⚠️ ¡Cae la gran MENTIRA! Peritos confirman que Mazón MINTIÓ sobre su llegada al Cecopi y usó una FOTO FALSA 🧨

La crisis política de Carlos Mazón no deja de crecer.

Lo que al principio parecía una simple inconsistencia horaria ahora se ha transformado en una auténtica bomba informativa con consecuencias imprevisibles.

Todo gira en torno a una imagen: una foto que, según el propio Mazón, prueba que llegó al Cecopi —el centro de coordinación de emergencias— a las 20:28 durante la trágica DANA que dejó más de 200 muertos en la Comunidad Valenciana.

Pero esa imagen, ahora lo sabemos, es falsa.

El escándalo estalló cuando El Salto Diario encargó un análisis pericial forense de la foto.

El veredicto del experto, Luis Duque, no deja lugar a dudas: “técnicamente, esta imagen digital es falsa”.

Y no es un cualquiera.

Duque es profesor en criminalística forense, presidente de la Asociación Pericial Europea, y exmiembro de la policía científica de los Mossos d’Esquadra con casi tres décadas de experiencia.

Su análisis no solo desmonta la coartada de Mazón, sino que lo deja expuesto como alguien dispuesto a falsificar pruebas para salvar su imagen pública.

La gravedad del caso es extrema.

Si Mazón no estuvo en el Cecopi en el momento más crítico, y además miente sobre ello usando una foto manipulada, está cometiendo una doble traición: a la ciudadanía que le confió la gestión de una tragedia y a la verdad, en su forma más básica.

Pero lo más indignante no es solo el uso de la imagen falsa, sino la inconsistencia en su relato.

Un día decía que se incorporó “a partir de las 7”, y al siguiente afirmaba tajantemente haber llegado “a las 20:28”.

¿Cuál es la verdad?

La oposición no ha tardado en reaccionar, pero esta vez el ruido no viene solo desde fuera del PP.

Medios tradicionalmente afines como ABC ya titulan sin rodeos: “Mazón debe irse ya”.

Incluso sectores empresariales empiezan a alejarse de él, percibiéndolo como una carga tóxica.

La presión en las calles, con manifestaciones multitudinarias, está haciendo mella.

La ciudadanía no olvida que mientras el agua arrasaba hogares y vidas, el presidente autonómico brillaba por su ausencia.

Y que cuando apareció, lo hizo con pruebas manipuladas.

Pero Mazón no es el único que intenta cubrir sus huellas.

Los medios cómplices también están bajo el foco.

Programas como el de Ana Rosa Quintana han difundido audios recortados de la AEMET, omitieron partes cruciales donde se advertía con claridad que “a partir de las 15:00 comenzaría lo peor”.

No es solo ocultamiento: es manipulación deliberada para proteger a un político cuya gestión fue, como mínimo, negligente.

Y es que la cronología no deja espacio para la duda.

La Generalitat había solicitado ayuda al ejército desde cinco horas antes de la supuesta llegada de Mazón.

En ese tiempo, él ni siquiera pisó el centro de coordinación.

La población se ahogaba, los servicios de emergencia pedían refuerzos, y Mazón, según los rumores, estaba “de pingoneo”, como muchos ya apuntan.

Lo más escalofriante: todo esto está siendo encubierto mientras se prepara la jugosa “reconstrucción” de Valencia, una oportunidad dorada para que los mismos que fallaron en la emergencia se llenen los bolsillos con fondos públicos.

Como bien ha señalado Javier Aroca, esto no se trata solo de incompetencia, sino de codicia institucionalizada.

La reconstrucción será un festín millonario para quienes manejan lo público como si fuera un cajero automático.

Y si a eso le sumamos rebajas fiscales para los más ricos y una gestión caótica, la ecuación solo puede dar como resultado el saqueo.

La pregunta ahora es: ¿qué más tiene que pasar para que Carlos Mazón dimita? ¿Cuántas pruebas más hacen falta? ¿Cuántos informes periciales, cuántos muertos, cuántas mentiras? Porque no estamos hablando de un desliz político.

Estamos hablando de un posible delito de falsedad documental, de una cadena de irresponsabilidades que acabaron con vidas humanas.

Y lo más aterrador: Mazón no solo no dimite, sino que pretende liderar la reconstrucción.

La manipulación de la foto es la gota que colma el vaso.

Este escándalo huele a querella, a juicio, y si la justicia funciona, a inhabilitación.

Mientras tanto, medios como El Salto y algunos periodistas valientes siguen haciendo el trabajo que otros han abandonado: informar con pruebas y desenmascarar al poder.

La situación de Carlos Mazón es insostenible.

Su credibilidad está por los suelos, su liderazgo cuestionado incluso por los suyos, y la ciudadanía ya no se traga sus excusas.

El peritaje forense no es una simple anécdota técnica: es la prueba que demuestra que la mentira ha llegado demasiado lejos.

Y ahora, lo único que queda por ver es si el sistema político español tiene la valentía de actuar o si, una vez más, mirará para otro lado.

Porque lo que está en juego no es solo el futuro de un político, sino la dignidad de todo un país.