🚨 Una presentadora de Cuatro llama “simio” al ministro Óscar Puente y desata un escándalo de odio sin precedentes 🧯💣

Óscar Puente es mi ministro | Vozpópuli

Todo comenzó como otro día cualquiera en la programación habitual de Cuatro.

El programa “En boca de todos” intentaba una vez más disfrazar de debate lo que no es más que propaganda ideológica bañada en ruido y desinformación.

El tema era un supuesto sabotaje a las líneas ferroviarias, un asunto que ya había captado la atención mediática por la magnitud del robo de cobre.

Pero la atención pronto se desvió hacia una de las declaraciones más asquerosas escuchadas en televisión nacional en los últimos meses.

Bárbara Royo, colaboradora del programa y pareja del presentador Nacho Abat, soltó sin ningún tipo de filtro ni consecuencia lo siguiente: “Cuando al mando de los ministerios se pone a verdaderos simios, pues

al final tenemos un país bananero”.

El “simio” al que se refería no era un personaje anónimo.

Era Óscar Puente, actual ministro de Transportes.

El insulto no fue producto del calentón del momento.

Fue una frase construida, lanzada con frialdad y con intención directa de humillar.

Y lo más grave es que nadie en plató reaccionó.

Quién es Óscar Puente, nuevo ministro de Transportes

Ni el presentador, ni los colaboradores, ni la cadena cortaron la emisión, pidieron disculpas o intentaron corregir.

La frase quedó ahí, flotando en el ambiente, normalizada como si llamar “simio” a un ministro fuera una crítica legítima y no una forma de discurso de odio completamente inaceptable.

Lo que pasó no es una anécdota.

Es la confirmación de que ciertos espacios televisivos están cruzando todas las líneas.

La televisión basura ya no se limita a gritar, ahora se permite deshumanizar abiertamente a representantes públicos.

¿Qué pasaría si alguien utilizara ese mismo lenguaje contra un político de derechas? ¿Cuánto tardarían en exigir despidos, disculpas públicas y cierres de programas? Pero en este caso, como el blanco es un

ministro del PSOE, parece que todo vale.

Este nivel de agresión política no surge de la nada.

Forma parte de un ecosistema mediático donde la derecha y la ultraderecha han instalado una maquinaria de opinión pública basada en el insulto, la mentira y el odio.

En la misma semana, vimos cómo Vito Quiles era desmontado por Mónica García por intentar culpar al Gobierno central por las muertes en las residencias durante la pandemia, cuando la única comunidad que

firmó protocolos excluyendo a los ancianos fue Madrid, bajo el mandato de Isabel Díaz Ayuso.

¿Y cuál fue la respuesta ante semejante humillación? Doblar la apuesta.

Subir el tono.

CETM felicita a Óscar Puente, nuevo ministro de Transportes

Pasar del bulo al insulto directo.

Porque cuando ya no quedan argumentos, queda la deshumanización.

Y mientras se normaliza llamar “simio” a un ministro en televisión, seguimos viendo cómo se protege a los especuladores inmobiliarios y se criminaliza a quienes ocupan casas vacías por necesidad.

Un ejemplo claro ocurrió en Carabanchel, donde un grupo de personas vivía en un centro social en proceso judicial y acabaron expulsadas tras un sospechoso incendio.

Las imágenes mostraban cómo trabajadores de una constructora perforaban los muros del edificio, desoyendo las normas de no tocar el inmueble mientras se resolvía su situación.

Cuando se les pregunta, uno de ellos afirma sin pudor: “Si fuera por mí, esto estaría caído con vosotros dentro”.

No solo se vulneran derechos fundamentales, se amenaza con matar.

Y nadie parece escandalizarse como debería.

Todo esto está conectado.

No es casualidad que los mismos que llaman “simios” a ministros progresistas sean los que defienden a los fondos de inversión que están comprando barrios enteros, encareciendo alquileres y expulsando a

familias trabajadoras.

No es casualidad que los mismos tertulianos que gritan contra la inmigración guarden silencio absoluto cuando se trata de los extranjeros ricos que compran cientos de viviendas para convertirlas en pisos

turísticos.

Oscar Puente: «Este Gobierno hará el tren de la Costa del Sol» | Diario Sur

Su odio no es hacia lo extranjero, es hacia lo pobre.

Aporofobia pura, como la definió Adela Cortina.

Rechazo a los vulnerables.

A los que no tienen voz.

A los que no pueden pagar un altavoz mediático.

El problema es que esa aporofobia está siendo legitimada en prime time.

Se está convirtiendo en entretenimiento.

Se está vendiendo como opinión.

Y eso es profundamente peligroso.

Porque normalizar el insulto, la desinformación y la violencia simbólica es el primer paso hacia una sociedad donde todo vale.

Donde el adversario ya no es alguien con quien debatir, sino alguien a quien destruir.

Óscar Puente podrá gustar más o menos.

Se le podrá criticar con dureza.

Pero reducirle a un insulto racista y colonial como “simio” no es política, es basura.

Es odio puro y duro.

Óscar Puente, ex alcalde de Valladolid, nuevo ministro de Transportes

Y que eso se diga en una televisión nacional sin consecuencias revela hasta qué punto se han perdido los principios mínimos del debate público.

Mientras tanto, los medios de siempre siguen ocupados en distraer.

Hablando de “inquilinos okupas” mientras ignoran los 70 desahucios diarios.

Repitiendo mentiras sobre asesorías del Gobierno mientras callan el saqueo legalizado de las eléctricas.

¿Sabías que el 40% de nuestros expresidentes y exministros han terminado en consejos de administración de empresas privadas, especialmente eléctricas? ¿Sabías que esas puertas giratorias no existen en países

como Alemania o Francia, donde están penadas legalmente? En España no solo están permitidas, están premiadas.

¿Y quién lo denuncia? Desde luego, no Ana Rosa, ni Susanna Griso, ni Nacho Abat.

Ellos están ahí para distraerte, no para informarte.

Frente a esa maquinaria, necesitamos medios críticos, necesitamos voces que digan lo que otros callan.

Porque mientras se ríen en televisión llamando “simio” a un ministro, hay una parte del país que aún cree en la dignidad, en el respeto y en el debate real.

Esa parte es mayoría, aunque no siempre haga tanto ruido.

Críticas al caos ferroviario y a la gestión de Óscar Puente, que permanece  en silencio: "No ha dicho nada acerca de sus funciones"

Y por eso, cuando un micrófono se usa para deshumanizar, hay que denunciarlo alto y claro.

Porque si no lo hacemos, pronto no quedará nada de lo que aún merece la pena defender.

Así están las cosas en la televisión española: insultos, bulos, amenazas y mucho odio.

¿Hasta cuándo vamos a tolerarlo? ¿Dónde está el límite? Tal vez, el día que lo llamen “simio” sea a ti.

Y entonces será demasiado tarde.