💥“‘¿Dónde están tus méritos?’: El Repaso Que DESTRUYÓ a Noelia Núñez en Pleno Debate”🧨🎙️

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Noelia Núñez era una estrella emergente del PP, una de esas figuras mediáticas que prometen renovar el discurso, romper con el pasado…y al final terminan encarnando lo peor de la vieja política.

Durante años, vendió la imagen de una joven brillante, con formación múltiple, que hacía gala de su amor por el liberalismo más radical mientras defendía que “el Estado debe desaparecer”.

Lo decía, eso sí, desde un escaño pagado por el Estado, con un sueldo superior a los 80.000 euros anuales.

Pero todo ese castillo de naipes comenzó a tambalearse cuando, en un programa en directo, se le preguntó sobre sus estudios.

Entre balbuceos y cifras incoherentes, confesó que aún le quedaban “85 créditos” para terminar Derecho.

Eso sería asumible si no fuera porque una década antes, en otra entrevista, aseguraba que solo le faltaba el TFG y que ya había empezado otra carrera más.

¿Cómo es posible que retroceda en los estudios en vez de avanzar? Simple: mintió.

Y se notó.

Fabián Pérez y su equipo hicieron lo que muchos periodistas han dejado de hacer: comprobar los datos.

El resultado fue un destape de proporciones épicas.

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Lo que decía que había estudiado no coincidía con los créditos que tenía.

Lo que decía que había trabajado no aparecía en el Portal de Transparencia.

Lo que decía que representaba…era pura fachada.

Pero lo más vergonzoso aún estaba por llegar.

En un momento tenso, Ana Iris Simón le lanzó una pregunta demoledora: “Si eres tan liberal, defensora de la meritocracia, enemiga del Estado…

¿cuáles son tus méritos para estar en el Congreso? ¿Dónde están tus empleos en la empresa privada? ¿Tus logros académicos?”.

Noelia tartamudeó.

Habló de talleres, de servicios auxiliares, de clases sueltas de inglés.

Nada que justifique una década de sueldo público.

Luis Sumariva 🏳️‍🌈🇪🇺🔻 (@luissumariva) / X

Y cuando Simón replicó que según los registros públicos ni siquiera constaban esos trabajos, Noelia ya no sabía dónde mirar.

El colmo fue descubrir que, mientras predicaba el fin del Estado y el poder absoluto del mercado, pasó diez años viviendo precisamente de ese Estado que tanto detesta.

Una anarcocapitalista cobrando del Congreso, defendiendo recortes mientras llenaba sus bolsillos.

El oxímoron se hizo carne.

¿Y qué hizo Noelia tras el tsunami de contradicciones y mentiras? Presentó su dimisión de todos sus cargos.

Abandonó su escaño, su puesto como portavoz en Fuenlabrada y su responsabilidad dentro del PP.

Pero no pasó ni una semana antes de que fuera fichada por televisión como tertuliana, en una jugada digna del cinismo político más obsceno.

Así como Mediaset convirtió a Cristina Cifuentes en colaboradora tras su escándalo del máster falso, Noelia Núñez pasó de política caída en desgracia a tertuliana con micrófono en mano.

En España, la mentira y la mediocridad no solo no se castigan: se premian.

Mientras tanto, figuras como Diego Cañamero, con cero títulos académicos pero una vida entera de trabajo en el campo, honestidad a prueba de balas y un compromiso real con la clase trabajadora, son relegadas

al olvido o al desprecio elitista.

De Ceuta a Granada. 💔🇵🇸 (@flordelanoche72) / X

Él mismo lo decía: “Este es mi máster.

Y no he tenido que falsificar ninguno”.

En este país, si no vienes de la élite, si no eres “presentable” según los estándares de las tertulias de derechas, da igual cuánto sepas o cuántos años lleves luchando por tus derechos.

La bandera amarilla con la serpiente que colgaba en el despacho de Noelia, símbolo del anarcocapitalismo importado de EE.UU., terminó siendo una metáfora perfecta de lo que es su trayectoria: apariencia por

encima de contenido, ideología copiada sin contexto, y un desprecio por el Estado… que solo termina cuando llega el ingreso a fin de mes.

Y lo más inquietante de todo es cómo, tras ser desenmascarada, su carrera no termina, sino que reinicia en otro plató, en otro decorado, donde los focos no alumbran la verdad, sino el espectáculo.

Porque en España, la mentira, si es lo suficientemente descarada y bien vestida, te da trabajo.

¿Y la meritocracia? Bien, gracias.

¿Y el liberalismo? Cuando conviene.

Noelia Núñez valora el resultado electoral - YouTube

¿Y los principios? Se los lleva el viento, junto con el discurso reciclado de quienes solo saben repetir eslóganes mientras llenan sus bolsillos a costa de todos.

La caída de Noelia Núñez no es solo el fin de una mentira personal.

Es el retrato de una clase política construida sobre fachadas, oportunismo y servilismo al poder mediático y económico.

Y lo peor de todo: no es un caso aislado.

Es el sistema.

Y sigue funcionando a la perfección.