Con papeles protagónicos en éxitos como

Rosa Salvaje y Amores verdaderos,

Guillermo Capetillo conquistó corazones

con su talento y buen parecido,

convirtiéndose en una de las estrellas

de telenovelas más queridas de México.

En el apogeo de su carrera parecía

tenerlo todo, éxito, popularidad y un

futuro brillante. Pero lejos de las

The Bold and the Beautiful (1987)

cámaras, Capetillo vivía una realidad

muy diferente. Entonces, ¿por qué se

alejó de la actuación? ¿Por qué no tuvo

hijos? ¿Y cómo fue que uno de los

rostros más reconocidos de la televisión

terminó abandonando la fama para seguir

un camino completamente distinto? Hoy,

acercándose a los 70 años, Guillermo

Capetillo lleva una vida tranquila y más

privada, marcada no solo por el cambio,

sino también por el dolor personal y las

esperanzas no cumplidas.

En este video exploramos más a fondo su

historia, los desafíos emocionales, las

razones detrás de su retiro del ojo

público y cómo su vida tomó un rumbo que

pocos habrían imaginado. Comencemos.

Guillermo Capetillo de Flores nació el

30 de abril de 1958

en la ciudad de México, en una familia

donde la tradición tenía un peso

profundo. Los Capetillos no solo eran

famosos, eran legendarios en dos mundos

completamente distintos, la tauromaquia

y el espectáculo.

Su padre Manuel Capetillo Villaseñor, no

solo fue un torero célebre, sino también

actor y cantante, y se esperaba que el

joven Guillermo siguiera esos pasos

prestigiosos.

Si se le pregunta, dirá que su primera

pasión verdadera fue el toreo. Aunque

hoy genera controversia, durante la

juventud de Capetillo, aún se

consideraba una de las grandes

tradiciones de la cultura hispana. Y

para él no era solo una tradición, era

un legado. Como segundo hijo del

legendario torero, actor y cantante

Manuel Capetillo,

192629,

Guillermo nació dentro del mundo del

ruedo y desde temprana edad así lo hizo.

Con solo 7 años, Guillermo pisó el

ruedo, ganando rápidamente atención por

su aplomo y talento natural. Su primera

aparición pública en la icónica Plaza

México fue un verdadero triunfo. Lo

sacaron en hombros, un honor reservado a

los grandes, señalando la llegada de un

prodigio. En 1977

recibió la alternativa, la ceremonia que

marca el paso de novillero a matador de

toros de manos del legendario Manolo

Martínez. Para 1983

ya había sido confirmado en Madrid,

consolidando su lugar entre los grandes

de la tauromaquia.

A pesar de ese destino, todo cambió en

1979,

cuando con apenas 21 años fue elegido

para los ricos también lloran. Una de

las telenovelas más icónicas de su

tiempo. Interpretó a Beto, el hijo

perdido de Verónica Castro y Rogelio

Guerra.

Irónicamente fue su abuela en la vida

real, la actriz española Marilu Elisaga,

quien lo recomendó para el papel al

famoso productor Valentín Pimstein.

Capetillo nunca había actuado antes,

pero su parecido con guerra y su

presencia natural frente a la cámara lo

convirtieron en el candidato ideal.

Originalmente ese iba a ser su único

papel en televisión. En ese momento,

Guillermo estaba completamente enfocado

en entrenar como novillero y no tenía

planes de dedicarse a la actuación. Pero

el público se enamoró rápidamente de él,

especialmente de su química en pantalla

con Edit González. Y Pimstein, con su

instinto agudo, vio un talento que valía

la pena desarrollar.

Pronto volvió a contratar a Capetillo,

esta vez como uno de los protagonistas

de Colorina. una telenovela audaz y

polémica protagonizada por Lucía Méndez

como una trabajadora sexual de buen

corazón que oculta la verdad sobre su

hijo durante dos décadas.

Y así Guillermo Capetillo se encontró

viviendo dos vidas, una en el mundo

glamoroso de las telenovelas y otra en

el polvo y el peligro de la plaza de

toros.

En el punto más alto de su fama,

Guillermo Capetillo no solo era una

estrella emergente de las telenovelas,

era la figura revelación de su famosa

familia. Entre los tres hermanos

Capetillo, Manuel Junior, Guillermo y el

menor Eduardo, fue Guillermo quien se

convirtió en un nombre conocido en todos

los hogares. Su atractivo físico,

carisma y presencia natural en pantalla

lo convirtieron en un favorito

instantáneo. Tanto así que incluso

incursionó en la música. lanzó un LP

titulado Mujer, con la intención de

iniciar una carrera como baladista

romántico. El álbum no tuvo mucho éxito,

pero una cosa quedó clara. El público no

se cansaba de él. La carrera de

Guillermo se disparó cuando fue elegido

como protagonista junto a Victoria Rufo

en la fiera producida por Valentín

Pimstein.

Fue el primer papel protagónico de Rffo

y el primero de Guillermo como galán

romántico, interpretando a un joven rico

que se enamora de una muchacha pobre

solo para ser separados por la

diferencia de clases, la manipulación y

la traición. La fórmula clásica del

melodrama que siempre funcionaba. La

telenovela fue un éxito rotundo en 1983

y consolidó a ambos actores en la

historia de la televisión. Muchos

esperaban que Capetillo se convirtiera

en el próximo gran galán de la TV

mexicana. Durante las décadas de 1980 y

1990,

Capetillo continuó equilibrando la

actuación y el toreo, participando en

películas de acción como Tiemblan los

magos, el hijo de Pedro Navaja y Ases

del Contrabando. Regresó a las

telenovelas con la icónica Rosa Salvaje,

donde demostró su versatilidad al

interpretar a dos hermanos gemelos.

Rogelio, un hombre amable que caminaba

con muletas y Ricardo, un playboy mimado

y arrogante.

En 1988

apareció en comedias románticas como

quisiera ser hombre junto a lucero. Para

1991

rompía con los estereotipos al

interpretar a su primer villano en una

trampa, compartiendo pantalla con

Cristian Bach y Héctor Bonilla.

Más adelante se involucró en historias

emocionalmente complejas como Pueblo

Chico, Infierno Grande, 1998,

donde formó parte de un triángulo

amoroso con Verónica Castro y Juan

Soler. Capetillo también apareció en

producciones orientadas a la familia

como Luz en el Camino, Tres Mujeres, y

en películas como Si nos dejan, 1999

y Animales en peligro, 2004.

Incluso hacia el final de su carrera

actoral, seguía presente en programas

infantiles como Cuentos para niños,

Misión Aventura y Amor y Pablo y Andrea.

Pero las cosas no se desarrollaron como

se esperaba. A pesar de su creciente

popularidad, la pasión de Guillermo por

el toreo seguía intacta. Sin embargo,

Pimstein, temiendo por la seguridad y la

apariencia de su estrella, le prohibió

entrar al ruedo mientras estuviera bajo

contrato. Guillermo obedeció por un

tiempo, pero su deseo de torear nunca

desapareció.

Entonces ocurrió un error crítico.

Capetillo aceptó un papel en los

cuervos, una telenovela de suspenso

filmada en Bogotá, Colombia, Televisa,

muy protectora de su talento y recelosa

de los actores que trabajaban en el

extranjero sin autorización,

respondió con un castigo severo.

Guillermo fue vetado de la cadena.

Durante 3 años estuvo ausente de la

televisión mexicana y su carrera perdió

fuerza.

Durante su exilio de Televisa, Guillermo

no se quedó quieto. Finalmente tomó la

alternativa, convirtiéndose oficialmente

en torero profesional y actuó en plazas

de toros en México y España. También

grabó un segundo disco que tuvo el mismo

destino que el primero y realizó algunas

películas. Aún así, ninguno de estos

proyectos reavivó su estrellato.

Eventualmente, Pimstein intervino

nuevamente y convenció al magnate

Emilio, el tigre Azcárraga, de levantar

el veto. En 1987,

Capetillo regresó triunfalmente a la

televisión con Rosa Salvaje, nuevamente

al lado de Verónica Castro. El programa

fue un éxito colosal con Guillermo

interpretando a los hermanos gemelos

linares, uno amable, el otro arrogante.

Fue un punto culminante en su carrera,

pero los años fuera y el desgaste del

toreo lo habían cambiado. Aunque siguió

actuando ocasionalmente hasta finales de

los 90 en tres mujeres y otros

proyectos, su verdadera pasión había

cambiado, y el toreo volvió a ser el

centro de su vida.

Uno de los momentos más orgullosos de

Guillermo Capetillo en la plaza de toros

ocurrió el 30 de enero de 1994,

cuando ofreció una faena deslumbrante en

la legendaria plaza de toros México, la

más grande del mundo. Ese día cortó el

rabo de gallero, un toro de la ganadería

Cerro Viejo, en lo que muchos aún

consideran una de las faenas más

elegantes y completas del toreo moderno

mexicano.

Los críticos elogiaron su técnica,

especialmente su temple con la mano

izquierda, calificándola de refinada y

valiente. Aunque no era conocido por

culminar todas sus faenas, lo que le

valió la etiqueta de torero pinchador,

su arte y precisión dejaron una

impresión duradera cada vez que pisaba

el ruedo. Guillermo continuó toreando

bien entrado sus 50 años, permaneciendo

activo hasta después de 2010

antes de retirarse silenciosamente de la

arena.

Su última aparición en pantalla fue en

2015, en lo imperdonable, producida por

Salvador Mejía. Desde entonces,

Guillermo ha decidido alejarse de los

reflectores. Aunque todavía conserva un

profundo amor por la tauromaquia, hoy en

día prefiere la tranquilidad de la vida

familiar y los recuerdos de un pasado

lleno de aplausos, luces brillantes y

multitudes rugientes. Aunque alguna vez

estuvo en el centro de todo, ahora

recuerda esos días con cariño y con un

sentido de cierre.

Guillermo Capetillo dejó las telenovelas

para vender casas.

Después de 36 años participando en

algunas de las telenovelas más queridas

de México, Guillermo Capetillo se retiró

de la televisión en 2015.

Su último papel fue el del padre Juan en

lo imperdonable, marcando el final de

una larga y variada carrera actoral que

abarcó décadas.

Tras su silenciosa salida de la pantalla

chica, rápidamente surgieron rumores.

Algunos decían que había caído en

problemas económicos. Un rumor que él

desmintió firmemente en una entrevista

para el programa Sale el Sol. El chisme

se propaga fácilmente y, lamentablemente

hace mucho daño”, declaró.

“La verdad es que no heredé nada. Yo

invertí.

Compré una propiedad que en ese momento

pertenecía a mi padre. Él me ofreció una

parte cuando yo estaba buscando un

rancho y llegamos a un acuerdo. He

pasado algunos de los mejores años de mi

vida invirtiendo en eso. Capetillo

explicó que ahora está completamente

dedicado al negocio inmobiliario, el

cual le brinda paz mental y estabilidad.

Todo está en orden, afirmó.

Este es mi nuevo rubro, bienes raíces.

La zona alrededor de mi rancho está

creciendo y estoy invirtiendo para poder

vender o desarrollar algo a futuro.

Agregó que su enfoque ha cambiado de lo

sentimental hacia el valor práctico y a

largo plazo. Estoy pensando en los

beneficios, en crear proyectos que sean

buenos para todos los involucrados.

Ahora, a principios de sus 60, Guillermo

dice estar agradecido por su salud y el

ritmo tranquilo de vida que ha

encontrado.

Eso es lo que me mueve, sentirme bien,

estar sano y seguir adelante por mi

familia y por mí mismo. El mayor anhelo

de Guillermo Capetillo, la familia que

nunca tuvo. Aunque Guillermo Capetillo

se hizo un nombre como torero y galán de

telenovelas, un sueño ha permanecido

dolorosamente fuera de su alcance,

convertirse en padre. Detrás de su fama

y carisma se esconde una historia

privada de amor, pérdida y anhelos no

cumplidos. En 2006, a los 47 años,

Guillermo se casó con la modelo Tania

Amescua en una ceremonia íntima en

México.

Su unión, aunque llena de amor y

esperanzas compartidas, estuvo marcada

por la dolorosa realidad de que nunca

tendrían hijos. Tras varios años juntos

y múltiples intentos de tratamientos de

fertilidad, la pareja finalmente se

separó.

En 2013, Capetillo reveló públicamente

la causa de su tristeza. Es estéril.

Es algo que me parte el alma, confesó en

una entrevista emotiva.

Intenté todo con mi esposa, tantos

tratamientos, pero simplemente no se

logró. A pesar del dolor de esa etapa en

su vida, Guillermo nunca ha perdido la

esperanza de formar una familia. Ahora,

en sus 60, el actor ha hablado

abiertamente sobre su deseo de adoptar,

aunque solo cuando las circunstancias

sean las adecuadas. Si no tengo a

alguien a mi lado, ¿cómo voy a tener un

hijo? dijo, “Me encantaría vivir

enamorado, amar y ser amado por un niño

o una niña, pero quiero poder ofrecer un

hogar que sea estable, hermoso y

compartido con una mujer maravillosa que

me ame y me respete.”

Capetillo reconoce que quizás esperó

demasiado.

No haber aprovechado mis años jóvenes

para tener un hijo es algo que lamento

profundamente”,

expresó. “Po también creo que nunca es

tarde. He hecho inversiones y quiero

asegurarme de que cuando llegue el

momento mi hijo tenga todas las

comodidades que merece.”

En una entrevista de 2014, mientras

interpretaba a Nelson Bris en amores

verdaderos, Guillermo volvió a abrir su

corazón sobre este anhelo. Estuve

casado, pero por circunstancias de la

vida no tuve hijos. Me encantaría tener

la oportunidad de formar una familia, ya

sea de forma biológica o mediante la

adopción.

El actor, medio hermano del cantante

Eduardo Capetillo, siempre ha puesto su

fe en el centro de su camino. Dejo todo

en manos de Dios y si él así lo decide,

tendré mis hijos. Pero me falta lo más

importante, una compañera.

Cuando le preguntaron si consideraría

ser padre soltero, su respuesta fue

firme. Number no. Le veo sentido a criar

un hijo solo. Para mí es esencial tener

una pareja. Quiero criar a un hijo en un

hogar lleno de amor con madre y padre.

¿Cómo se enamoró Guillermo Capetillo de

Victoria Rufo y Verónica Castro?

Guillermo Capetillo entró al mundo de la

actuación durante la década de los 80,

uniéndose a sus hermanos Eduardo y

Manuel Capetillo Junior para formar una

de las familias más reconocidas del

espectáculo mexicano. Su papel

consagratorio llegó con la legendaria

Los ricos también lloran, donde

interpretó al hijo de Verónica Castro.

Pero mucho antes de eso, Guillermo y

Verónica ya habían cautivado al público

como una querida pareja en pantalla en

la exitosa Rosa Salvaje, convirtiéndose

en una de las duplas más icónicas de la

televisión.

Su química no se limitó a Verónica.

Guillermo también protagonizó junto a

Victoria Rufo en la fiera, una

telenovela que despertó la misma

admiración por su romance ficticio con

fanáticos que esperaban que ese amor

traspasara la pantalla.

Años después se reunió nuevamente con

Castro en Pueblo Chico, Infierno Grande,

marcando lo que sería su último

protagónico en una telenovela. Lucero

recuerda su romance con Guillermo

Capetillo y confiesa que estaba

enamorada del actor desde los 9 años.

Lucero, conocida como la novia de

América, ha vivido gran parte de su vida

bajo los reflectores.

Desde muy joven cautivó al público con

su carisma, talento y presencia en

pantalla, pero su vida amorosa también

atrajo mucha atención.

Una de sus relaciones más comentadas en

sus primeros años fue con el actor y

torero Guillermo Capetillo, con quien

salió a principios de los años 90. Lo

que muchos no sabían es que Lucero lo

admiraba mucho antes de conocerlo.

En un emotivo video en su canal de

YouTube titulado Lo que no sabías de mi

pasado, Lucero reveló que su

enamoramiento por Capetillo comenzó

desde los 9 años. Cuando lo veía en la

icónica telenovela, los ricos también

lloran. Lo veía en la tele y decía, “Él

es mi novio. Es el hombre más guapo del

mundo.” Recordó con una sonrisa.

Años después, el destino los reunió en

el set de la película Quisiera ser

hombre, 1988,

donde no solo compartieron escenas, sino

que iniciaron un romance en la vida

real. Después de trabajar juntos fuimos

novios. Lo recuerdo muy bien”, contó

Lucero a sus seguidores. Cuando lo veía

seguía pensando, “Es el hombre más guapo

del mundo. Su relación, aunque intensa y

muy seguida por el público, solo duró 8

meses según TV y novelas.

Sin embargo, la conexión entre ellos

nunca desapareció por completo. Lucero y

Guillermo volvieron a encontrarse años

más tarde en la exitosa telenovela

Mañana Es para siempre, 2008, donde

Lucero interpretó a la manipuladora

madrastra del personaje de Capetillo,

marcando un reencuentro dramático en

pantalla que encantó a sus fanáticos de

toda la vida.

Victoria Rufo recuerda su romance de

telenovela con Guillermo Capetillo.

Aunque no era un típico BTBT Throwback

Thursday, Victoria Rufo se dejó llevar

por la nostalgia un miércoles por la

tarde al compartir una foto muy especial

de uno de sus primeros y más icónicos

papeles en telenovelas.

La imagen en blanco y negro publicada en

su cuenta de Instagram mostraba a una

joven Victoria Rufo junto a su

coprotagonista Guillermo Capetillo en

una escena de la fiera. Vestidos de

novios y sonriendo dulcemente el uno al

otro, la foto capturaba la química

innegable que alguna vez iluminó

millones de pantallas.

La fiera. Guillermo Capetillo está

guapísimo.

Amigo de toda la vida escribió Victoria

en el pie de foto, acompañando el

mensaje con varios emojis de corazón

para expresar su cariño.

Los fans se emocionaron con la

publicación sorpresa, comentando sobre

el encanto atemporal de la pareja y

recordando con cariño la producción de

Televisa de 1983.

La fiera, producida por el legendario

Valentín Pimstein, marcó el debut de

Victoria Rufo como protagonista.

Se transmitió del 26 de diciembre de

1983

al 9 de noviembre de 1984

y rápidamente se convirtió en un éxito.

En la telenovela, Victoria interpretaba

a Natalia, apodada La fiera, en su

barrio humilde. una joven de carácter

fuerte que se enamora de Víctor Alfonso,

interpretado por Capetillo, un hombre de

familia acomodada. La historia seguía su

apasionado romance y los múltiples

obstáculos que enfrentaban,

especialmente por parte de los padres de

él que desaprobaban la relación. Al

final, el amor triunfaba sellando la

historia y a la pareja en el corazón de

los televidentes para siempre.

¿Qué hace Guillermo Capetillo en 2025?

Una nueva vida lejos de la fama. En

2025, Guillermo Capetillo tiene 67 años

y lleva una vida completamente alejada

de las cámaras y del glamour, que alguna

vez lo definieron.

El exgalán de telenovelas, conocido por

sus papeles en producciones como Rosa

Salvaje, se ha retirado por completo de

la actuación y ha adoptado un estilo de

vida más tranquilo y enfocado en los

negocios y la realización personal.

Ahora, totalmente fuera del ojo público,

Capetillo ha encontrado un nuevo

propósito en el mundo de los bienes

raíces. Tras más de tres décadas en la

industria del entretenimiento, manejó

sus ganancias con inteligencia,

ahorrando e invirtiendo en lugar de

gastar de manera ostentosa.

Esa previsión financiera le ha permitido

hacer una cómoda transición hacia su

segunda vida.

En una entrevista sincera para el

programa matutino Sale el Sol, Guillermo

habló sobre la vida que ha construido

desde que dejó atrás el mundo del

espectáculo.

No me interesa volver a actuar, dijo en

la misma entrevista. Esa etapa de mi

vida fue hermosa, pero ya terminó. Ahora

encuentro alegría en las cosas

sencillas, en la naturaleza, en el

trabajo en el que creo y en planear el

futuro que aún quiero construir.

Lejos del reflector que antes seguía

cada uno de sus pasos, Guillermo ha

forjado una vida con propósito, una que

refleja no solo quién fue alguna vez,

sino también quién siempre esperó llegar

a ser. M.