🎙️💥 “No es un error, es una mentira” — Ramoncín rompe el guion y desarma el relato de Noelia Núñez con una verdad incómoda 🧨📉

Ramoncín, sobre la dimisión de Noelia Núñez: “Hay una diferencia enorme  entre un error y una mentira”

Ramoncín entró en el debate como tantos otros lo han hecho estos días: expresando empatía.

Dijo que entendía el dolor de la familia de Noelia Núñez, que nadie quiere ver llorar a sus padres por un escándalo público.

Esa humanidad inicial generó complicidad, incluso cierto respeto.

Pero lo que vino después fue todo menos complaciente.

Con la claridad que da no deberle nada a nadie, soltó una frase que atravesó cualquier intento de edulcorar el tema: “Lo de Noelia no es un error, es una mentira.

Y las mentiras en política tienen que tener consecuencias.”

La mesa del programa quedó en silencio.

Él no gritó.

No insultó.

Solo sostuvo el peso de una verdad que muchos preferían evitar.

Recordó que conocía a Núñez de otras tertulias y que desde el primer momento le sorprendió lo limitada que era su profundidad argumentativa.

“Repetía frases prefabricadas, como una grabadora política.

El PP pide a sus diputados que revisen sus currículums tras el caso de Noelia  Núñez

No había contenido, solo eslogan”, dijo.

Y ahí estaba el segundo golpe: la crítica no era personal, era estructural.

Fue entonces cuando lanzó una pregunta que dejó helado a medio plató: “¿Sus padres sabían que su hija no había terminado ninguna carrera?” Una interrogante que iba mucho más allá del simple escándalo

mediático.

No apuntaba solo a la política, sino a lo íntimo, a la honestidad en casa, a la coherencia en la vida.

Porque si la mentira alcanzó incluso a quienes te rodean, ¿hasta dónde estaba dispuesta a sostenerla?

Ramoncín siguió desnudando el relato del victimismo.

Dijo que aunque empatizaba con el dolor personal, eso no podía ser usado para blanquear una falsedad sostenida durante años.

“Ha dimitido porque la pillaron.

No porque tuviera un momento de lucidez moral”, sentenció.

Y esa frase quedó suspendida como una verdad imposible de maquillar.

Con tono constructivo, dio un giro inesperado.

“Ojalá vuelva.

Ramoncín se abre en canal y se sincera como nunca en 'Y ahora Sonsoles' al  ser abandonado por su madre: "Me dejó en la calle"

Ojalá estudie, se forme de verdad y regrese como una profesional honesta.

Entonces yo mismo la aplaudiré.

” Ese matiz lo cambió todo.

Porque dejó claro que no estaba ahí para destruir, sino para pedir una rendición de cuentas real.

No bastan las lágrimas en un plató.

Hay que asumir el error y trabajar para repararlo.

También habló del problema de fondo.

La tendencia creciente a fabricar figuras políticas basadas en su impacto mediático, no en su capacidad.

“Se premia la frase viral, la juventud aparente y la lealtad ciega.

Así no se construye una democracia, se fabrica un circo.

” Afirmó que Noelia Núñez no es un caso aislado, sino el síntoma de una enfermedad: la política como pasarela de impostores.

Y ahí lanzó otra verdad que incomodó a muchos: “No creo en la titulitis.

Hay políticos brillantes sin carrera.

Ramoncín habla alto y claro sobre Elon Musk, Zuckerberg «y compañía»:  «¡Puedes estar sobrado de pasta y escaso de neuronas!»

Pero fingir que la tienes, eso sí es un problema.

” No se trataba de atacar a quien no tiene un título, sino a quien lo inventa.

Porque mentir sobre la base de tu trayectoria es mentirle al votante, al partido, al país.

Ramoncín puso el dedo en la llaga cuando denunció cómo se usa el sentimentalismo como escudo.

Dijo que es peligroso desplazar el foco del hecho a la emoción.

Que el sufrimiento familiar no anula la responsabilidad pública.

Y que ese juego de lágrimas muchas veces sirve más para distraer que para reparar.

Su intervención no fue un monólogo, fue una sacudida.

A los medios, por amplificar perfiles vacíos.

A los partidos, por no filtrar a sus representantes.

Y a los ciudadanos, por no exigir más.

“La televisión tiene que dejar de premiar al que genera polémica por encima del que aporta ideas”, remarcó.

Su frase fue como un espejo: ¿qué estamos premiando como sociedad?

Las redes ardieron.

Ramoncín carga duramente contra Noelia Núñez: “La titulitis es una  enfermedad” - AS.com

Clips de su intervención se viralizaron en minutos.

Frases como “No hace falta un título para ser buen político, pero sí hace falta tener principios” o “Dimitir no es un acto de valentía si lo haces al ser descubierto” se compartieron miles de veces.

Y la mayoría coincidía en algo: Ramoncín dijo lo que muchos pensaban, pero nadie en el poder se atrevía a decir.

Y es que lo más potente de su discurso fue esa mezcla de empatía y firmeza.

No fue un linchamiento.

Fue una lección.

Dijo que el problema no es Noelia Núñez como individuo, sino lo que representa: una política de escaparate donde importa más el perfil de Instagram que el contenido del discurso.

Donde la mentira se normaliza porque “total, todos lo hacen”.

También fue implacable con el Partido Popular, pero sin caer en el partidismo.

Dijo que si el PP realmente quiere ser referente, no puede permitir que alguien sin titulación llegue al Congreso mintiendo.

Y que si el resto de partidos callan ante casos similares, el sistema entero pierde credibilidad.

“La verdad no es de derechas ni de izquierdas.

Es la base de la democracia.”

Y así cerró, con una frase que ya es viral: “Si de verdad quieres volver, Noelia, no lo hagas con otra excusa.

Hazlo con la verdad.

Ramoncín responde a las críticas por sus palabras 'virales' sobre Almeida:  «¿Y qué si pensara así?»

Esa que aún no has contado.”

Lo que dejó claro Ramoncín es que el daño ya está hecho.

Pero que aún hay tiempo para corregir.

No con lágrimas.

No con dimisiones forzadas.

Sino con un acto real de humildad: reconocer, aprender, reconstruir.

Porque como él mismo dijo…

“No se necesita un título para hacer buena política.

Se necesita integridad.

Y de eso, estamos escasos.”