo en el centro de todo, ahora
recuerda esos días con cariño y con un
sentido de cierre.
Guillermo Capetillo dejó las telenovelas
para vender casas.
Después de 36 años participando en
algunas de las telenovelas más queridas
de México, Guillermo Capetillo se retiró
de la televisión en 2015.
Su último papel fue el del padre Juan en
lo imperdonable, marcando el final de
una larga y variada carrera actoral que
abarcó décadas.
Tras su silenciosa salida de la pantalla
chica, rápidamente surgieron rumores.
Algunos decían que había caído en
problemas económicos. Un rumor que él
desmintió firmemente en una entrevista
para el programa Sale el Sol. El chisme
se propaga fácilmente y, lamentablemente
hace mucho daño”, declaró.
“La verdad es que no heredé nada. Yo
invertí.
Compré una propiedad que en ese momento
pertenecía a mi padre. Él me ofreció una
parte cuando yo estaba buscando un
rancho y llegamos a un acuerdo. He
pasado algunos de los mejores años de mi
vida invirtiendo en eso. Capetillo
explicó que ahora está completamente
dedicado al negocio inmobiliario, el
cual le brinda paz mental y estabilidad.
Todo está en orden, afirmó.
Este es mi nuevo rubro, bienes raíces.
La zona alrededor de mi rancho está
creciendo y estoy invirtiendo para poder
vender o desarrollar algo a futuro.
Agregó que su enfoque ha cambiado de lo
sentimental hacia el valor práctico y a
largo plazo. Estoy pensando en los
beneficios, en crear proyectos que sean
buenos para todos los involucrados.
Ahora, a principios de sus 60, Guillermo
dice estar agradecido por su salud y el
ritmo tranquilo de vida que ha
encontrado.
Eso es lo que me mueve, sentirme bien,
estar sano y seguir adelante por mi
familia y por mí mismo. El mayor anhelo
de Guillermo Capetillo, la familia que
nunca tuvo. Aunque Guillermo Capetillo
se hizo un nombre como torero y galán de
telenovelas, un sueño ha permanecido
dolorosamente fuera de su alcance,
convertirse en padre. Detrás de su fama
y carisma se esconde una historia
privada de amor, pérdida y anhelos no
cumplidos. En 2006, a los 47 años,
Guillermo se casó con la modelo Tania
Amescua en una ceremonia íntima en
México.
Su unión, aunque llena de amor y
esperanzas compartidas, estuvo marcada
por la dolorosa realidad de que nunca
tendrían hijos. Tras varios años juntos
y múltiples intentos de tratamientos de
fertilidad, la pareja finalmente se
separó.
En 2013, Capetillo reveló públicamente
la causa de su tristeza. Es estéril.
Es algo que me parte el alma, confesó en
una entrevista emotiva.
Intenté todo con mi esposa, tantos
tratamientos, pero simplemente no se
logró. A pesar del dolor de esa etapa en
su vida, Guillermo nunca ha perdido la
esperanza de formar una familia. Ahora,
en sus 60, el actor ha hablado
abiertamente sobre su deseo de adoptar,
aunque solo cuando las circunstancias
sean las adecuadas. Si no tengo a
alguien a mi lado, ¿cómo voy a tener un
hijo? dijo, “Me encantaría vivir
enamorado, amar y ser amado por un niño
o una niña, pero quiero poder ofrecer un
hogar que sea estable, hermoso y
compartido con una mujer maravillosa que
me ame y me respete.”
Capetillo reconoce que quizás esperó
demasiado.
No haber aprovechado mis años jóvenes
para tener un hijo es algo que lamento
profundamente”,
expresó. “Po también creo que nunca es
tarde. He hecho inversiones y quiero
asegurarme de que cuando llegue el
momento mi hijo tenga todas las
comodidades que merece.”
En una entrevista de 2014, mientras
interpretaba a Nelson Bris en amores
verdaderos, Guillermo volvió a abrir su
corazón sobre este anhelo. Estuve
casado, pero por circunstancias de la
vida no tuve hijos. Me encantaría tener
la oportunidad de formar una familia, ya
sea de forma biológica o mediante la
adopción.
El actor, medio hermano del cantante
Eduardo Capetillo, siempre ha puesto su
fe en el centro de su camino. Dejo todo
en manos de Dios y si él así lo decide,
tendré mis hijos. Pero me falta lo más
importante, una compañera.
Cuando le preguntaron si consideraría
ser padre soltero, su respuesta fue
firme. Number no. Le veo sentido a criar
un hijo solo. Para mí es esencial tener
una pareja. Quiero criar a un hijo en un
hogar lleno de amor con madre y padre.
¿Cómo se enamoró Guillermo Capetillo de
Victoria Rufo y Verónica Castro?
Guillermo Capetillo entró al mundo de la
actuación durante la década de los 80,
uniéndose a sus hermanos Eduardo y
Manuel Capetillo Junior para formar una
de las familias más reconocidas del
espectáculo mexicano. Su papel
consagratorio llegó con la legendaria
Los ricos también lloran, donde
interpretó al hijo de Verónica Castro.
Pero mucho antes de eso, Guillermo y
Verónica ya habían cautivado al público
como una querida pareja en pantalla en
la exitosa Rosa Salvaje, convirtiéndose
en una de las duplas más icónicas de la
televisión.
Su química no se limitó a Verónica.
Guillermo también protagonizó junto a
Victoria Rufo en la fiera, una
telenovela que despertó la misma
admiración por su romance ficticio con
fanáticos que esperaban que ese amor
traspasara la pantalla.
Años después se reunió nuevamente con
Castro en Pueblo Chico, Infierno Grande,
marcando lo que sería su último
protagónico en una telenovela. Lucero
recuerda su romance con Guillermo
Capetillo y confiesa que estaba
enamorada del actor desde los 9 años.
Lucero, conocida como la novia de
América, ha vivido gran parte de su vida
bajo los reflectores.
Desde muy joven cautivó al público con
su carisma, talento y presencia en
pantalla, pero su vida amorosa también
atrajo mucha atención.
Una de sus relaciones más comentadas en
sus primeros años fue con el actor y
torero Guillermo Capetillo, con quien
salió a principios de los años 90. Lo
que muchos no sabían es que Lucero lo
admiraba mucho antes de conocerlo.
En un emotivo video en su canal de
YouTube titulado Lo que no sabías de mi
pasado, Lucero reveló que su
enamoramiento por Capetillo comenzó
desde los 9 años. Cuando lo veía en la
icónica telenovela, los ricos también
lloran. Lo veía en la tele y decía, “Él
es mi novio. Es el hombre más guapo del
mundo.” Recordó con una sonrisa.
Años después, el destino los reunió en
el set de la película Quisiera ser
hombre, 1988,
donde no solo compartieron escenas, sino
que iniciaron un romance en la vida
real. Después de trabajar juntos fuimos
novios. Lo recuerdo muy bien”, contó
Lucero a sus seguidores. Cuando lo veía
seguía pensando, “Es el hombre más guapo
del mundo. Su relación, aunque intensa y
muy seguida por el público, solo duró 8
meses según TV y novelas.
Sin embargo, la conexión entre ellos
nunca desapareció por completo. Lucero y
Guillermo volvieron a encontrarse años
más tarde en la exitosa telenovela
Mañana Es para siempre, 2008, donde
Lucero interpretó a la manipuladora
madrastra del personaje de Capetillo,
marcando un reencuentro dramático en
pantalla que encantó a sus fanáticos de
toda la vida.
Victoria Rufo recuerda su romance de
telenovela con Guillermo Capetillo.
Aunque no era un típico BTBT Throwback
Thursday, Victoria Rufo se dejó llevar
por la nostalgia un miércoles por la
tarde al compartir una foto muy especial
de uno de sus primeros y más icónicos
papeles en telenovelas.
La imagen en blanco y negro publicada en
su cuenta de Instagram mostraba a una
joven Victoria Rufo junto a su
coprotagonista Guillermo Capetillo en
una escena de la fiera. Vestidos de
novios y sonriendo dulcemente el uno al
otro, la foto capturaba la química
innegable que alguna vez iluminó
millones de pantallas.
La fiera. Guillermo Capetillo está
guapísimo.
Amigo de toda la vida escribió Victoria
en el pie de foto, acompañando el
mensaje con varios emojis de corazón
para expresar su cariño.
Los fans se emocionaron con la
publicación sorpresa, comentando sobre
el encanto atemporal de la pareja y
recordando con cariño la producción de
Televisa de 1983.
La fiera, producida por el legendario
Valentín Pimstein, marcó el debut de
Victoria Rufo como protagonista.
Se transmitió del 26 de diciembre de
1983
al 9 de noviembre de 1984
y rápidamente se convirtió en un éxito.
En la telenovela, Victoria interpretaba
a Natalia, apodada La fiera, en su
barrio humilde. una joven de carácter
fuerte que se enamora de Víctor Alfonso,
interpretado por Capetillo, un hombre de
familia acomodada. La historia seguía su
apasionado romance y los múltiples
obstáculos que enfrentaban,
especialmente por parte de los padres de
él que desaprobaban la relación. Al
final, el amor triunfaba sellando la
historia y a la pareja en el corazón de
los televidentes para siempre.
¿Qué hace Guillermo Capetillo en 2025?
Una nueva vida lejos de la fama. En
2025, Guillermo Capetillo tiene 67 años
y lleva una vida completamente alejada
de las cámaras y del glamour, que alguna
vez lo definieron.
El exgalán de telenovelas, conocido por
sus papeles en producciones como Rosa
Salvaje, se ha retirado por completo de
la actuación y ha adoptado un estilo de
vida más tranquilo y enfocado en los
negocios y la realización personal.
Ahora, totalmente fuera del ojo público,
Capetillo ha encontrado un nuevo
propósito en el mundo de los bienes
raíces. Tras más de tres décadas en la
industria del entretenimiento, manejó
sus ganancias con inteligencia,
ahorrando e invirtiendo en lugar de
gastar de manera ostentosa.
Esa previsión financiera le ha permitido
hacer una cómoda transición hacia su
segunda vida.
En una entrevista sincera para el
programa matutino Sale el Sol, Guillermo
habló sobre la vida que ha construido
desde que dejó atrás el mundo del
espectáculo.
No me interesa volver a actuar, dijo en
la misma entrevista. Esa etapa de mi
vida fue hermosa, pero ya terminó. Ahora
encuentro alegría en las cosas
sencillas, en la naturaleza, en el
trabajo en el que creo y en planear el
futuro que aún quiero construir.
Lejos del reflector que antes seguía
cada uno de sus pasos, Guillermo ha
forjado una vida con propósito, una que
refleja no solo quién fue alguna vez,
sino también quién siempre esperó llegar
a ser. M.
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