💥🔥 “¡Que me mato!” La caída en vivo de Sonsoles Ónega que paralizó a todo el plató y encendió las redes

La caída de Sonsoles Ónega en el programa “Y ahora Sonsoles” no solo fue un susto en directo: fue un momento televisivo que capturó la atención de millones y destapó una polémica que va mucho más allá de un

simple tropezón.

Todo ocurrió el lunes 24 de febrero, cuando la presentadora realizaba su habitual entrada al plató.

Con paso firme y tacones altos, Sonsoles no imaginaba que un escalón traicionero estaba a punto de cambiar el rumbo de la emisión.

Sin previo aviso, se tropezó y cayó de rodillas al suelo ante la mirada atónita del equipo, los colaboradores y el público presente.

“¡Que me mato!”, exclamó entre carcajadas nerviosas, mientras Antonio Naranjo, Carlos Kilez y hasta un espectador de primera fila corrían a socorrerla.

Sonsoles intentó quitarle hierro al asunto, repitiendo entre risas “estoy bien, estoy bien”, pero el ambiente se llenó de tensión contenida.

Aún más chocante fue la confesión de la presentadora: ni siquiera sabía si estaban en directo en ese momento.

El desconcierto fue tal que por un instante pensó que debía decir “¡corten!”.

Pero lo que parecía un accidente aislado, en realidad no lo era.

Según sus propios compañeros, este no fue el primer incidente.

Cruz Morcillo comentó que el plató está lleno de obstáculos peligrosos, desde plataformas elevadas hasta escalones escondidos, y Paloma García Pelayo se sumó al relato revelando que ella también ha sufrido

caídas en ese decorado.

“Este plató es peligroso, cada día hay que saltar obstáculos”, afirmó sin rodeos.

Y por si fuera poco, Sonsoles reconoció que al día siguiente volvió a caerse, esta vez en la calle, al pisar los bajos de su pantalón, dejándose lesionada de la pierna derecha.

El público no tardó en reaccionar.

En X (antes Twitter), miles de usuarios compartieron el vídeo de la caída, viralizándolo con mensajes de apoyo, preocupación y también muchas críticas.

“Se ríe por no llorar”, escribió un internauta, mientras otro comentaba “esta es de las mías, se cae, se ríe y sigue adelante”.

Sin embargo, no todo fueron mensajes positivos.

Muchos espectadores acusaron a la producción del programa de anteponer el espectáculo a la seguridad de sus trabajadores.

La pregunta que se repite en todas partes es clara: ¿vale la pena arriesgar la integridad física de una presentadora por un plató bonito pero inseguro?

Incluso María del Monte intervino en tono de humor tras el accidente.

Se acercó al lugar de la caída y, entre bromas, fingió “castigar” al escalón causante del desastre.

Luego le ofreció agua a Sonsoles, afirmando que siempre que pasa algo grave, alguien aparece con un vaso de agua en la mano.

Una escena casi absurda que mezcló nerviosismo con comicidad y que reflejó a la perfección la tensión vivida.

Tras el programa, Sonsoles contó que su madre la llamó preocupada, como cualquier madre lo haría.

“Me ha llamado mi madre… A ver si te enteras”, comentó, dejando ver que incluso en los momentos más complicados, la familia siempre está pendiente.

Pero el detalle que no ha pasado desapercibido es que esta no es la primera vez que algo así sucede en ese plató.

Las caídas son cada vez más frecuentes y la falta de cambios en el diseño del decorado ha provocado una ola de indignación silenciosa entre los trabajadores del programa y los fans.

Aunque la presentadora retomó el programa con su profesionalismo habitual, y muchos la aplauden por su capacidad para reírse de sí misma y continuar sin perder el control, el debate sobre los peligros de los

platós modernos está más vivo que nunca.

Las plataformas diseñadas para hacer el programa más dinámico podrían estar poniendo en riesgo a todo el equipo.

Y aunque el accidente terminó en susto, el siguiente podría no tener la misma suerte.

Por ahora, Sonsoles Ónega sigue al frente del programa, con una sonrisa en la cara y probablemente más atenta que nunca a dónde pisa.

Pero la pregunta queda flotando en el aire: ¿harán algo los productores o seguirán esperando a que ocurra una tragedia para tomar medidas? En televisión, el espectáculo siempre debe continuar… pero ¿a qué

precio?