La influencer revela que la falta de comunicación sobre los ingresos ocultos de Kiko influyó en la ruptura y aclara que su única prioridad son sus hijas.

Irene Rosales, la influencer y esposa del popular cantante Kiko Rivera, ha decidido romper su silencio tras la confirmación de su separación.

En una reciente entrevista, Irene dejó claro que no hay posibilidad de reconciliación entre ellos, a pesar de los rumores que han circulado en los medios.

La situación ha sido compleja y dolorosa para la pareja, especialmente por las especulaciones sobre la supuesta intervención de terceras personas en su decisión de separarse.

En un tono firme, Irene desmintió las afirmaciones que la relacionan con su entrenador personal, enfatizando que estos rumores son completamente falsos. “Que dejen de involucrar a terceras personas que no tienen nada que ver, y ya está”, declaró con determinación.

Esta declaración se produce en un contexto en el que muchos se preguntan si la ruptura fue amistosa o si hubo conflictos más profundos en su relación.

La influencer también se refirió a las declaraciones de Albert Novo, uno de los mejores amigos de Kiko, quien insinuó en el programa TardeAR que podría haber una posibilidad de reconciliación.

“No hay ni habrá una segunda oportunidad en nuestro matrimonio”, afirmó Irene, dejando claro que su decisión es definitiva.

A pesar de que Kiko visitó el domicilio familiar para ver a sus hijas, Ana y Carlota, Irene insistió en que su relación será “totalmente normal” y que están comprometidos a hacer lo mejor por sus hijas.

Uno de los puntos más delicados que Irene abordó fue la falta de comunicación sobre los ingresos ocultos de Kiko, que, según ella, también influyó en su decisión de separarse.

“Todo lo que se están inventando, por Dios, que no, esto es un matrimonio que se ha terminado y ya está”, reiteró, poniendo fin a las especulaciones sobre el estado de su relación.

En cuanto a la relación de Kiko con su madre, Isabel Pantoja, Irene se mostró evasiva.

“Yo no tengo nada que decir ni hablar nada. Es un matrimonio que se ha separado, es algo de él y mío, y fin”, declaró, dejando entrever que la situación es complicada y que cada uno debe lidiar con sus propios sentimientos y decisiones.

Mientras Irene atendía a la prensa frente a su casa, Kiko estaba dentro con sus hijas, lo que subraya la complejidad de su situación familiar.

La separación, aunque cordial, ha sido un proceso difícil para ambos, y la atención mediática no ha hecho más que intensificar las presiones sobre ellos.

La influencer también se tomó un momento para agradecer a sus seguidores por el apoyo recibido durante este tiempo difícil.

“Vamos a hacer lo mejor posible por nuestras hijas, ¿vale?”, concluyó, reafirmando su compromiso como madre y su deseo de mantener la estabilidad familiar a pesar de la separación.

A medida que la noticia de su ruptura se difunde, muchos se preguntan qué será lo siguiente para Irene y Kiko.

Con un futuro incierto por delante, ambos parecen decididos a seguir adelante de la mejor manera posible, centrándose en sus responsabilidades como padres y dejando atrás el pasado.

La situación de Irene Rosales y Kiko Rivera ha capturado la atención del público no solo por su condición de figuras públicas, sino también por la naturaleza emocional de su separación.

Con cada declaración, la pareja sigue enfrentando los retos de ser noticia, mientras intentan proteger a sus hijas de la vorágine mediática que rodea su vida personal.

Irene ha demostrado ser una mujer fuerte y decidida, dispuesta a enfrentar los rumores y las especulaciones con claridad y honestidad. Su mensaje es claro: no habrá reconciliación, y aunque la separación es difícil, su prioridad son sus hijas y su bienestar emocional.

La historia de Irene y Kiko continúa desarrollándose, y el público estará atento a cada nuevo capítulo que se presente en esta saga familiar.