🔥 El fichaje de Nico Williams con el Barça SE CAYÓ de forma brutal: el Athletic usó una jugada maestra y lo blindó por 10 años 😬

Lo de Nico Williams y el FC Barcelona iba tan avanzado que ya había reuniones, preacuerdos verbales e incluso una estrategia de fichaje ajustada al puzle financiero del club catalán.

Pero de repente, mientras los culés dormían soñando con extremos explosivos, el Athletic Club ejecutó un plan frío, calculado y letal.

Nico se queda en Bilbao y el Barça se queda con las manos vacías.

¿Qué ocurrió detrás del telón? Todo empezó a cocinarse mucho antes de lo que imaginamos.

El 13 de junio, Nico Williams se reunió en un hotel céntrico de Barcelona con Deco, director deportivo culé.

Allí se pactaron condiciones salariales, se habló de proyecto deportivo, y Nico dio el “sí” verbal.

Todo parecía encaminado, pero había un detalle clave: la inscripción del jugador dependía de que el Barça cuadrara cuentas con LaLiga.

En ese vacío, en ese pequeño margen de duda, el Athletic vio la oportunidad de asestar un golpe épico.

El presidente del Athletic, Jon Uriarte, junto con su director general, viajó a Madrid y activó la ofensiva.

Pero no para hablar con Nico.

No. Fueron directamente a la Real Federación Española de Fútbol para mover sus fichas en los despachos y dejar claro su mensaje: el Barcelona, con su fragilidad financiera, no debía inscribir al jugador sin

garantías.

Este movimiento, que Laporta calificó como “incomprensible”, fue mucho más que un gesto institucional.

Fue una trampa perfecta: ganar tiempo y presionar a su rival desde los flancos menos esperados.

Mientras tanto, en Bilbao la tensión crecía.

Algunos aficionados, creyendo que Nico ya estaba perdido, vandalizaron su retrato en las instalaciones del club.

Pero esa misma noche, todo cambió.

El Athletic se lanzó a una negociación sin precedentes.

Pusieron sobre la mesa un contrato de 10 años —sí, una década— con cifras históricas en el club.

No era solo dinero: era una promesa de legado, de liderazgo, de convertir a Nico en el emblema del equipo durante una generación entera.

Y, por si fuera poco, se le ofreció una cláusula de salida si en algún momento quisiera partir… con condiciones.

El Barcelona, sorprendido por la velocidad y contundencia de la contraofensiva, no reaccionó a tiempo.

Rechazaron incluir en el acuerdo una cláusula que liberara a Nico en caso de no ser inscrito.

Esa negativa fue la gota final.

Mientras en Barcelona seguían cuadrando números, en Bilbao ya estaban grabando el video de la renovación.

De forma improvisada, de madrugada, Nico estampó su firma, escribió con rotulador “WIN 2035” sobre su retrato vandalizado y declaró: “Me quedo con los míos”.

Un golpe mediático y emocional devastador para el Barça.

Pero esto no fue un movimiento aislado.

Fue una jugada cocinada a fuego lento durante semanas.

El Athletic nunca se resignó a perder a su estrella.

Prepararon una oferta económica brutal, diseñaron una campaña de imagen para calmar a la afición y activaron sus contactos institucionales para frenar la operación culé.

Nico, viendo la inseguridad del Barça y sintiéndose más valorado que nunca en su casa, cambió de opinión.

Y lo hizo en silencio, sin filtraciones, sin show… hasta el zarpazo final.

Uno de los detalles más sorprendentes fue la petición personal del propio Nico: informar primero a Lamine Yamal antes de que la noticia saliera en los medios.

Una muestra del respeto que tenía por el Barça y, especialmente, por sus jugadores.

Pero también una forma elegante de cerrar un capítulo que nunca se escribió.

Ahora el Barça se enfrenta a un problema mayúsculo.

Xavi y Deco habían apostado todo por Nico.

Era el fichaje clave para el nuevo proyecto.

Ahora, con las manos vacías, tienen que reaccionar rápido.

Los nombres que han empezado a sonar no son menores: Luis Díaz, Marcus Rashford y Rafael Leão.

Todos con características similares, todos con un coste elevado, y todos con la incógnita de si estarán dispuestos a firmar con un club que ha perdido peso negociador tras este revés.

La operación Nico ha dejado claro que, en el fútbol moderno, no gana quien primero convence… sino quien tiene más capacidad de ejecutar rápido y con precisión.

El Athletic le ganó al Barça en su propio juego: planificación, ambición y capacidad institucional.

Y lo hizo mientras el club catalán aún discutía cifras en sus despachos.

Este fichaje frustrado será recordado como uno de los mayores “casi” en la historia reciente del Barcelona.

Un caso paradigmático de cómo un club puede tenerlo todo… y perderlo todo en una sola noche.

Y mientras Nico sonríe en San Mamés, Laporta deberá dar muchas explicaciones.

Porque esta vez, el plan A no solo falló: fue aniquilado.

El mercado sigue, y el Barça deberá reaccionar.

Pero la herida ya está abierta.

Y mientras se buscan nuevos nombres, la pregunta seguirá flotando en el aire: ¿cómo diablos dejaron escapar a Nico Williams?