El fuego no miente: la secuencia de errores que Óscar Puente ha desenterrado 💣🌲

Puente acusa al PP de desmantelar servicios y reafirma sus tuits sobre los  incendios: "No voy a dar un paso atrás"

Todo empezó como una simple publicación en redes sociales.

Óscar Puente, sin aspavientos ni declaraciones incendiarias, publicó una serie de titulares encadenados como piezas de dominó.

Pero lo que parecía una recopilación inocente se convirtió, en cuestión de minutos, en un terremoto político.

Cada titular era una bala directa, una confesión indirecta, una pieza clave de un rompecabezas en el que el fuego no era el único protagonista.

El ministro apuntó con precisión: “La secuencia en solo 10 Twitch.

A cada cual peor”.

Y tenía razón.

La primera ficha cayó con una frase que muchos no olvidarán: “Mantener el operativo de incendios todo el año es absurdo y un despilfarro”.

Lo dijo Juan Carlos Suárez Quiñones, consejero de Medio Ambiente de Castilla y León.

No fue un lapsus.

Fue el punto de partida de una cadena de decisiones políticas que hoy arden junto con las hectáreas calcinadas.

Lo que siguió fue una cascada de titulares que desnudan una gestión que algunos preferirían mantener oculta: vetos sistemáticos a propuestas de prevención, rechazo a reconocer a los bomberos forestales como

empleados públicos protegidos, y negativa a entregar ayudas directas a los afectados de los incendios más devastadores en años.

Mientras tanto, Castilla y León arde.

Óscar Puente comparecerá el viernes en el Senado a petición del PP por las  incidencias en los trenes

26 incendios activos.

Diez en gravedad 2.

El resto en nivel 1.

Todo mientras los líderes autonómicos aseguran que “el operativo es suficiente”.

Pero las imágenes, los datos y, sobre todo, las muertes y las pérdidas naturales cuentan otra historia.

Porque mientras Mañueco declaraba que “aunque hubiera el triple de medios, no se apagarían”, los bomberos en tierra luchaban con las uñas, sin recursos, sin apoyo, y sin reconocimiento real.

El mensaje es claro: se les dejó solos.

No solo durante el incendio, sino todo el año.

La lógica del mercado se impuso a la lógica de la prevención.

Las empresas privadas ganaron terreno mientras los trabajadores esenciales eran infravalorados, explotados y relegados a contratos temporales, cuando no eran directamente ignorados.

Y cuando todo explota, literalmente, la respuesta institucional es que “el problema no es de operativos ni de medios”.

Una frase que, en boca de Mañueco, suena más a burla que a gestión.

Pero la secuencia sigue.

Más titulares, más contradicciones.

El PP exige el cese de Óscar Puente por sus ataques a Mañueco entre  incendios

Desde negar la necesidad de refuerzo en el operativo hasta afirmar que “todo ha estado controlado desde el principio”.

¿Controlado? Que se lo digan a las familias que han perdido su tierra, sus casas, su vida.

¿Controlado? Cuando el propio Mañueco reconoce que el operativo está al límite.

¿Entonces en qué quedamos?

Y si todo esto no fuera suficiente, se suma otro titular que cayó como una bomba: “4 horas después seguimos esperando los medios del ejército”.

La realidad: la UME ya estaba desplegada.

Pero el discurso público se tergiversa para esconder la falta de previsión autonómica.

Porque, como recuerda Puente, las competencias de prevención y primera actuación son autonómicas.

¿Quién mejor que los gobiernos regionales para conocer su territorio? Pero cuando llega la tragedia, todos corren a señalar al gobierno central.

Un clásico.

Y cuando crees que ya lo has escuchado todo, llega el remate: el PP, que durante años cuestionó la existencia misma de la UME, ahora exige su presencia urgente.

Y Ayuso entra en escena, con sus discursos simplistas, culpando a la “agenda 2030” y a Pedro Sánchez de todo lo que arde.

Mientras tanto, los bomberos forestales de Madrid, cobrando 1300 euros al mes, levantan su huelga por responsabilidad, no por justicia.

Porque nadie los ha escuchado.

Ni la Comunidad de Madrid ni el gobierno central.

Nadie.

Puente defiende sus mensajes sobre los incendios y acusa al PP de  irresponsabilidad

Y aun así, van al frente del fuego.

Lo más grotesco llega con la explicación final del incendio de Aliseda, en Cáceres.

No fue causado por ecologistas, ni por negligencia.

Fue intencionado.

Por intereses económicos relacionados con la caza.

No lo dijo un militante de izquierdas.

Lo dijo Vicente Aliseda, consejero del Partido Popular.

Es decir, el propio PP reconoce que hay mafias de fuego.

Gente dispuesta a quemar miles de hectáreas por dinero.

Y sin embargo, seguimos hablando de la “agenda 2030”.

El círculo se cierra.

Y lo que empezó como una serie de titulares se transforma en una crónica de negligencia política, de manipulación discursiva y de una indiferencia institucional que se siente como sal en la herida.

No hay nada más revelador que la hemeroteca.

Y esta vez, no hizo falta que Óscar Puente gritara.

Bastó con dejar que los propios titulares hablaran.

Y lo que dijeron…fue devastador.