🤯 De jugar al fútbol a altar con la cuñada de Fran Rivera: la doble vida de Mateo Íbañez que estremece a Sevilla 🕊️🔥

En pleno verano andaluz, mientras las redes sociales se inundaban de imágenes de vacaciones, bodas y exclusivas discretas, una historia comenzaba a emerger con fuerza silenciosa.

El nombre: Mateo Íbañez.

El rol: esposo de Sibi Montes, cuñada de Fran Rivera.

Pero detrás de ese título tan medido por la prensa del corazón se esconde un perfil que ha dejado a muchos en shock.

No es solo un abogado cualquiera.

Mateo ha vivido más vidas de las que parece y su historia parece sacada de un guion cuidadosamente construido.

Natural de Sevilla, donde nació hace unos treinta años, Mateo creció entre campos de fútbol y libros de derecho.

Su trayectoria deportiva arrancó en el Club Atlético Central, fundado nada menos que por Jaime Soto, hijo del cantante José Manuel Soto, y Alberto Herrera, el vástago de Carlos Herrera y Mariló Montero.

No era un equipo cualquiera: era el punto de encuentro de jóvenes promesas con apellidos conocidos.

Y fue precisamente en ese club donde se cruzaron los caminos de Mateo y Sibi en 2021.

Ella, psicóloga y coach deportiva del equipo, llegó para trabajar con los jugadores en dinámicas emocionales y rendimiento mental.

Él, jugador carismático del club, encontró en Sibi algo más que asesoramiento emocional.

El flechazo fue inmediato.

Mientras los entrenamientos seguían, la conexión crecía.

El roce profesional dio paso al personal y la complicidad se convirtió en algo innegable.

Tras una relación discreta pero firme, Mateo e Íbañez se dieron el “sí, quiero” el 21 de junio del año pasado en una ceremonia que muchos aún recuerdan por su elegancia y discreción.

El lugar elegido fue El Puerto de Santa María, Cádiz.

La misa tuvo lugar en la parroquia de San Francisco y la celebración, en el exclusivo club El Buzo, dentro del Real Club de Golf Vista Hermosa.

Todo fue orquestado al detalle.

De hecho, según confesó recientemente Sibi, Mateo ya tenía la fecha y el lugar reservados antes de pedirle matrimonio.

Lo tenía todo claro.

La boda no fue un evento más: fue un símbolo de la consolidación de un amor nacido en silencio, pero con determinación.

Pero Mateo no es solo un chico encantador con pasado deportivo.

Es licenciado en Derecho y Administración de Empresas por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y completó un máster de acceso a la abogacía en la Universidad Nebrija de Madrid.

A finales de 2020, se trasladó a la capital para trabajar como auditor junior en Gong, una de las grandes firmas internacionales de consultoría y auditoría, perteneciente a las llamadas “Big F”.

Su perfil profesional lo aleja de la típica figura de acompañante de celebrity.

Tiene carrera, formación y, sobre todo, discreción.

Mucha.

Pero hay más.

Lo que pocos saben es que Mateo también ha sido voluntario en Manila, Filipinas, donde colaboró con labores humanitarias dentro de un grupo católico.

Esta faceta espiritual y solidaria ha marcado su vida y, según allegados, es una de las razones por las que Sibi Montes se enamoró perdidamente de él.

Porque Mateo no solo tiene un gran currículum, sino un alma que ha preferido servir que brillar.

Al menos, hasta ahora.

La pareja está a punto de dar la bienvenida a su primer hijo, cuyo sexo y nombre siguen siendo un misterio.

La discreción ha sido una constante durante todo el embarazo.

Sibi, pese a pertenecer a un clan mediático, ha optado por mantenerse al margen de los focos, dejando solo pequeños destellos en sus apariciones públicas.

La prensa ha especulado que el parto se realizará en la Clínica Quirón de Sevilla, el mismo centro donde ella estuvo ingresada en abril por una infección y donde nació su sobrino Nicolás, hijo de Lourdes Montes y

Fran Rivera.

Para los más atentos a la crónica social, esta no es la primera boda de Sibi Montes.

En 2017 contrajo matrimonio con Álvaro Sanchiz, una unión que apenas duró 15 meses.

Tras esa ruptura, mantuvo una relación con el torero José Raúl García, que tampoco prosperó.

Mateo llegó después.

Llegó sin estridencias.

Y llegó para quedarse.

Lo que sorprende es cómo una historia tan completa ha permanecido fuera del radar mediático.

Quizá por la protección férrea que mantiene el entorno de los Rivera.

O tal vez porque Mateo ha sabido caminar con sigilo entre el amor, el deporte y la religión sin dar un paso en falso.

Pero ahora, con un bebé en camino, los focos comienzan a girar hacia él.

No porque lo busque, sino porque la historia ya no puede ocultarse.

Con un matrimonio celebrado a su medida, una carrera sólida y un perfil humano que descoloca a la crónica rosa, Mateo Íbañez se ha convertido en una figura a seguir.

Su historia, que combina fútbol, fe, derecho, voluntariado y amor, tiene todos los ingredientes de una narrativa imparable.

Y aunque él no lo haya pedido, el apellido Íbañez comienza a sonar cada vez con más fuerza entre las páginas de sociedad.

Mientras Sibi Montes se prepara para una nueva etapa como madre, Mateo permanece a su lado como lo ha estado desde aquel primer entrenamiento.

Discreto, sereno y comprometido.

No necesita titulares.

Pero ya los tiene.

Porque en un mundo donde las apariencias lo son todo, su historia destaca por lo contrario: autenticidad.

Y así, entre campos de fútbol, auditorías internacionales y promesas hechas en una parroquia gaditana, el sevillano Mateo Íbañez escribe su propia página en la historia de una de las familias más observadas de

España.

Y lo hace con una sonrisa silenciosa… pero cada vez más imposible de ignorar.