💥 El día que Julio Anguita dejó en ridículo a Eduardo Inda en directo: ¡zasca tras zasca sin piedad!

El discurso de Julio Anguita en 2013 en 'La Sexta Noche' que se ha  viralizado en las últimas horas: "Yo como en mi casa y ceno en mi casa” |  Público

El periodista Eduardo Inda ha construido parte de su carrera mediática alrededor de la polémica, los titulares rimbombantes y los ataques sistemáticos a la izquierda política española, especialmente a figuras

como Pablo Iglesias o formaciones como Podemos.

Uno de sus recursos favoritos ha sido el eterno comodín de ETA, ese que usa para intentar vincular ideologías progresistas con el terrorismo y sembrar miedo.

Pero hubo un día, uno muy concreto, en que esa estrategia le salió estrepitosamente mal.

Y el responsable de ese momento histórico no fue otro que Julio Anguita.

Julio Anguita, excoordinador general de Izquierda Unida y referente moral para muchos dentro y fuera de su partido, se enfrentó en un plató de televisión a los intentos de Inda por desacreditarlo a él y a sus

supuestos “discípulos políticos”.

Desde el primer segundo, Inda fue directo al ataque: cuestionó las simpatías de Anguita hacia Pablo Iglesias y le acusó de apoyar, indirectamente, discursos que relativizaban el terrorismo de ETA.

“¿Qué le parece que Pablo Iglesias, que se declara discípulo suyo, elogie o relativice el terrorismo?”, lanzó el periodista.

Pero Anguita no titubeó.

Ni se alteró.

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Con su voz serena y su precisión quirúrgica, respondió: “ETA es un problema político, lo que pasa es que usó instrumentos basados en el terror.

Pero el objetivo político es legítimo”.

Esa frase, lejos de justificar la violencia, fue una separación clara entre los fines y los medios.

Algo que Inda no parecía dispuesto a aceptar.

Insistente, Inda siguió intentando arrinconar al veterano político, sacando frases de contexto, citando a Monedero, lanzando nombres, repitiendo términos como “proetarra” y hablando de mítines supuestamente

vinculados a la banda.

Pero Anguita, una vez más, lo frenó con un razonamiento inapelable: “Yo participaría en un mitin para hablar de la problemática del País Vasco, por supuesto.

Pero jamás lo haría con quien defiende la vía armada o el terrorismo.

Lo he condenado siempre”.

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En ese momento, quedó claro que lo que pretendía Inda no era debatir ni esclarecer, sino forzar a Anguita a asumir una etiqueta falsa para poder lanzarla en titulares.

Y Anguita, con la templanza de quien ya lo ha visto todo en política, fue desmantelando uno a uno los argumentos del periodista, mostrando que hablar de conflictos políticos no es sinónimo de justificar el crimen,

y que comprender no significa excusar.

Lo más impactante fue ver cómo el tono de Inda fue bajando progresivamente.

Acostumbrado a cortar y gritar, esta vez se encontró con alguien que no entraba al trapo, pero que lo desarmaba palabra a palabra.

Una lección de pedagogía política que lo dejó sin respuestas.

Y cuando intentó recurrir al argumento más desesperado —“¿usted participaría en un mitin con quienes apoyaban económicamente a ETA?”— Anguita volvió a desactivar la bomba con una sola frase: “No

participaría con quien defiende la violencia.

Pero si se habla de Euskadi, claro que participaría.

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Porque ahí hay un problema político, lo ha habido siempre”.

Este cara a cara dejó varias cosas claras.

Primero, que Julio Anguita tenía una capacidad extraordinaria para enfrentar ataques personales con argumentos racionales.

Segundo, que no todos los periodistas están a la altura del oficio cuando dejan de buscar la verdad para centrarse en fabricar enemigos.

Y tercero, que el comodín de ETA, cuando se usa sin fundamento, se convierte en un arma que puede volverse en contra de quien la esgrime.

Lo que Inda intentó fue lo que ha intentado muchas veces con otras figuras de la izquierda: mezclar discursos, frases sacadas de contexto y nombres para construir una narrativa falsa.

Pero esta vez el tiro le salió por la culata.

Porque Anguita no solo respondió a cada acusación con hechos, sino que también expuso la falacia de fondo: “No hagamos un reparto de buenos y malos.

Ni todo el que habla de Euskadi es terrorista, ni todo el que se sienta con otros a dialogar está legitimando la violencia”.

Julio Anguita, historic leader of the United Left, dies. - YouTube

La entrevista se viralizó rápidamente.

Y no por lo que dijo Inda, sino por la contundencia con la que fue desmontado.

Muchos lo recordarán como el día en que Julio Anguita le dio una lección pública a uno de los periodistas más polémicos del país.

Una clase de ética, historia y lógica que, incluso años después de su fallecimiento, sigue viva en la memoria colectiva.

Porque si algo dejó claro aquel encuentro, es que cuando alguien se enfrenta al ruido con razones, al odio con firmeza y a la manipulación con verdad, no solo gana el debate… gana la dignidad.