🚨 CINTORA LO CLAVA: la bomba judicial que sacude a Ayuso y pone al PP contra las cuerdas 📉

Jesús Cintora señala una clave definitiva en el caso del novio de Ayuso  desde 'Malas Lenguas' en TVE

Lo que parecía un asunto más de tribunales se ha convertido en uno de los escándalos más graves que ha salpicado al entorno de Isabel Díaz Ayuso.

Su pareja sentimental, Alberto González Amador, está en el centro de un fraude fiscal documentado, confesado por escrito y ahora inexplicablemente negado.

La contradicción es tan grotesca que ha provocado risas incluso en platós serios como el de Malas Lenguas, donde Jesús Cintora ha desgranado la historia como un cirujano con bisturí mediático.

La revelación estalló en directo: el abogado de González Amador había reconocido por escrito dos delitos fiscales ante la Fiscalía.

Hasta ahí, todo claro.

Pero la bomba vino después.

Su cliente dice ahora que no lo autorizó.

Lo supo por la radio.

No lo denunció.

Y, por si fuera poco, sigue confiando en el mismo abogado.

Jesús Cintora tiene que poner los puntos sobre las íes a una colaboradora  por compararle con Ayuso

El absurdo ha alcanzado niveles de comedia negra y nadie en el entorno político de Ayuso parece tener respuestas.

La mesa de tertulia liderada por Cintora, con la presencia de Fernando Garea, Jesús Maraña y Ernesto Ekaizer, no tardó en desmontar esta farsa jurídica.

Como recordó Garea, ningún abogado se juega su carrera firmando una confesión sin autorización expresa de su cliente.

Legalmente es impensable.

Profesionalmente, un suicidio.

Entonces, ¿qué está pasando?

La respuesta es simple: se está construyendo un relato falso.

Uno que intenta tapar el hecho evidente de que hubo fraude fiscal.

Y que ahora, ante la presión mediática y judicial, solo puede sostenerse atacando a los jueces y ensuciando el proceso.

Jesús Cintora se planta con Ignacio Aguado por no responder a lo que le  pregunta de Ayuso en TVE

Se ha activado la maquinaria habitual: distraer, desacreditar, manipular.

Como en los casos Kitchen, Gürtel o Bárcenas.

La fórmula se repite: cuando la justicia señala al poder conservador, el poder responde con propaganda.

Pero en esta ocasión, el relato se cae solo.

Los hechos son demasiado sólidos.

Hay correos, hay documentos, hay una confesión firmada.

No hay lugar a interpretaciones.

Por eso el caso ha pasado de ser un problema personal a convertirse en un agujero institucional.

La reacción del PP ha sido de manual: silencio absoluto.

Nadie exige explicaciones.

Jesús Cintora tiene que poner los puntos sobre las íes a una colaboradora  por compararle con Ayuso

Nadie toma distancia.

Nadie quiere hablar de la pareja de Ayuso.

Pero ese silencio ya no protege.

Ese silencio grita.

Jesús Cintora lo expuso con claridad demoledora: cuando la defensa se contradice, cuando las versiones cambian, cuando los hechos se niegan sin argumentos, lo que queda es la verdad.

Y la verdad, en este caso, pesa como una losa: hay un fraude de 350.

000 euros y una cadena de mentiras para evitar consecuencias políticas.

El punto más inquietante es el ataque a la jueza instructora.

Se la acusa de tener pasado político, de no ser imparcial.

Pero se ignora que fue directora general hace más de una década, un cargo técnico, y que no hay ninguna prueba de parcialidad.

Es una táctica ruin y repetida: no hay defensa real, solo desgaste institucional.

Jesús Cintora no tiene reparos en verbalizar lo que hay detrás de lo  sucedido con Ayuso ante Ana Rosa

El objetivo no es limpiar el nombre del acusado, sino ensuciar el proceso.

Una estrategia tan peligrosa como conocida: sembrar desconfianza para protegerse del juicio social.

Durante el debate, Cintora volvió a brillar con una pregunta tan obvia como letal: ¿quién puede creer que un abogado inventó una confesión sin permiso? Nadie respondió.

Porque no hay respuesta posible.

Solo desvíos, silencio y nerviosismo.

Y mientras el PP sigue mirando hacia otro lado, el periodismo comprometido hace su trabajo.

RTVE, a través de Malas Lenguas, demuestra que el servicio público aún puede ejercer de fiscalizador.

No es cuestión de ideología.

Es cuestión de integridad.

De preguntar lo que nadie quiere responder.

Jesús Cintora sentencia así de implacable la incendiaria frase de Ayuso  contra el Orgullo

De hacer visible lo que otros tratan de ocultar.

Lo que ha hecho Cintora no es solo periodismo.

Es resistencia democrática.

Es levantar la voz cuando todo el sistema te invita a callar.

Es preguntar por qué Ayuso no se ha pronunciado.

Es exigir explicaciones cuando la lógica jurídica ha sido insultada.

Es recordarle al poder que hay líneas que no se pueden cruzar.

Y lo más preocupante es que ni siquiera se trata ya del fraude.

Se trata de cómo se intenta evitar el castigo.

Cómo se usa la propaganda para maquillar un delito.

Cómo se prepara el terreno para desacreditar una sentencia antes de que exista.

Malas lenguas', el programa de Cintora en TVE, desmonta los bulos de Ayuso  sobre “los pisitos de su novio”

Porque si esta operación tiene éxito, ningún juez podrá instruir sin ser señalado, ningún fiscal podrá actuar sin ser acusado, ningún periodista podrá informar sin ser atacado.

Y eso, en una democracia, es una amenaza.

No para Ayuso.

Para todos.

Porque cuando la justicia se convierte en objetivo, la impunidad se convierte en norma.

Y cuando los hechos molestan, los poderosos atacan al mensajero.

Por eso es vital defender el periodismo incómodo.

El que no se calla.

El que no teme.

Jesús Cintora ha demostrado que aún hay espacio para ese periodismo.

Para el que cuestiona, para el que señala, para el que desarma mentiras con datos.

Y ese periodismo, en tiempos de confusión, no solo es necesario.

Malas lenguas - Programa 6

Es vital.

La gran pregunta que queda en el aire es: ¿cuánto tiempo más podrá Ayuso guardar silencio? ¿Cuánto tiempo más resistirá el PP sin romper filas? Porque el caso ya no es el del novio de Ayuso.

El caso ya es Ayuso.

Y el tiempo se les acaba.

¿Tú también crees que la verdad no necesita excusas? ¿Que la justicia no debe ceder al ruido? Entonces no lo dudes: sigue, comparte y defiende el periodismo que no tiene miedo.

Porque sin verdad, no hay democracia.

Y sin periodistas valientes, no hay verdad.