Sandra Barneda para en seco a Kiko Jiménez y estalla la pelea entre Laura Cuevas y su marido en Supervivientes 2025

Supervivientes 2025 está alcanzando nuevas cotas de tensión y espectáculo, y el último programa ha sido, sin duda, uno de los más explosivos de la edición.

El momento que más ha dado de qué hablar ha sido el enfrentamiento entre Laura Cuevas y su marido, en un cruce de gritos, acusaciones y lágrimas que terminó por dividir por completo al público.

Pero no fue lo único.

Kiko Jiménez también protagonizó una escena que ha levantado ampollas: Sandra Barneda lo mandó callar en pleno directo, dejando en evidencia su actitud prepotente y fuera de lugar.

Todo comenzó con lo que muchos ya califican como la “bronca del año”.

Laura Cuevas y su marido, lejos de reencontrarse con afecto, iniciaron un enfrentamiento que ocupó buena parte del programa.

Las voces, los reproches y las lágrimas llenaron la pantalla en lo que muchos consideran un montaje descarado.

El público, dividido, no sabe si se trató de una escena auténtica o un teatro mal ensayado para ganar minutos de cámara.

Lo cierto es que, según algunos colaboradores, ya existía una estrategia premeditada para crear contenido que asegurara la permanencia de ambos en el reality.

El marido de Laura ya había aparecido en un programa previo donde se filtraron audios comprometedores en los que admitía estar preparando un montaje con su pareja para entrar a Supervivientes y cobrar un sueldo como concursante.

En el plató, Laura hablaba de empoderamiento y de haber aprendido en la isla a vivir su vida, pero las declaraciones se vieron opacadas por los gritos y las escenas forzadas que terminaron en una discusión donde incluso se mencionaron horarios de trabajo, infidelidades insinuadas y, sorprendentemente, detalles sobre la hija de la pareja, lo que desató una fuerte crítica entre los espectadores.

Muchos consideran vergonzoso que se haya expuesto a una menor en este contexto, en medio de un montaje familiar televisado.

A esto se sumó el regreso de Kiko Jiménez, que intenta recuperar protagonismo tras el escándalo con Gloria Camila.

Su presencia fue una constante molestia durante el debate, interrumpiendo, opinando de forma altanera y creyéndose por encima de todos.

Sandra Barneda, visiblemente cansada, le pidió que se callara, marcando un límite claro en un programa que ya se salía de control.

Los espectadores aplaudieron el gesto de la presentadora, que ha tenido que lidiar con varios momentos tensos en esta edición.

Mientras tanto, otros concursantes siguen sorprendiendo para bien.

Pelayo Díaz, que llegó al programa con muchas dudas por parte del público, ha demostrado estar entregado a la experiencia.

Participa en las pruebas, tiene buen desempeño y su actitud ha sido más constructiva que la de muchos veteranos de la televisión.

Su conflicto con Carmen Alcaide también ha dado juego, aunque hay quienes piensan que ella está intentando provocar fricciones para ganar pantalla.

Makoke, por su parte, ha superado sus problemas físicos y vuelve a estar activa en las pruebas, aunque para muchos sigue siendo una de las concursantes más aburridas.

También ha generado indignación la falta de atención médica a Almacor, quien sufrió un accidente en una prueba y no recibió el trato que otros compañeros han tenido en situaciones similares.

Sandra Barneda ni siquiera le preguntó por su estado, algo que fue muy comentado entre la audiencia, que se siente ignorada cuando casos así quedan sin explicación.

En este panorama tan polarizado, Montoya emerge como uno de los favoritos, aunque también se le acusa de sobreactuar en algunos momentos.

Gala fue la última expulsada, y su salida pasó prácticamente desapercibida.

Lo más incómodo fue cuando insinuó un triángulo amoroso con Montoya y Anita, algo que ni siquiera llegó a desarrollarse.

En cuanto a Laura Cuevas, la polémica no la abandona.

Su pasado vinculado a la familia Pantoja vuelve a salir a la luz constantemente.

Aunque ella insiste en que ya no habla de Isabel Pantoja, en varios momentos del programa ha hecho referencias indirectas a Kiko Rivera, a Cantora y a viejas rencillas familiares.

Incluso hubo un momento en el que se la acusó de montar su propio relato para llamar la atención, algo que para muchos la descalifica como concursante.

Su marido, que también participó en la discusión en directo, la acusó de vivir de la televisión y de montar dramas que no tienen ningún sentido.

La conversación fue tan absurda que muchos espectadores pensaron que estaban viendo una mala parodia de reencuentros pasados como el de Rosa Benito y Amador Mohedano.

Supervivientes 2025 está apostando claramente por el espectáculo, aunque para lograrlo esté sacrificando autenticidad.

Los montajes, las estrategias evidentes, los pactos con colaboradores como Kiko Jiménez y la necesidad constante de generar conflicto para mantener la atención están empezando a desgastar al público más exigente.

Pese a todo, el programa sigue liderando la conversación en redes sociales y no deja indiferente a nadie.

Entre broncas, expulsiones, accidentes y romances forzados, la edición de este año parece haber apostado todo a la polémica.

Y mientras algunos concursantes luchan por sobrevivir, otros siguen buscando su momento de gloria a cualquier precio.