Es un milagro de Dios que pueda contar el testimonio de lo vivido esa noche.

Lo que estás a punto de escuchar no es una historia más, es un testimonio escalofriante y revelador.

Misael, el pianista de Ruby Pérez, estuvo a centímetros de la muerte.

Sintió el peso de una advertencia que Dios le dio tres veces antes de la tragedia.

La primera señal ocurrió un martes, cuando una mujer profeta le dijo que había que orar por él, pues sentía una catástrofe.

Esa mujer no sabía nada de su vida, pero lo advirtió.

La segunda advertencia fue un sábado, cuando un pastor habló de “días oscuros” y “muchas muertes”.

La tercera fue el día de la tragedia.

Después de un evento espiritual, el pastor oró por él intensamente.

Misael sintió que esa oración era su última advertencia.

Ese lunes, sintió que algo no andaba bien.

Cuando llegó a la discoteca Jetset, todo se sentía raro, como si algo estuviera a punto de suceder.

La estructura del techo empezó a mostrar señales de peligro, pero nadie reaccionó.

Cuando Misael se movió del lugar donde caería el techo, fue lo que le salvó la vida.

El techo se desplomó mientras Ruby Pérez cantaba.

Misael quedó atrapado, pero logró salir de entre los escombros.

Cuando llegó afuera, pensó que había vencido a la muerte, pero aún le esperaba otro infierno.

Luchó contra el caos y el polvo, y se preguntaba por Ruby.

Finalmente, encontró a Sulinka, la hija de Ruby, quien le dijo que su padre estaba adentro.

La culpa y el dolor la invadieron, pero su instinto de supervivencia la hizo huir.

Misael, por su parte, sintió el peso de haber sobrevivido mientras otros no lo hicieron.

Este testimonio es un llamado a despertar y reflexionar sobre la vida, las señales, y la muerte.

Todo lo que ocurrió esa noche estaba escrito, las señales fueron claras, pero el destino de cada uno fue diferente.