RTVE HUNDIDA: El “modelo Berlusconi” FRACASA y las nuevas estrellas como Broncano se DERRUMBAN en audiencia

El 'modelo Berlusconi' pincha en RTVE: caen Broncano y el resto de estrellas  'políticas'

Cuando RTVE decidió apostar por un cambio radical, muchos pensaron que era el principio de una nueva era.

Inspirados en el “modelo Berlusconi”, se lanzaron a captar rostros famosos, irreverentes y de perfil combativo, dispuestos a darle un soplo de aire fresco a la televisión pública.

Con David Broncano como fichaje estrella y un ejército de comunicadores más o menos alineados políticamente, el objetivo era claro: levantar las audiencias, rejuvenecer el público y competir de

tú a tú con las cadenas privadas.

Pero la realidad ha sido una ducha de agua helada.

El fichaje de Broncano, que provocó semanas de guerras internas, críticas feroces y hasta tensiones políticas en los despachos de RTVE, no ha logrado el milagro que prometía.

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y se ha encontrado con un batacazo de audiencia que ha dejado a todos boquiabiertos.

Los datos son demoledores: la expectación inicial se esfumó a los pocos programas, el share no despegó, y el famoso tirón juvenil de Broncano apenas ha rascado en la televisión convencional.

La juventud sigue prefiriendo YouTube, TikTok e Instagram, mientras que el público tradicional de RTVE se ha sentido completamente desconectado de la nueva propuesta.

Pero el problema no ha sido solo Broncano.

Todo el “ejército Berlusconi” de comunicadores fichados con grandes sueldos y promesas de oro ha ido encadenando fracaso tras fracaso.

Magacines que no levantan cabeza, formatos de sátira que naufragan antes de zarpar, tertulias que generan más ruido en Twitter que en el televisor de los hogares.

Cada intento de revitalizar la programación ha acabado en más decepción, más críticas y más hundimiento de la cuota de pantalla.

La pregunta que ahora flota en el ambiente de RTVE, como una nube de tormenta a punto de estallar, es brutal: ¿cómo pudieron equivocarse tanto?

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La respuesta es sencilla y a la vez devastadora: en su obsesión por romper con el pasado, la cúpula directiva olvidó lo más importante: conocer a su público.

Creyeron que bastaba con fichar a caras conocidas, con discursos provocadores y políticamente marcados, para arrastrar a las masas.

Pero se olvidaron de que RTVE tiene una identidad, una tradición, y un público que no se conquista a golpe de polémica ni de postureo ideológico.

Mientras tanto, dentro de la propia RTVE, el malestar crece a pasos agigantados.

Los profesionales de toda la vida, los que han mantenido viva la televisión pública en tiempos de vacas flacas, miran con asombro cómo los recién llegados se llevan los grandes contratos…

para hundirse estrepitosamente.

Y lo peor: ahora que el modelo hace agua por todos lados, nadie parece tener un plan B.

La factura de esta estrategia fallida no es solo económica (que lo es, y millonaria).

Pablo Motos - Últimas noticias en La Vanguardia

Es también una crisis de credibilidad, de imagen y de estabilidad interna.

RTVE ha perdido espectadores, ha dividido a su plantilla, y ha provocado un escándalo político que todavía está lejos de apagarse.

Porque el “modelo Berlusconi” no solo ha supuesto una apuesta mediática.

Ha sido una declaración de intenciones política: hacer de RTVE un escaparate de nuevos discursos, de nuevas estrellas mediáticas, de nuevos liderazgos sociales.

Pero cuando el escaparate se vacía de público, cuando los números no acompañan, cuando la gente apaga el televisor…

el castillo de naipes se derrumba de forma estrepitosa.

Pablo Motos - Últimas noticias en La Vanguardia

Y ahora, mientras Broncano y el resto de estrellas luchan por remontar en medio de una tormenta de críticas, en los pasillos de RTVE se empiezan a escuchar preguntas cada vez más incómodas:

¿Cuánto tiempo aguantarán estos fichajes? ¿Quién asumirá la responsabilidad del desastre? ¿Se atreverán a reconocer que han fracasado?

Porque una cosa está clara: en televisión, como en política, los errores se pagan caros.

Y el error de apostar a ciegas por el “modelo Berlusconi” puede terminar costando mucho más que unos puntos de audiencia.

Lo que prometía ser el inicio de una nueva era se ha convertido en una crónica anunciada de caída libre.

Y esta historia, amigos, todavía está lejos de terminar…