🧨 Mbappé vs. Lamine Yamal: traición, humillaciones y una guerra fría que amenaza con incendiar el fútbol mundial

Yamal là 'khắc tinh' của Mbappe | baotintuc.vn

La tensión entre Kylian Mbappé y Lamine Yamal no es un invento de la prensa ni una teoría de los aficionados.

Es un fuego real que arde desde las entrañas de la élite futbolística.

Todo comenzó en silencio, fuera del campo, con una oferta rechazada.

Mbappé, como embajador de Nike, intentó convencer al joven talento del Barça para unirse a su marca.

Pero Yamal eligió Adidas, la marca de Messi, el ídolo de su infancia.

Para muchos, un detalle sin importancia.

Para Kylian, una afrenta.

La primera grieta en una relación que nunca existió.

Ese “no” de un adolescente de 16 años fue el primer golpe al ego del astro francés.

Desde entonces, cada cruce entre ambos ha sido una batalla.

Y cada batalla, una humillación.

La primera sobre el césped llegó en los cuartos de final de Champions.

En la ida, Yamal declaró sin miedo que marcaría en París.

Lamine Yamal comparé à Mbappe et 2 autres grosses actus que vous avez  peut-être manquées - Football | Tribuna.com

El Barça ganó.

En la vuelta, el PSG se impuso y Mbappé brilló.

Yamal, con lágrimas en los ojos, prometió venganza.

Meses después, cumplió.

Euro 2024, semifinal España vs Francia.

Lamine Yamal marcó un golazo tras una jugada en la que literalmente dijo que tenía tanta rabia que soltó un disparo con todo.

La cámara captó la cara de Mbappé.

No hizo falta narrador.

Su mirada lo dijo todo.

La frustración.

La impotencia.

El inicio de una guerra emocional que no ha parado de crecer.

Luego vinieron los Clásicos.

Mbappé llegó al Real Madrid con bombos, platillos y titulares como “el mejor jugador del mundo en el mejor club del mundo”.

Pero el Barça de Hansi Flick tenía otros planes.

En el primer Clásico, Mbappé fue cazado ocho veces en fuera de juego, una humillación estadística.

El Barça ganó 0-4, Yamal marcó y celebró con el mítico gesto de “calma” de Cristiano Ronaldo, ídolo de Mbappé.

Todo un guiño venenoso.

Mbappé no votará por Lamine Yamal

En la Supercopa, la historia fue parecida.

Mbappé abrió el marcador, pero Yamal respondió rápido y con categoría.

El partido terminó 2-5.

El Madrid destrozado.

Mbappé, invisible.

Yamal, ovacionado.

Cada duelo entre ellos era una sentencia.

Una más.

En la final de la Copa del Rey, la cuarta vez que se cruzaron en la temporada, Mbappé apenas salía de una lesión y vio desde el banquillo cómo Yamal volvía a marcar diferencias con una asistencia letal.

El Barça ganó su cuarto título seguido.

Yamal, sin miedo, soltó una frase demoledora: “Este año no pueden ganarnos”.

En Madrid esa declaración cayó como un misil.

Pero era la verdad.

En la última jornada de La Liga, el 11 de mayo, llegó la paradoja más brutal.

Mbappé marcó un hat-trick.

Pero no fue el protagonista.

Kylian Mbappé will never forget this humiliating performance by Lamine  Yamal - YouTube

Todos hablaban de Yamal.

Como en la final del Mundial de 2022, cuando Kylian marcó tres y aún así la gloria fue para Messi.

Ahora la historia se repetía.

Solo que con el heredero.

Y es que Yamal no solo gana partidos.

Gana narrativas.

Las controla.

Las diseña.

Las lanza desde Instagram con publicaciones cuidadas, cargadas de símbolos, letras de canciones, frases enigmáticas.

Usa las redes como campo de batalla.

Sus historias, sus memes, sus cambios de biografía, sus referencias culturales.

Todo habla de una inteligencia comunicativa superior.

Y eso, también, molesta a Mbappé.

Porque mientras uno se esfuerza por ser el mejor, el otro simplemente lo es…y además lo cuenta mejor.

Los medios ya han elegido bando.

Los analistas de El Sanr, Canal A S y Relevo ya lo dijeron: si hoy se entrega el Balón de Oro, debe ser para Yamal.

No importa cuántos goles marque Mbappé.

Ballon d'Or contender Lamine Yamal has astonishing record against Kylian  Mbappe after just seven games | talkSPORT

Lo que importa es quién brilla cuando el mundo está mirando.

Y esa es, irónicamente, la especialidad del niño de Rocafonda.

Pero no solo se trata de rendimiento.

Se trata de conexión.

Yamal representa a una nueva generación.

No se esconde.

Baila en TikTok, publica en Instagram, maneja sus redes él mismo.

Se muestra como es.

Y eso lo hace magnético.

Su autenticidad es su poder.

Mbappé, en cambio, ha comenzado a parecer un producto corporativo más que un ídolo real.

¿Mbappé odia a Lamine Yamal? Quizás no sea odio en el sentido tradicional.

Es miedo.

Es frustración.

Es saber que, justo cuando debería dominar el mundo, hay alguien más joven, más brillante y más amado que le está robando los focos.

Como Messi le robó el protagonismo en Qatar, ahora Yamal le roba el futuro.

La rivalidad está servida.

Pero los primeros capítulos ya están escritos.

Y Yamal va ganando.

No porque Mbappé sea débil, sino porque este chico de 17 años está destinado a marcar una época.

Y su ascenso imparable está dejando a más de uno atrás.

Así que, culés, sigan apoyando.

Porque lo que estamos viendo no es normal.

Es histórico.

Lamine Yamal no solo juega al fútbol.

Escribe su propia leyenda.

Mientras tanto, Mbappé solo puede mirar.

Y odiar en silencio.