El escándalo de las pulseras telemáticas antimaltrato ha provocado una fuerte crisis interna en el PSOE, con feministas exigiendo la dimisión inmediata de Ana Redondo.

 

El Congreso reprueba a la ministra de Igualdad por los fallos en las  pulseras antimaltrato

 

El escándalo de las pulseras telemáticas antimaltrato ha estallado en el corazón del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), generando un clamor interno que exige la dimisión de la ministra de Igualdad, Ana Redondo.

Su gestión, calificada por numerosos dirigentes socialistas como “bochornosa y lamentable”, ha provocado que el sector feminista del partido se levante en armas, denunciando que su permanencia en el Gobierno es insostenible.

La presión es abrumadora; muchos temen una fuga irreversible del voto femenino hacia otras formaciones políticas.

Hasta hace poco, Ana Redondo contaba con el respaldo de Óscar Puente, su histórico valedor en Valladolid y figura clave en el entorno de Pedro Sánchez. Sin embargo, fuentes internas han confirmado que Puente ha decidido “dejarla caer”, y ahora su apoyo es casi inexistente.

En una reciente rueda de prensa, Pilar Alegría mostró un gesto que muchos consideran meramente protocolario, sin peso real en la defensa de la ministra.

La soledad de Redondo se ha hecho palpable en el Congreso, donde su reprobación parlamentaria ha sido recibida con un silencio ensordecedor por parte de sus colegas socialistas, quienes han evitado defender su gestión.

 

Dimisión: la única salida digna para Ana Redondo

 

Desde Nueva York, Pedro Sánchez ha intentado blindar a Redondo con declaraciones de apoyo, pero su defensa ha sonado tibia y poco convincente. “El sistema funciona mejor que antes”, ha insistido el presidente, aunque ha admitido fallos técnicos en la migración de datos.

Mientras tanto, los chats de las feministas socialistas arden de indignación. “¿Cómo puede minimizar el problema diciendo que solo afecta al 1% de los casos?”, se escucha en las conversaciones.

Para muchas militantes, esas palabras han cruzado una línea roja. “Es una vergüenza, un insulto a las mujeres maltratadas”, afirman con rabia.

El caso ha reabierto viejas heridas en el PSOE, ya tocado por la escarcelación de violadores debido a la ley del “solo sí es sí”, el escándalo del Tito Berni y la corrupción en los puntos violeta.

El sector feminista dentro del partido exige contundencia: “Que pida perdón y se vaya”, claman.

Sin embargo, desde Moncloa se insiste en que no habrá dimisión inmediata, una apuesta arriesgada que podría convertirse en un torpedo en la línea de flotación del autoproclamado “Gobierno feminista” de Pedro Sánchez.

La situación se ha vuelto insostenible. En un encuentro reciente, varias líderes feministas del PSOE se reunieron para discutir la crisis. “No podemos permitir que Ana Redondo siga en su puesto.

Su actitud es inaceptable”, afirmó una de ellas, visiblemente molesta. “¿Cómo se atreve a decir que ninguna mujer con pulsera ha sido asesinada? ¡Eso es un insulto!”, añadió otra. La indignación es palpable, y la presión sobre la ministra aumenta cada día.

 

Ana Rosa Quintana, en contra de Ana Redondo, ministra de Igualdad: "Lo que  pedimos es una pequeña dimisión"

 

Mientras tanto, las redes sociales se han convertido en un campo de batalla. Los hashtags exigiendo la dimisión de Redondo se han vuelto virales, y muchos usuarios no dudan en expresar su descontento. “Es hora de que el PSOE escuche a las mujeres.

No podemos seguir tolerando esta falta de sensibilidad”, se lee en un tweet que ha sido compartido miles de veces. La reacción del público refleja un descontento generalizado y una demanda de cambios inmediatos en la gestión de la igualdad.

El escándalo de las pulseras telemáticas ha dejado al descubierto no solo la fragilidad de la posición de Ana Redondo, sino también las divisiones internas dentro del PSOE.

Los líderes del partido se encuentran en una encrucijada: respaldar a una ministra cuya gestión ha sido criticada o arriesgarse a perder el apoyo del sector feminista, crucial para su base electoral.

“Si Pedro Sánchez no actúa pronto, podría enfrentarse a una crisis de liderazgo”, advierten algunos analistas políticos.

La situación se complica aún más con la cercanía de las elecciones. Los partidos de la oposición no han perdido tiempo en capitalizar el descontento.

“El PSOE está en crisis y su ministra de Igualdad es el símbolo de su fracaso”, declara un líder de la oposición en un mitin reciente.

La presión sobre el Gobierno aumenta, y la incertidumbre sobre el futuro de Ana Redondo se convierte en un tema candente en los medios de comunicación.

 

Ana Redondo: feminismo de mercadillo

 

En medio de este caos, la ministra ha intentado mantenerse firme. En una reciente entrevista, afirmó: “Estoy aquí para trabajar y mejorar el sistema. No voy a dejar que las críticas me desanimen”.

Sin embargo, sus palabras parecen caer en oídos sordos. La realidad es que la mayoría de sus colegas han optado por el silencio, lo que refuerza la percepción de que su tiempo en el cargo está llegando a su fin.

Las feministas socialistas han hecho un llamado a la unidad, instando a otras militantes a alzar sus voces. “No podemos permitir que esto se normalice. Necesitamos un cambio y lo necesitamos ya”, reiteran en sus reuniones.

La presión es cada vez más intensa, y la exigencia de una respuesta contundente por parte del Gobierno se siente en cada rincón del partido.

El futuro de Ana Redondo pende de un hilo. Las voces de protesta se multiplican, y la sensación de que su permanencia en el cargo es insostenible se convierte en un eco constante en el PSOE.

Mientras tanto, la sociedad observa con atención, esperando ver cómo se desarrolla esta crisis que podría redefinir el rumbo del partido y su compromiso con la igualdad.

La pregunta que todos se hacen es: ¿tomará Pedro Sánchez la decisión correcta, o dejará que la situación se descontrole aún más?

 

Ana Rosa Quintana exige responsabilidades a la ministra Ana Redondo:  "Dimitir no es complejo, lo complejo es dejar a miles de mujeres  desprotegidas"