😢 Anabel Pantoja ROTA por el INSOMNIO durante su embarazo: “¡Me pongo a llorar, no puedo más!” 😔

Anabel Pantoja lo ha contado todo, sin filtros, sin maquillaje y con la naturalidad que la caracteriza.

En un momento en el que se esperaba verla radiante, emocionada por la llegada de su primer hijo, la influencer ha confesado que no todo es color de rosa.

A pesar de estar feliz por cumplir el sueño de convertirse en madre junto a su pareja David Rodríguez, Anabel está atravesando días (y noches) que se le hacen eternos.

¿El motivo? Un insomnio implacable que ha destrozado su ritmo de vida y su estabilidad emocional.

Desde hace semanas, y cada vez con mayor intensidad, la colaboradora ha empezado a experimentar problemas de sueño que han hecho saltar todas las alarmas.

Aunque su embarazo está siendo, en lo físico, bastante llevadero —sin náuseas, sin grandes molestias y hasta con una alimentación ejemplar—, hay un factor que lo está oscureciendo todo: la falta total de

descanso.

“Duermo una hora y media, y a las dos de la mañana ya tengo los ojos como platos”, ha relatado entre lágrimas.

Lo que más duele de su testimonio no son las horas sin dormir, sino el impacto emocional que esto le está generando.

“Me vuelvo loca, me pongo hasta a llorar”, confiesa con la voz rota.

Según cuenta, ha intentado soluciones naturales como la melatonina, pero nada funciona.

Incluso ha hablado con su médico, quien le explicó que es un problema común en el embarazo, pero que no puede recetarle nada fuerte debido a su condición.

Y ese detalle no es menor: hace unos años, la propia Anabel admitió haber tenido cierta dependencia de medicamentos para dormir.

Un fantasma que ahora regresa en el peor momento posible.

“No tengo ni barriga aún, y ya estoy así”, dice con desesperación.

Entre el reflujo, las visitas constantes al baño y los nervios acumulados, la influencer describe noches interminables en las que se encuentra dando vueltas en la cama, mirando al techo y repitiendo como un

mantra: “Quiero dormir, quiero dormir”.

Y lo más grave es cómo esto afecta su día a día.

“Me cambia todo, estoy de mala leche”, reconoce con total sinceridad, dejando ver el lado más humano y frágil de esta etapa que, para muchos, es idílica solo desde fuera.

Pero Anabel no está sola.

En medio de esta tormenta emocional, David Rodríguez, su pareja, se ha convertido en su gran apoyo.

Presente en cada paso de esta difícil etapa, David está acompañándola en silencio, con paciencia y mucho amor, tratando de sostenerla cuando las fuerzas le fallan.

Aunque ella misma ha dejado entrever que se siente vulnerable y agotada, también ha agradecido tenerlo cerca en este camino que, aunque deseado, no deja de tener momentos duros.

La influencer también ha confesado que no esperaba que esta parte del embarazo fuera tan complicada.

“Yo pensaba que esto llegaba más adelante, cuando ya no puedes ni moverte por la barriga, pero me está pasando ahora”, ha dicho.

Y es que, aunque muchas veces se romantiza esta etapa, la realidad es que cada embarazo es diferente, y lo que para una mujer puede ser una fase tranquila, para otra puede convertirse en un reto emocional y

físico de proporciones gigantescas.

En redes sociales, sus seguidores han reaccionado con una ola de apoyo.

Decenas de mensajes de madres que han pasado por lo mismo, mujeres que reconocen verse reflejadas en sus palabras y fans que simplemente le desean fuerza y ánimo.

Porque cuando una figura pública se atreve a mostrar su fragilidad, se vuelve más humana.

Y Anabel, con su sinceridad descarnada, ha logrado que muchas otras mujeres no se sientan solas.

Por ahora, su mayor deseo es poder descansar.

Aunque su cuerpo todavía no está cargado por la barriga, su mente ya está exhausta.

La falta de sueño ha comenzado a cobrarle factura, pero Anabel no se rinde.

Sabe que este momento pasará, que su bebé llegará en noviembre, y que todo este esfuerzo tendrá recompensa.

Pero hasta entonces, sus noches seguirán siendo una batalla silenciosa contra un insomnio que no da tregua.

En medio de la tormenta, Anabel se muestra real, vulnerable y cercana.

Y quizás por eso, su testimonio ha calado tan hondo.

Porque no todas las maternidades son perfectas, y no todas las futuras madres duermen plácidamente mientras esperan a su hijo.

Algunas, como ella, simplemente luchan por llegar a la mañana siguiente con los ojos abiertos y el corazón en pie.

Y eso también merece ser contado.