El icónico actor de Hollywood, uno de los más queridos de la industria del cine, ha confesado algunos detalles sobre su vida y lo que le gustaría que pasara en su primer encuentro con Dios

Harrison Ford tiene 83 años, una carrera legendaria y una serenidad que solo los grandes consiguen conservar después de décadas bajo los focos.

Pero ahora, lejos de cualquier rodaje o alfombra roja, el icónico actor de *Star Wars*, *Indiana Jones* o *Blade Runner*, ha abierto su corazón con una frase tan desconcertante como entrañable:

*“Me gustaría que cuando llegase a las Puertas del Paraíso Dios me dijera que soy mucho más guapo en persona”*.

La revelación, que ha causado revuelo en redes sociales, fue parte de una entrevista en la mítica serie *Inside the Actors Studio* con James Lipton en el año 2000, pero sus palabras han resurgido y resuenan hoy con una fuerza inesperada.

Ford participaba en una dinámica conocida como “el cuestionario de Bernard Pivot”, que proponía a los invitados responder una serie de preguntas breves y personales.

El actor respondió con su estilo inconfundible: sobrio, directo y con ese toque irónico que siempre lo ha caracterizado.

Dijo que su palabra favorita es *perfecto*, la que más odia es *no*, que lo que más lo emociona es *volar*, lo que más le amarga es *la mezquindad*, que si no fuera actor sería *diseñador* y que jamás podría pasar ocho horas en una oficina.

Y entonces llegó la gran pregunta: *“Si el cielo existiera, ¿qué le gustaría que le dijera Dios al llegar?”*.

Su respuesta fue inmediata: *“Eres mucho más guapo en persona”*. El público estalló en risas, pero también en una ovación de respeto. Ford, una vez más, había dicho una gran verdad sin necesidad de tomarse demasiado en serio.

En el contexto actual, esta frase resuena con una profundidad inesperada. Porque Harrison Ford, más allá del humor, ha reflexionado seriamente sobre la muerte, el legado y la espiritualidad.

En una entrevista con *The Hollywood Reporter*, habló abiertamente sobre su educación religiosa y su concepto de Dios:

*“Hay un teólogo protestante llamado Paul Tillich que escribió que si tienes problemas con la palabra ‘Dios’, tomes lo que más significativo para tu vida y lo llames así.

Mi madre era judía, mi padre era católico y fui criado como demócrata. No tenía ninguna concepción religiosa, pero creo que la naturaleza y Dios son la misma cosa”*.

En sus palabras se refleja un pensamiento filosófico profundo que parece haber ido madurando con los años, alejado de dogmas pero muy conectado con la espiritualidad.

Formado en Filosofía antes de dedicarse plenamente al cine, Ford ha construido su visión del mundo a través de las experiencias, el contacto con la naturaleza y el compromiso con el arte.

Durante años ha pilotado su propia avioneta, ha participado en labores de rescate reales en zonas rurales de Estados Unidos y ha sido activista por el medioambiente.

Esa conexión con lo natural también influye en su forma de entender el misterio de la vida: *“La complejidad, la biodiversidad, las relaciones simbióticas… todo eso que algunos llaman Dios, yo lo veo en la naturaleza”*, expresó en esa misma entrevista.

Pero Harrison Ford no solo ha hablado sobre Dios. También ha sido tajante al analizar la evolución de la industria del cine y su lugar en ella.

En una conversación con *GQ*, fue consultado sobre la llamada “muerte de las estrellas de cine”, en referencia a cómo el sistema de plataformas y redes sociales ha fragmentado la fama y ha complicado que un actor se vuelva icónico como él.

Su respuesta, de nuevo, fue firme: *“Creo que es una tontería. Cada día surgen actores maravillosos. Si las películas necesitan estrellas, las encontrarán.

Nunca he entendido lo que es ser una estrella de cine. Soy actor. Cuento historias. Formo parte de un grupo que trabaja junto para narrarlas. Soy un asistente del narrador. Eso es lo que soy”*.

Estas declaraciones cobran aún más peso al mirar su trayectoria. Desde su debut en los años 70, Ford ha interpretado a algunos de los personajes más memorables del cine.

Ha sido Han Solo en la saga *Star Wars*, el arqueólogo más famoso del cine en *Indiana Jones*, Rick Deckard en *Blade Runner* o incluso el presidente de Estados Unidos en *Air Force One*.

En sus últimos papeles, ha regresado al universo de Marvel, participando como Thaddeus Ross en *Captain America: Brave New World*, papel que lo ha introducido en una nueva generación de películas de superhéroes.

A pesar de su fama y de los millones recaudados en taquilla, Ford siempre ha mostrado una humildad sorprendente. En sus entrevistas rara vez habla de sí mismo como leyenda, y no ha tenido miedo de mostrarse humano, con sus dudas y sus límites.

Incluso su matrimonio con la actriz Calista Flockhart, con quien se casó en 2010 tras varios años de relación, ha sido uno de los más discretos y estables de Hollywood.

Lo que Harrison Ford desea que Dios le diga al final de su vida no es una frase espiritual, ni una absolución celestial. Es una broma, sí, pero también una declaración de principios.

Porque detrás de ese comentario irónico se esconde una vida dedicada al arte, a contar historias y a permanecer fiel a sí mismo, sin necesidad de parecer más de lo que es.

Y quizás, justo por eso, sí que es *mucho más guapo en persona*.