La pareja daba la bienvenida al mundo a Miquel esta semana, su segundo hijo en común, queriendo ahora refugiarse en familia en este destino tan exclusivo

La semana del 7 de agosto de 2025 quedará marcada como un momento muy especial para Rafa Nadal y su esposa Mery Perelló, quienes dieron la bienvenida a su segundo hijo, Miquel, en la clínica Quirónsalud Palmaplanas de Palma, la misma donde nació su primogénito, Rafael.

Esta nueva llegada a la familia ha estado cargada de emotividad y simbolismo, ya que el nombre elegido es un homenaje a Miquel, el padre de Mery, que falleció en abril de 2023 tras una larga enfermedad.

Desde el momento del nacimiento, numerosos familiares y amigos cercanos se han acercado a la clínica para compartir la alegría con la pareja, que ahora se prepara para un tiempo de tranquilidad y recuperación en su refugio familiar.

Rafa Nadal, uno de los deportistas más emblemáticos de España y del mundo, anunció oficialmente su retirada del tenis a finales de 2024 tras una carrera repleta de éxitos que lo posicionaron como uno de los mejores en la historia de este deporte.

“En esta vida todo tiene un principio y un final. Creo que es el momento adecuado para poner punto y final a lo que ha sido una carrera larga, y mucho más exitosa de lo que jamás pudiera imaginar”,

expresó el tenista en un mensaje público que conmocionó a aficionados y colegas.

Desde entonces, su vida ha girado en torno a su familia, su esposa Mery —a quien cariñosamente llaman Xisca— y su hijo mayor, en su residencia habitual en Mallorca.

Pero ahora, tras el nacimiento de Miquel, la pareja ha decidido refugiarse en un lugar que representa paz, privacidad y lujo, alejados del bullicio de la fama: su villa en el exclusivo complejo residencial Bahía Príncipe, ubicado en Playa Nueva Romana, República Dominicana.

Esta propiedad, adquirida por Nadal en 2012 y valorada en aproximadamente 2 millones de dólares, nunca había sido mostrada al público.

Se trata de una vivienda de estilo moderno distribuida en dos plantas con tres dormitorios, cocina totalmente equipada, comedor con ventanales que enmarcan el paisaje tropical y una espaciosa sala de estar con chimenea.

La joya de esta residencia es sin duda su piscina privada, un espacio que Rafa ha convertido en su santuario personal durante más de una década, un rincón donde desconecta y recarga energías.

Además, el complejo ofrece servicios de primer nivel que complementan esta experiencia de lujo, tales como campo de golf, puerto deportivo, spa, club de playa, gimnasio, marina privada y vigilancia 24 horas.

Lo que más atrae al tenista, sin embargo, es su propio club de tenis dentro de la comunidad, un detalle que refleja su pasión por el deporte y su deseo de mantenerse conectado con él, aunque ya no compita profesionalmente.

El Bahía Príncipe es también un destino elegido por otras celebridades internacionales como Marc Anthony, Romeo Santos, Beyoncé o Will Smith, lo que resalta la creciente popularidad de la zona como refugio para figuras públicas que buscan privacidad y exclusividad.

Para Rafa y Mery, este lugar será el escenario donde comenzarán una nueva etapa dedicada a su familia y a los proyectos personales y empresariales que el extenista planea desarrollar.

En una entrevista años atrás, Nadal expresó su deseo de formar una familia: “A mí me encantaría tener hijos. Soy una persona a la que le encantan los niños, soy muy familiar y, evidentemente, sí que me gustaría formar una familia cuando mi vida deportiva se termine.”

Hoy, ese sueño es una realidad palpable con dos hijos que llenan de alegría su hogar.

Ahora retirado, Rafa se está volcando en su academia de tenis en Manacor, donde busca formar a las futuras generaciones, y en su fundación, que trabaja en el desarrollo de jóvenes vulnerables tanto en España como en India.

Además, ha ampliado su faceta empresarial con inversiones en hostelería a través de la cadena de restaurantes Tatel, así como en el sector inmobiliario, gestionando un patrimonio estimado en más de 310 millones de euros.

Este cambio de rumbo marca un capítulo diferente en la vida de Nadal, quien siempre ha sido reconocido por su disciplina y pasión dentro y fuera de la cancha.

Su nueva residencia en República Dominicana simboliza no solo un refugio para él y su familia, sino también un espacio desde donde planea construir su futuro alejado de la competición, enfocado en el bienestar personal, familiar y sus nuevas responsabilidades como empresario y filántropo.

Así, mientras Rafa Nadal disfruta de los primeros días con su recién nacido y se adapta a la vida familiar con dos hijos,

su hogar en Playa Nueva Romana se convierte en el símbolo de su retiro dorado, un oasis caribeño que promete ser el escenario ideal para los momentos más íntimos y privados de esta nueva etapa.

Con el apoyo de Mery Perelló y la tranquilidad de este paraíso, el tenista afronta un futuro lleno de proyectos que reflejan sus valores y su compromiso con el legado que quiere dejar dentro y fuera del deporte.

La llegada de Miquel no solo ha sido motivo de celebración, sino también de reflexión para Rafa y Mery, quienes ahora apuestan por la serenidad y el disfrute de la vida familiar,

alejados de los focos, en un entorno que respeta su privacidad y les brinda todo lo que necesitan para crecer juntos en esta nueva aventura.