“Mi Hijo Soñaba con Ser Actor Desde los 5 Años”: Marga Martínez Rompe el Silencio y Apoya a Pedro Romero en su Atrevido Debut Cinematográfico

Desde que Pedro Romero era apenas un niño, su familia ya intuía que su camino estaría ligado al mundo del arte.

Marga Martínez, actriz consolidada y figura clave de la exitosa serie La Promesa, recuerda con emoción los primeros indicios de esa vocación imparable.

“Veía una película o un dibujo animado que le gustaba, y lo primero que hacía era ir al armario, disfrazarse, y pasarse días enteros actuando como ese personaje”, relata entre risas en una reciente entrevista.

No eran juegos inocentes.

Pedro se transformaba, vivía los personajes con una intensidad que desbordaba cualquier imaginación infantil.

“No jugaba a ser el personaje, era el personaje”, añade Marga con un brillo especial en los ojos.

El entorno familiar, a pesar de estar directamente relacionado con la actuación, decidió tomar una postura protectora.

Pedro no entró al mundo profesional desde pequeño, aunque tuvo la oportunidad de hacer una película muy independiente con solo cinco años.

“No queríamos exponerlo tan pronto.

Este es un mundo muy duro, y un niño necesita madurez emocional para enfrentarlo”, explica Marga.

Por ello, los primeros pasos de Pedro se dieron en el teatro escolar, en actividades del distrito y más tarde en academias especializadas.

El “gusanillo” de la interpretación nunca lo abandonó, pero se mantuvo contenido hasta que fuera el momento oportuno.

“Ahora lo agradezco.

Me permitieron tener una infancia normal, jugar en el parque, crecer como cualquier otro niño… y eso no tiene precio”, comenta Pedro con madurez y serenidad.

A medida que Pedro crecía, su entorno lo animaba a tener un “plan B”.

Él mismo admite haber considerado varias opciones, entre ellas la carrera de Filosofía.

En bachillerato, el descubrimiento del pensamiento de Platón, las ideas, el mito de la caverna y el análisis del alma humana lo atraparon por completo.

“Estuve muy tentado.

Me gustaba mucho, se me daba bien, y hasta llegué a imaginarme estudiando Filosofía en la universidad”, confiesa.

Sin embargo, en el fondo, él sabía que su camino estaba marcado por la interpretación.

El arte lo llamaba con más fuerza.

Aunque las ideas de Platón se quedaron grabadas en su memoria, su prioridad fue siempre el escenario, la cámara, la transformación.

La vida, con su peculiar sentido del humor, hizo lo suyo.

Años más tarde, cuando Pedro ya se encontraba formándose profesionalmente como actor, recibió una llamada de su representante.

Le proponían hacer una prueba para interpretar nada más y nada menos que… a Platón.

Sí, al propio filósofo griego.

La propuesta formaba parte de la ópera prima de Vicente Bonet, Amor Platónico, una película que mezcla comedia, filosofía, amor juvenil y reflexión existencial.

“Al principio me pareció surrealista.

¿Yo? ¿Platón?”, recuerda Pedro entre carcajadas.

Pero al leer el guion, las dudas desaparecieron.

La historia era original, fresca, poética y divertida a la vez.

Pedro se preparó para el casting y, poco tiempo después, recibió la noticia: había sido elegido.

La experiencia del rodaje fue, según sus propias palabras, “mágica”.

Ambientada en Sevilla, la película gira en torno a Noah, un joven que ayuda a su amiga Luna a preparar un examen de filosofía, y en esa noche de estudio y confesiones se despierta algo más profundo entre ambos.

Pedro interpreta al propio Platón en una serie de secuencias oníricas, cargadas de metáforas y simbolismos visuales.

“Fue un regalo como actor.

Pocas veces tienes la oportunidad de meterte en la piel de un filósofo, y menos aún de hacerlo con un guion tan divertido y bien escrito”, asegura.

Aunque hubo escenas de desnudo, Pedro dice que se sintió cómodo.

“Me considero tímido, pero cuando hay un buen equipo y un ambiente de respeto, todo fluye.

Lo viví con mucha naturalidad”, añade.

Marga, como madre y actriz, también vivió la experiencia con intensidad.

Aunque reconoce que hay temas que no se comentan en profundidad —“hay cosas que mejor no se cuentan”, bromea—, sostiene que su familia nunca ha sido tabú.

“Siempre hemos hablado de todo con naturalidad.

Pedro ha sido criado con mente abierta, sabiendo diferenciar perfectamente lo que es trabajo de lo que es vida personal”, afirma.

Y aunque en el pasado le preocupaba exponerlo tan joven al rechazo que muchas veces conlleva esta profesión, hoy está orgullosa de cómo ha crecido su hijo, como persona y como intérprete.

El estreno de Amor Platónico ha sido todo un hito para Pedro.

La película se presentó en cines de Madrid y Barcelona, y en breve estará disponible en plataformas de streaming, lo que permitirá que llegue a un público más amplio.

“Es un proyecto hecho con muchísimo cariño.

Creo que tiene ese equilibrio justo entre reflexión y entretenimiento, y además con un mensaje muy actual sobre identidad, amor y libertad”, afirma Pedro.

La crítica ha recibido la cinta con entusiasmo, destacando especialmente el carisma de su protagonista, su frescura y el tono inteligente del guion.

Para Pedro, más allá del reconocimiento, lo más importante fue poder crecer, aprender, y disfrutar el proceso.

Mientras tanto, Marga continúa con su papel como Petra en La Promesa, una serie que ha captado la atención de miles de espectadores y que se ha convertido en un fenómeno de la televisión diaria en España.

Aunque su personaje es la antagonista, los fans la adoran.

Petra es dura, calculadora, pero también tiene un lado humano oculto.

“La gente la odia… y yo la amo”, dice Marga riendo.

Confiesa que ha llegado a empatizar con su personaje, y que si se le diera la oportunidad de redimirse, Petra podría mostrar una nueva cara.

“Todo personaje con mucha rabia, también guarda mucho amor.

Solo hay que saber buscarlo”, reflexiona.

El vínculo profesional entre madre e hijo aún no se ha dado de manera formal, aunque no se descarta que eso ocurra pronto.

Pedro ya fue dirigido por su madre en algunas obras escolares, y ambos coinciden en que sería “maravilloso” trabajar juntos.

“Nos encantaría hacer algo, ya sea en teatro, cine o televisión.

Ojalá se dé la oportunidad”, dicen casi al unísono.

Incluso se bromea con la idea de que en La Promesa, Petra descubra tener otro hijo secreto interpretado por Pedro, aunque Marga entre risas advierte que “a Petra ya le ha salido un hijo, no le pongáis más”.

En cuanto al futuro, Pedro tiene ya dos películas más en espera de estreno: Acabó la fiesta, de Elena Manrique, y Los tortugas, dirigida por Belén Funes.

Mientras tanto, Marga mantiene su compromiso con La Promesa, aunque confiesa que dejó varios proyectos personales en pausa cuando se incorporó a la serie.

“Si algún día acaba La Promesa, retomaré esa obra de teatro que escribí con unas compañeras.

Es un proyecto muy bonito que tengo ganas de sacar adelante”, comenta.

Ambos, madre e hijo, se muestran agradecidos por la vida que tienen y por poder dedicarse a lo que aman.

Pedro, con una carrera que empieza a brillar con fuerza, y Marga, en la cima de su popularidad televisiva, demuestran que el talento corre por las venas y que el arte, cuando se vive con pasión y autenticidad, puede ser un lazo tan fuerte como el de una madre y su hijo.